JOVEN MUERE EN ASALTO

El mayor anhelo de Carlitos antes de morir al salvar a su hermana de un asalto

Los últimos meses de su vida trabajo en una empresa de bebidas energéticas y mientras hacía eso para darle sustento a su familia, estudiaba. Lo que le quedaba lo guardaba para su futuro, para el próximo paso de su vida: formar una familia

Escrito en GUANAJUATO el

León.-“Tenía mucho futuro y tenía muchos sueños”, dicen sobre Carlitos. Era un muchacho leonés trabajador que luchaba por sus sueños, sueños con los que terminó una bala.

El sábado 9 de septiembre, Carlitos estaba platicando afuera de su casa con un amigo suyo. A unos metros de él estaba su hermana con otro amigo. Él la veía de lejos, de pronto en la escena apareció un hombre desconocido. Se acercó a ella. Sacó un arma y la amenazó.

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Por la mente del joven de 23 años solo pasó una cosa: proteger a su hermana menor. No lo dudó y corrió hacia ella, empujó al hombre armado que cayó sobre sus espaldas y, teniendo a Juan Carlos Cuéllar de frente, le disparó desde el suelo.

Estaba muy cerca de él, era imposible correr e imposible que el tirador fallara. Lo mató. En lo que sí fracasó fue en quitar otra vida, la del amigo de Carlos que logró escapar a pesar de haber recibido una herida de bala.

Tras su muerte miles de recuerdos mantuvieron viva su historia. Amigos, compañeros de clase, maestros y familiares revivieron a Carlos con sus memorias de él. Hablaban sobre el joven que salvó a su hermana de un asalto como su estuviera vivo.

Estos eran sus motivos de vida

Uno de sus más grandes anhelos era ser Míster México y desde temprana en el luchó por lograrlo.

Desde los 16 se dio cuenta que le gustaba el fisicoculturismo, pero Carlos no era el tipo de joven que abandonaba pasatiempos, era el tipo de persona que las convertía en sus sueños y en un logró.

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Desde esa edad, hasta el último año de su vida, acudió todos los días que eran necesarios al gimnasio para entrenar. El muchacho delgado y social de repente se convirtió en un joven musculoso. Su apariencia era diferente, pero dentro de él nada cambió.

Comenzó a competir y de cada competencia salió con reconocimientos. Trofeos de primeros y segundos lugares decoraron su habitación; y medallas y listones le dieron la apariencia de un ganador.

Antes de morir, su más reciente y mayor logró fue ganar el segundo lugar en la competencia estatal de fisicoculturismo, de la mano de Randú, su entrenador y dueño del gimnasio donde se ejercitaba.

Además, Carlitos se enamoró. Su último deseo era casarse y comprar una casa y carro con Dulce, su novia con la que llevaba varios años de relación. Se habían comprometido unas horas antes de ser asesinado.

Los últimos meses de su vida trabajo en una empresa de bebidas energéticas y mientras hacía eso para darle sustento a su familia, estudiaba. Lo que le quedaba lo guardaba para su futuro, para el próximo paso de su vida: formar una familia.

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