Cuauhtémoc Cárdenas, tres veces candidato presidencial y líder histórico de la izquierda en México publicó un artículo este viernes 19 de mayo en el periódico La Jornada, en el que refutó la tesis del presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que su padre, el general Lázaro Cárdenas, entregó el gobierno a un contrario al proyecto político que impulsó como presidente y resaltó que su padre no jugó al “tapadismo” y que no fue él quien designó a su sucesor en la Presidencia.
Cárdenas Solórzano, en su artículo, advirtió que las sucesiones presidenciales de 1940 y la que culminará en 2024 no son comparables y afirmó que no encuentra a nadie que pueda identificar con, o que pudiera representar en las circunstancias de hoy al general Francisco J. Múgica, o en su caso al general Manuel Ávila Camacho, ni menos a quien pueda acercarse en identidad o representación a Lázaro Cárdenas.
Al comparar los hechos, escribió sin mencionar al presidente López Obrador, corresponden más que a una visión objetiva de la historia, a intereses políticos personales y coyunturales”.
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El 18 de marzo, López Obrador al conmemorar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, arengó: "¡Nada de zigzaguear!... No a las medias tintas; no aceptaremos nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y el empobrecimiento de las mayorías", indicó con los aspirantes Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.
De acuerdo con la lectura que López Obrador le ha dado a la sucesión de 1940, el general Lázaro Cárdenas optó por un revolucionario menos radical que Francisco J. Múgica, que también era cercano a él, el general Manuel Ávila Camacho, para enfrentar al popular Juan Andreu Almazán.
Como resultado, contó López Obrador, “ahí se empezó a desviar la Revolución y los ideales, pero sacando conclusiones y viendo lo bueno, se evitó la guerra civil. La derecha estaba muy dispuesta al enfrentamiento y la violencia. Entonces, en vez del general Múgica, se postula a Ávila Camacho. Era más moderado, y aunque de todas maneras hubo violencia en la elección, hubo arreglo, un pacto, una alianza. De esa manera, el general Cárdenas tuvo que sacrificar a su candidato por la estabilidad y paz social”, afirma AMLO.
La descripción de la sucesión de 1940 de Cuauhtémoc Cárdenas
El ingeniero Cárdenas reseñó que en la década que va de 1930 a 1940 las decisiones relacionadas con las sucesiones presidenciales no se tomaban en el partido político dominante como en los 30 años de tapados (1958-1988), ni en contextos como los que ahora se viven o mediante mecanismos de decisión públicamente adoptados (encuestas, tómbolas) en el partido oficial, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
“En primer lugar, debe decirse que en los tiempos de la sucesión de 1940 se jugaba con cartas abiertas, a la vista del país, de la gente. En aquellos años, por cierto, ciudadanos con altos cargos en el gobierno, debían dejar esas encomiendas con un año de anticipación a la fecha de la elección y no seis meses antes como hoy establece la ley. En los primeros meses de 1933, con vistas a la elección de 1934, Lázaro Cárdenas renunció como secretario de Guerra y Marina, y anunció públicamente su intención de buscar la candidatura del Partido Nacional Revolucionario a presidente de la República, y lo mismo hizo el general Manuel Pérez Treviño, presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR). Ambos empezaron entonces a recibir adhesiones de gobernadores, senadores, diputados, grupos políticos, etcétera, que se manifestaron pública y abiertamente”, escribió Cárdenas Solórzano.
En los últimos meses de 1938, Lázaro Cárdenas, presidente de la República, --recordó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano-- invitó a los miembros de su gobierno, a sus colaboradores, y a que quienes tuvieran intenciones de participar en el proceso de renovación que culminaría en 1940, a dejar sus cargos en el gobierno para dedicarse libremente y de lleno a la actividad político-electoral.
Los generales Manuel Ávila Camacho y Francisco J. Múgica, anunciaron públicamente su intención de participar en el proceso interno del Partido de la Revolución Mexicana (que sustituyó al PNR como partido del Estado) para elegir su candidato a presidente.
Cárdenas recordó que diputados y senadores, alrededor de 170, se aglutinaron en torno a Ávila Camacho, además de varios gobernadores; por Múgica, muchos menos.
“Las fuerzas políticas oficiales se inclinaban más por Ávila Camacho: mayorías de gobernadores, jefes militares, diputados federales y senadores, con los respaldos que cada uno tenía, además de pronunciamientos de grupos diversos en los estados de la Federación; a lo que habría que sumar el peso de la CTM y la CNC, que constituían las principales fuerzas agrupadas dentro del Partido de la Revolución Mexicana.