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Conoce la inusual transformación de un neonazi

Schneider dedicaba su vida a Hitler y a Jeff Schoep, un neonazi en Michigan

Escrito en MUNDO el

Durante ocho años, Duke Schneider fue miembro del Movimiento Socialista Nacional; su devoción era principalmente para Adolf Hitler y después para el grupo de neonazis que dirigía desde su casa en Brooklyn.

Constantemente, una pequeña milicia que operaba a lo largo de la frontera de Arizona con una insignia nazi como carta de presentación acudía a Schneider para pedirle ayuda o algún consejo.

Boone, una mujer negra y dedicada al trabajo de la salud conoció a Schneider en una convención de coleccionistas de autógrafos; ahí se hicieron buenos amigos, sin embargo no se veían muy seguido ya que los compañeros  de Schneider no le habrían dado su aprobación.

“Tenía que aparentar que no me afectaba y seguir las enseñanzas de mi lucha”, explicó Schneider, de 66 años.

(Foto: The New York times)

No obstante, de verse siempre en la mesa del fondo del restaurante Floridian Diner en Flatbush, terminaron felizmente casados, hecho que constituye una de las historias de amor más inusuales de Brooklyn.

La historia de la rehabilitación de Schneider es una de las historias de transformación más improbables, ya que actualmente, dijo Schneider, trabaja como guardia para judíos ortodoxos, resguardando la entrada de las sinagogas, algo que considera un honor.

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Hoy, el uniforme de la SS de Schneider está en una bolsa de basura, y él habla con arrepentimiento acerca de la época que pasó en el Movimiento Nacional Socialista, considerado el grupo neonazi más grande de Estados Unidos.

Después de medio siglo de fascinación con los nazis fue entonces cuando él se volvió neonazi.

La razón principal, según cuenta Schneider, fue que Boone necesitaba protección. Ella le dijo que le temía a un hombre violento con el que había tenido una relación. Schneider se convirtió en su protector. La acompañaba de compras y la visitaba para ver si se encontraba bien. Ella terminó por mudarse a su casa; días después Schneider habló con un reclutador, llenó una solicitud de membresía y compró un uniforme nazi.

(Fotos: The New York Times)

En cuestión de meses, se unió al círculo interno de la organización, su grupo de las SS. Se rasuró la barba y juró lealtad y dedicar su vida a Hitler y a Jeff Schoep, un neonazi en Michigan que dirigía el Movimiento Nacional Socialista en Estados Unidos.

Schneider se volvió uno de los representantes públicos del grupo; pronunciaba discursos en mítines y hacía declaraciones a los medios.

“Oraba para que regresara a salvo y rezaba para que renunciara a esa organización”, recordó su esposa Boone.

Sin embargo, durante años, Schneider había sentido que se distanciaba cada vez más de Boone, pero de pronto se dio cuenta de que ella “era la única que lo hacía sentir como si hubiera esperanza”.

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Con el apoyo de Bonne, habló con un pastor; “confesé todo y me arrepentí”, dijo Schneider. “Creí que estaba a punto de morir”.

La noticia llegó hasta el Movimiento Nacional Socialista cuando la esposa del pastor publicó fotos de la boda de la pareja en Facebook. Los neonazis en todo el país lo atacaron verbalmente.

“Quería que mis antiguos compañeros supieran que esta mujer negra es mi esposa. Sí, amaré por siempre a esta mujer, y estoy renunciando al nacionalsocialismo”, dijo Schneider.

Ya llevan cuatro años de casados, un periodo que trajo consigo “muchos cambios felices”, comentó. Uno de ellos, dijo, fue su trabajo actual como guardia en yeshivás y sinagogas. Lo ha conmovido la amabilidad de los familiares de los rabinos, quienes le llevan sopa cuando hace frío. “Ahora amo y respeto a estas personas”, finalizó.

Con información de The New York Times.

 

AJA