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A siete meses del sismo, damnificados de Villa Coapa siguen en el limbo

Este edificio, situado en Villa Coapa, está en una de las zonas más afectadas por el sismo del 19 de septiembre, catalogado como amarillo

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Escrito en METRÓPOLI el

A siete meses del sismo del 19 de septiembre de 2017, los damnificados de los edificios ubicados en el Canal de Miramontes, casi esquina con Calzada del Hueso, siguen en el limbo y esperan a que el gobierno agilice los trámites para la reconstrucción de sus viviendas.

El tiempo avanza a cuenta gotas, mientras el edificio con número 3010 del complejo habitacional conocido como Los Girasoles ya fue demolido. Fue el más dañado. Los vecinos de ese inmueble no aceptaron las condiciones para redensificar y así pagar la reconstrucción.

(Foto: Sharenii Guzmán)

Este espacio luce vacío, no se sabe qué pasará. Cada torre de la unidad tiene situaciones distintas. Hay quienes aceptaron el crédito del Instituto de Vivienda (Invi) del Distrito Federal y su proceso está más avanzado, aunque detenido. Hay casos donde aún no cuentan con el dictamen oficial.

Los damnificados del edificio Canal de Miramontes 3020 están a la espera de que el gobierno otorgue un vale para realizar los estudios de mecánica de suelo y al fin arranque el proyecto de reconstrucción.

“Hace más de un mes nos prometieron que iba a publicarse en el Diario Oficial para que nos entregaran el dinero y no ha sucedido. Nos entregaron de manera simbólica el cheque, pero nada más”, relató a La Silla Rota Alicia Medina, quien tiene su departamento en el sexto piso del inmueble.

(Foto: Sharenii Guzmán)

Este edificio, situado en Villa Coapa, está en una de las zonas más afectadas por el sismo del 19 de septiembre, catalogado como amarillo. La mayoría de los vecinos aceptó los créditos del Instituto de Vivienda de la ciudad (INVI) para reconstruir.

Los demás no son sujetos a crédito, debido a que son mayores de edad o porque no tienen a quién nombrar como deudor solidario, uno de los requisitos. Este es el caso de Alicia, una mujer que no se casó y tampoco tuvo hijos.

Llegó a Los Girasoles hace 33 años, antes del sismo del 85. Estaba en su casa cuando tembló hace siete meses. Vive en un sexto piso y cuando sintió el movimiento intentó ir a la azotea. Ya no pudo. Se quedó en el pasillo y esperó a que terminara, no era posible caminar. Al salir vio tranquilo, después de varios minutos empezó el caos.

(Foto: Sharenii Guzmán)

El recuerdo es fresco. Casi diario Alicia va a hacer guardia afuera del edificio. El sismo cambió su vida. Antes no tenía mayores preocupaciones mas que sus actividades cotidianas. Ahora ni siquiera tiene casa y no sabe cómo recuperarla.

Alicia, además de no ser sujeta de crédito por ser adulta mayor, no tiene algún familiar directo que sea su deudor solidario. Desde hace siete meses se queda con una amiga. Le han brindado cobijo y espera que la “sigan aguantando”.

Su caso es complicado. De alguna manera tendrá que solventar sola la reconstrucción de su departamento. “A ver cómo salen las cosas. Habrá que vender algo o esperar la ayuda de algún familiar”.

La reconstrucción de su edificio tardará por lo menos un par de años. Se tienen que hacer varios pasos. Además, casi todo será a cargo de los vecinos. El gobierno “prestará” el dinero para hacer los estudios de mecánica de suelo y hará el proyecto; esto aparte de que cada dueño de departamento decida o no aceptar el crédito del INVI.

“Después del proyecto de reconstrucción se tendrá que cubrir todo por nuestra cuenta. Material, mano de obra y arquitecto. Mientras no tengamos el proyecto de reconstrucción no sabremos cuánto dinero necesitaremos”.

No todos los vecinos han sacado sus muebles, ya que es difícil pagar una bodega y renta. La mayoría se queda con familiares y no pueden llevarse sus pertenencias. Hay quienes han podido sacar sólo lo esencial.

“No aceptaremos el crédito del INVI”

A unos metros de esta torre está el edificio situado en el número 3032. Fue uno de los más dañados, después del que demolieron. Los vecinos todavía no tienen un dictamen oficial y están a la espera de los estudios finales, los cuales indicarán si es reparable, aunque está catalogado en rojo.

A siete meses, algunos damnificados de estos edificios mantienen sus campamentos. No duermen ahí, solo están de día para vigilar. Es el caso de José Carlos Velázquez, cuyo departamento está en el segundo nivel del 3032 en Canal de Miramontes.

Señaló que aún no cuentan con un dictamen oficial. Les han dado informes, todos son contradictorios. La constante es que les dicen que su edificio es reparable, aunque no les han informado cómo será la reconstrucción o si van a demoler. Faltan estudios y no los han realizado.

(Foto: Sharenii Guzmán)

“Aquí estamos esperando. Mientras tanto no hay apoyo del gobierno, vigilancia ni ganas de hacer algo. Como ya están en campaña se olvidaron de nosotros. A parte nos quieren correr de la vía pública, porque dicen que estorbamos a los peatones. Incluso ya nos cambiamos, primero estábamos cruzando la avenida, del lado del centro comercial”.

Hace más de un mes abrieron una zanja para meter tubería. Eso provocó que se levantara el polvo y la tierra. El campamento se tuvo que mover. Se cambió justo enfrente del edificio que custodian.

La mayoría de los habitantes del edificio 3032 no va aceptar los créditos ni la redensificación.

Después de pagar más de 20 años el departamento, no están dispuestos a endeudarse de nuevo. 

(Foto: Sharenii Guzmán)

“Lo que peleamos es que nos otorguen el dinero que nos corresponde. No pediríamos si supiéramos que no hay, pero sí hay dinero para que nos donen. Y así podamos demoler o reparar”. 

Comentó que aunque necesitan los estudios, los vecinos han calculado que ese inmueble con 30 millones de pesos se arregla.

“Necesitamos que primero se hagan los estudios, los cuales va a pagar el gobierno, ya está comprometido para ello. En cuanto se hagan los estudios y tengamos los resultados los comparamos con nuestros ingenieros para ver si es viable. Ya veremos si se demuele o se repara. Mientras tanto no vamos aceptar los créditos, porque no tenemos dinero”.

(Foto: Sharenii Guzmán)

José Carlos tiene una hija y esposa. Están viviendo en casa de su suegro, muy cerca de su departamento, en Pacífico y División del Norte. Dijo que extraña su casa, a pesar de ello no aceptará endeudarse.

“Tuvimos la suerte de que nos diera asilo y ahí estamos dando lata, él aguantando. Muchos compañeros no tuvieron esa suerte. Hubo vecinos que están rentando con el poco sueldo que tienen en las orillas de la ciudad y otros se quedaron con amigos o familiares, pero no es lo mismo. Necesitamos estar en nuestra casa”. 


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