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¿Es Claudia?

El posicionamiento mediático de Claudia Sheinbaum se fortalece más con las controversias, provocaciones y ataques en su contra. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

Los conflictos no siempre tienen repercusiones negativas en la reputación de los personajes públicos. En ocasiones, incluso, es necesario crearlos para llamar la atención de algunos medios y audiencias. La controversia y la provocación son dos recursos de la comunicación política a los que Claudia Sheinbaum está recurriendo con eficacia y absoluto conocimiento de causa.

Por supuesto que no se trata de una casualidad. Es una acción premeditada, como lo ha demostrado la respuesta calculada de la Jefa de Gobierno ante las medidas cautelares y tutela preventiva impuestas por el INE hace unos días. Lo que ha hecho el equipo de Sheinbaum tal vez bordea los límites de la legalidad. Sin embargo, mientras no le represente algún riesgo importante al proceso de construcción de su candidatura es una acción viable y factible.

Los efectos parecen también estar bien calculados. Por un lado, siguen subiendo sus niveles de posicionamiento en los estudios de opinión. Por el otro, siguen afianzando a paso acelerado la idea de que es ella, precisamente ella, quien hoy se presenta como la elegida por el presidente Andrés Manuel López Obrador para sucederlo en el cargo. Es muy difícil comprenderlo de otra manera.

Por si no lo leíste: Claudia Sheinbaum: 4 años de claroscuros.

El jefe del Ejecutivo no permitiría con facilidad que Sheinbaum fuera por la libre. Con el modelo de las conferencias de prensa mañanera ya la hubiera descalificado, regañado, cuestionado o mostrado su desacuerdo. Y si ella no resultara elegida luego del proceso que activará Morena el año próximo para elegir a su candidato o candidata a la presidencia, la táctica le redituará buenos resultados, de todas formas.

La disciplina y lealtad que ha mostrado hasta ahora la Jefa de Gobierno de la CDMX también se está comunicando con buenos resultados. En contraste, no ha sucedido tan cabalmente con los demás aspirantes de la lista “oficial” del presidente. Los análisis serios y completos que han publicado algunos articulistas y columnistas así lo confirman. De hecho, para algunos, no hay duda de que el primer mandatario ya tomó una decisión.

Lee más: INE ordena a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México hacer un llamado a sus simpatizantes a que se abstengan de realizar conductas que busquen influir en el proceso electoral 2024. Central Electoral INE, número 511, 2 Diciembre 2022.

Cierto es que la decisión de López Obrador puede cambiar en los próximos meses. Tampoco se puede descartar que lo que hoy está en el centro de la agenda de la sucesión de 2024 sea un artificio para proteger a otro aspirante y que todo esté perfectamente calculado para reducir el desgaste que sin duda provoca iniciar una campaña de manera tan anticipada. Pero lo que es altamente probable es que el presidente “esté engañando con la verdad”.

El uso constante del artificio es una de las características principales de su estrategia. Como recurso de la persuasión y la retórica le ha dado buenos resultados en el pasado. No siempre, claro. Aunque no se puede olvidar que en las grandes decisiones que ha debido tomar en su vida política, suele ser más cauteloso y asumir menos riesgos cuando no tiene el control de la mayoría de variables políticas y comunicacionales.

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Las diversas respuestas que Sheinbaum ha dado en torno a la supuesta indisciplina de sus simpatizantes registra hasta ahora diversos e importantes resultados positivos. Cumple también con uno de los principios más valiosos de la nueva comunicación política: “Que hablen de mí, aunque sea bien”. Los resultados de la mayoría de las encuestas publicadas y no publicadas así lo confirman.

Aún más. Por tratarse de una estrategia de comunicación bien articulada con la del presidente López Obrador, se puede asegurar que el trabajo conjunto parece apuntar a afianzarla, desde ahora, como la aspirante puntera de Morena, independientemente de cuál sea el método de selección o de las preguntas que se planteen en caso de que la decisión final sea por el método de encuestas. En contraste, algunos intentos en el mismo sentido del canciller Marcelo Ebrard o el secretario de Gobernación, Adán Augusto López no están resultando tan efectivos.

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La razón de esta situación es clara. En el nuevo ecosistema de comunicación, los mensajes polémicos o generadores de conflicto no terminan por comprenderse bien, al menos desde la perspectiva estratégica. El disenso, el desacuerdo, la descalificación, la refutación y hasta la sanción pueden llamar tanto la atención de algunas audiencias que lo más recomendable es utilizarlos: con mesura. Con precaución. Y claro, sin rebasar los límites que establece el marco jurídico. 

El hecho de que el presidente comprenda y aliente la polémica le ha resultado un arma de doble filo. Lo importante es que, a diferencia de sus adversarios, durante su gestión se ha convertido en un “buen jugador”. Por si fuera poco, es uno de los pocos personajes públicos  nacionales e internacionales que reconoce y promueve "la normalidad" de las acciones y de los discursos polémicos. Pero esto no significa que tenga un control absoluto de los riesgos que está corriendo.

Consulta: Roberto Losada Maestre. El análisis de riesgos en las políticas públicas: del análisis empírico al planteamiento normativo. (Tesis doctoral). Universidad Carlos III de Madrid. Departamento de Ciencias Sociales, Getafe, Mayo 2013.

Cuando el tamaño del riesgo es grande, la caída puede ser más fuerte y afectar a muchos, directa o indirectamente. El presidente lo ha comprobado en varias ocasiones. A veces parece que “juega con fuego” y esto le transmite cierta confianza a algunos de sus adversarios por la posibilidad de error. El problema es que, hasta ahora, le ha funcionado apostar a un gran número de futuros posibles. 

No obstante lo anterior, hay que considerar que es imposible sucumbir a las tentaciones que ofrece el gran poder que ha acumulado desde el día que ganó la Presidencia de la República. Con base en un perfil mucho más mesurado, Claudia Sheinbaum ha decidido optar por la misma ruta. La diferencia en relación con el presidente está en que ella cuenta con más mecanismos de protección de los que tuvo su jefe en el pasado.

Recomendación editorial: Ana Soledad Montero (compiladora). El análisis del discurso polémico: Disputas, querellas y controversias. Argentina: Editorial Prometeo, 2021.