Al llegar a casa, la sobrina de Lucía Ciccia, una niña de cinco años, le preguntó “¿con quién saliste tía?”. “Le respondí, ‘fui a tomar algo con mis amigos. Ella me dice y ‘y qué, no había amigas?’, con esta anécdota la doctora en Estudios de Género por la Universidad de Buenos Aires habla sobre la importancia del lenguaje inclusivo.

“Las maestras le hablaban a la menor con lenguaje inclusivo, imagínate cómo cambia el imaginario. Pensemos cuando vemos la tele y se dice ‘los ingenieros hicieron tanto, los científicos descubrieron tal. Imagínate cómo repercute eso en las infancias cuando no hay mujeres referentes”, apunta Ciccia, licenciada en Biotecnología por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQUI).

Las feministas han señalado que el hablar de científicos o arquitectos omite que las mujeres también pueden serlo. No sólo esto, algunos, algunas y algunes no se han sentido representades, como fue el caso de  Andra Milla, quien contó en su cuenta de tik tok que previo a iniciar clases, le pedía a los profesores que le llamaran por el pronombre “elle” y ellos se rehusaron a hacerlo.

Por su parte, Laura Lecuona, filósofa, traductora y editora, comenta: “me parece importante que se nombre a las mujeres en el lenguaje, es una lucha feminista de hace décadas. El masculino genérico que se supone nos incluye, no sentimos que lo haga”. 

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Sin embargo, a Lecuona le preocupa que con el uso de “les”, “e” o “x” se invisibilice a las mujeres y se sobrepongan los intereses de las diversidades, “las mujeres siempre han estado a la cola”, señala. 

Para la filósofa no hay necesidad de agregar una vocal, ya que para ella la identidad no está ligada con el sexo. “No ha una identidad de ser mujer o hombre, ser más masculino o femenino, no hay etiquetas, yo soy la identidad de Laura Lecuona… Los roles sexuales no definen nuestro ser”, explica.

QUÉ SIGNIFICA EL USO DE LA “E”

En este sentido, Jay Rubio, mejor conocida como Ciguapa en redes sociales, el uso de la “e” no cambia el sexismo, sin embargo, apunta que las identidades existen a pesar del sistema. 

“Las personas no binarias que usamos pronombres neutros no lo hacemos porque creamos que eso vaya en contra del sistema, sino porque, sencillamente, creemos que las identidades creadas por el sistema no corresponden con nosotres. El uso de pronombres correctos y deseados tal vez no afecte al sistema, pero sí a nosotres”, señala Ciguapa, educadora y escritora dominicana.

“No hay otro lugar en el que podamos estar que no sea nuestros cuerpos, cuerpos que sobreviven la mutilación emocional de este mundo mecánico y colonial. Sobrevivimos estas cosas y por eso creo que merecemos lo que pedimos. Es un viaje difícil. Somos personas no binarias toda la vida, y nuestra forma de ver el mundo toma forma a partir de nuestras experiencias en él. Cuando pedimos que se use un idioma más inclusivo, lo que realmente pedimos es un mundo con menos violencia (simbólica, física, epistémica)”, señala Ciguapa.

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En este sentido para la filósofa y traductora Lecuona “el ser mujer ha sido señalado como un sentimiento… Ser mujer es una realidad biológica concreta y estas personas que vivimos y tenemos en una sociedad que llamamos patriarcado somos oprimidas en virtud de nuestra biología”, apunta.

Lecuona alerta la posibilidad de que se sobrepongan los intereses de las diversidades sobre las mujeres. “En las marchas LGBT+ las que menos vemos representadas son las lesbianas. Los hombres gay que van están performando la masculinidad o la feminidad”. Externa su preocupación que esta forma de pensamiento conlleve a la petición de nombrar a las mujeres embarazadas como “personas gestantes” poniéndolas como objetos, la problemática se extiende hasta los vientres subrogados.

En respuesta a esta preocupación de la filósofa, Ciccia y Ciguapa señalan que este lenguaje inclusivo donde utiliza la “e” no busca invisibilizar a las mujeres sino mostrar las otras identidades.

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“Usar o no usar una letra no visibiliza o invisibiliza el problema porque una letra no da forma al mundo. Las personas no binarias estamos conscientes de los problemas del sistema de género, y la mayoría nos organizamos en contra de estos, porque entendemos que también nos afectan. La existencia de las personas no binarias y no conformes con el género no elimina a las mujeres. Las mujeres siempre han existido, al igual que los hombres y las personas no binarias”, explica Ciguapa.

En este sentido, Lucía Ciccia coincide con que la genitalidad no determina una identidad, pero sí ve necesario un lenguaje donde se agregue a las personas no binaries.

“La genitalidad no determina una identidad de género. El sexo es esto que llamamos cuerpo sexuado es lo que asociamos con la genitalidad, eso no dicta la identidad de género para una persona”, apunta Ciccia.

“Si mi sobrina me dice mis amigues entiendo que hay amigos y amigas, quizá niñes no binaries; si dice mis amigos, sólo hay nenes; de lo contrario, sólo hay nenas. Estamos abriendo otra dimensión, todos entendemos esto, hay otras posibilidades”, explica Lu.