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Acarrean agua hasta con botes de la leche en la Cuauhtémoc

Vecinos de la Santa María la Ribera ahora sí resintieron la escasez de agua en la alcaldía y se vieron en la necesidad de acudir a puntos de distribución

Escrito en METRÓPOLI el

Con cubetas, tambos, garrafones y botellas, o botes de la leche, habitantes de Santa María La Ribera salieron a surtirse de agua en los tinacos colocados por el gobierno de la Ciudad de México para compensar la falta de agua en sus casas.

A una semana de que inició el megacorte del suministro de agua, los habitantes de la colonia, ubicada en la alcaldía de Cuauhtémoc, resintieron los efectos de dicha medida. Al tinaco de 10 mil litros colocado en la esquina de Eje 1 Norte y Circuito Interior, hombres y mujeres acudieron con sus recipientes. Algunos al llenarlos los cargaban con sus manos, otros lo hacían con diablitos o carritos para el mercado.

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Una de las personas que llegó a ese punto fue la señora Vanessa Durán, vecina de la calle Nogal.

Asegura que en realidad desde septiembre les llega poca agua, pero con el megacorte el problema se agravó, y que aunque han pedido pipas, no les contestan en la ahora alcaldía.

Desde el 6 de noviembre se le comenzaron a acabar sus reservas, por eso acudió al tinaco ubicado en el eje 1. Pero no había agua. Este miércoles volvió a acudir para llenar un par de garrafones. Mientras constata que sí hay agua, y que deberá esperar a cuatro personas formadas antes de ella, da un panorama de la situación.

Se queja de que en la primaria Ezequiel Chávez y la secundaria 2 no hay agua. Pese a ello, siguen las clases, aunque en la primaria sí le dijeron que la asistencia de su hijo la dejaban a su consideración. Pero en la secundaria fueron inflexibles y su hija debió quedarse a tomar clases en una escuela que desde este miércoles se quedó sin agua.

“¿Y el baño? No podemos suspenderlas (las clases). ¿Pero la higiene?”, cuestionó de nuevo, pero no le contestaron.

EN LA CONDESA, SEQUÍA HASTA EN BEBEDEROS

No fue el único caso de vecinos que viven en la Cuauhtémoc que sufrieron por no tener agua en su casa. En la Condesa, al lado del parque España, Iraís acudió al puesto de abastecimiento ahí colocado. Apenas alcanzó a llenar su bote de 200 litros, que debía llevar a la calle de Cuernavaca.  Pero otro vecino, que llegó con dos garrafones de 10 litros, tuvo menos suerte. Enojado, se quejó de que en la caseta del parque se negaron a darle agua, pese a que sí había.

Cuestionado sobre si no sería porque era agua tratada, su respuesta fue la siguiente. “En una emergencia eso no debe ser”.

Así como ya no había agua en el puesto de abastecimiento, ya no había en los bebederos del parque.

Una encargada de una pipa de la alcaldía dijo que habían aumentado los pedidos para llevar agua y que le reportaron que en las garzas había gente esperando. Ella misma se fue a surtir a la que está en la alameda de Santa María la Ribera, donde 8 pipas más esperaban.

De acuerdo con otro pipero, los pedidos aumentaron este 7 de noviembre y él mismo llevó agua a una escuela, a un jardín y al hospital Gregorio Salas.

NEGOCIOS SUFREN

En la colonia Cuauhtémoc vecinos y negocios se quedaron también sin agua. A una semana de que inició el megacorte del suministro de agua, vecinos y dueños de negocios comenzaron a usar sus reservas, y en el caso de quienes tienen establecimientos comerciales trabajaron a medias o recurrieron a las pipas, situación que en estos últimos casos repercute en sus rendimientos económicos.

Daniel, un vecino de la colonia, dice que en su edificio de seis departamentos desde la noche del 6 de noviembre dejó de llegar agua. Aunque la cisterna aún tiene agua, el nivel de llenado es cada vez menor.

Añade que ante el agotamiento de las reservas de sus vecinos y las suyas, pidieron agua a la alcaldía de Cuauhtémoc. Pero se las negaron.

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Nos dijeron que no era prioridad, que lo eran hospitales y escuelas”.

Los negocios también se han visto afectados. Un caso es la tintorería Ulrich, administrada por don José Tomás y su hija. Ubicada en Guadalquivir y Lerma, el negocio luce un mensaje que anuncia a sus clientes que permanecería cerrado entre el 1 y 5 de noviembre, los días del corte. Pero la instalación de la famosa K Invertida en el Sistema Cutzamala, que además de prolongarse resultó fallida, afectó al negocio, que trabaja a medias, pues solo ofrece servicio de planchado, en espera de que se restablezca el flujo de agua.

Al preguntarle si ha buscado servicio de pipas, su respuesta es negativa. Estaba preparado para el corte de 4 días, y su tinaco es demasiado pequeño para llenarlo.

Otro negocio afectado es el del restaurante bar La Casita, que se ha visto afectado en los servicios sanitarios por la falta de agua. “Recurrimos a las pipas, pero eso repercute en mayores gastos de los programados”, explica Ricardo Hernández.

De acuerdo con autoridades capitalinas, hasta el viernes 9 de noviembre se restablecerá el suministro en la Demarcación de Cuauhtémoc.