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En riesgo, inmueble catalogado por INBA como patrimonio artístico

La construcción del complejo “Ubika”, en la Roma, afecta a un edificio reconocido por su diseño arquitectónico que data de 1937

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Escrito en METRÓPOLI el

A partir de 2017 los mega desarrollos inmobiliarios comenzaron a proliferar en la colonia Roma Sur. Para agosto de 2018 existen cerca de 20 proyectos con torres de más de 10 pisos y decenas de departamentos que afectan predios colindantes y casas consideradas patrimonio artístico.

En el Plan General de Desarrollo Urbano (PGDU), que todavía no está aprobado, se establecen áreas con potencial de desarrollo que abarca 58 colonias. La Roma Sur es una de ellas. Sin embargo, a pesar de que el PGDU está en una congeladora legislativa y aún no es oficial, en esa zona ya se sienten los efectos de las inmobiliarias.


La Roma Sur está considerada como parte del polígono de conservación patrimonial, por lo que aplica la Noma 4, que establece que cuando hay nuevas construcciones se deben de respetar las alturas, fachadas y las texturas de los edificios que dieron origen a dicho polígono. Esto no ocurre.

Uno de los proyectos, ejemplo de este crecimiento desmedido en la Roma Sur y que afecta edificios considerados por su valor arquitectónico, es el Ubika, situado en Insurgentes Sur número 464 esquina Quintana Roo de la desarrolladora Ared, a cargo de “CHArquitectos” y comercializado por “BuildmexAI”.

El proyecto consiste en una torre de 12 pisos con 58 departamentos: 33 de 86 metros cuadrados con un precio de 4 millones 350 mil pesos y 25 de 106 metros cuadrados con un valor de 6 millones. Más tres niveles subterráneos para estacionamiento.

Este proyecto se construye a un lado del edificio Acro, que data de 1937 y está catalogado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) como patrimonio artístico e histórico por su estilo Art-Deco con el plus que de 1963 a 1968 vivió Juan Rulfo, autor de Pedro Páramo.

Además, Ubika colinda con la privada Quintana Roo con 10 casas. Este conjunto también es patrimonio artístico y fue construido por la misma fecha que el edificio Acro.

--La lucha entre vecinos y constructora--

En marzo de este año arrancó el proyecto de obra nueva en el predio de Insurgentes 464. La empresa comenzó a edificar un muro Milán o diafragma, que es una estructura alrededor de 15 a 30 metros de profundidad que rodea el perímetro de la construcción.

“La obra de este muro milán genera fuertes vibraciones de las 8:00 a 18:00 horas, se sienten tanto en el edificio Acro como en la privada de Quintana Roo, que es otro de los inmuebles colindantes. Cada cinco minutos hay movimientos constantes de alrededor de cinco grados”, señaló Adrian Flores, vecino del edificio Acro, colonia Roma Sur.

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El 15 de mayo, durante el proceso de construcción de la primera de las 8 columnas de acero que incluye el muro milán, al retirar las juntas de 15 metros de largo y alrededor de 50 cm de ancho, la maquinaria provocó fuertes movimientos mayores a los cinco grados. Esto alertó a los vecinos, quienes al sentir las vibraciones pensaron que era un sismo. Se percataron que era la obra.

“Desde ese día comenzamos a meter oficios y pedir a las autoridades que revisaran que la constructora tuviera todos los permisos y que hicieran una verificación de la obra ante los daños. Conforme avanzó el tiempo, desde el 15 de mayo comenzamos a elevar nuestras peticione,s hasta que pedimos una cancelación definitiva del proyecto”.

Ahora exigen la cancelación del proyecto porque además de la molestia de la obra como el ruido, los vecinos de estos dos inmuebles se dieron cuenta de la formación de grietas y fisuras en sus departamentos y casas.

“En una ocasión que se atoraron las juntas y no pudieron sacarlas de manera manual, llevaron un taladro y en su operación tumbó una parte de muro de las casas de la privada de Quintana Roo. La empresa reparó los daños individualmente”.

Hasta la fecha, los vecinos ingresaron 13 oficios a la Secretaría de Protección Civil, 12 a cada una de las dependencias correspondientes. El 4 de julio, los trabajadores tumbaron una barda pequeña, después de que durante una semana maniobraron con una máquina que se le conoce como Almeja, que es como una mega cuchara plana para sacar el lodo del subsuelo para construir el muro milán.

El 6 de julio se activó el protocolo "Vecino Amigo" de la delegación Cuauhtémoc para sentar a las dos partes y llegar a un acuerdo. El dueño del proyecto Ubika se comprometió a cumplir las peticiones de los vecinos. No obstante, al pasar los días los oficios que habían interpuesto surtieron efecto y el 10 de julio, la Dirección General de Jurídico y Gobierno de la demarcación suspendió la obra por cuestiones de Protección Civil.

La empresa remedió las observaciones de Protección Civil y el 24 de julio levantaron los sellos. Para ese momento, los vecinos ya tenían los resultados de un estudio que mandaron a hacer a Sísmica de Suelos, S.A. de C.V. que determinó que por las vibraciones ocasionadas por la maquinaria podría haber daños a los inmuebles colindantes.

“Colocaron unos instrumentos para hacer mediciones y documentó cómo las vibraciones ocasionadas por la construcción del muro Milán rebasa por mucho los límites internacionales de la norma DIN45-30. Las estructuras de los edificios están siendo sometidas a movimientos superiores a los que pueden soportar”.

Flores indicó que con ese documento elaboraron una demanda penal en contra de las autoridades y empresa por los daños ya ocasionados y las afectaciones futuras en caso de continuar la obra.

“Uno de los dueños con los que nos entrevistamos nos dijo que el proyecto no se modificará y lo único que nos podría ofrecer es que a los vecinos (en su mayoría de la tercera edad) que están enfermos o se recuperan de cirugías y que no pueden vivir con esas vibraciones, mandarlos a vivir a otro lugar mientras la obra continuaba”.

El pasado viernes, personal del Instituto de Verificación Administrativa (Invea) realizó una inspección y encontró elementos suficientes para iniciar un proceso. Mientras se resuelve, colocó sellos de suspensión.

ams