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Transformación de cuarta

Mario Delgado presentó una reforma profunda a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que más que un avance parece un retroceso. | Julio Castillo López

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Escrito en OPINIÓN el

Muchas cosas han declarado desde que ganaron la presidencia de la República; muchas contradicciones, errores y aciertos, pero hace unos días, Mario Delgado, presentó a nombre de Morena una reforma profunda a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal en la que ya se ven las cosas que sí quieren y más que un avance parece un retroceso en todo lo avanzado, algunos ejemplos de ello:

·         El cambio de nombre de Sedesol a Secretaría del Bienestar, aunque es un cambio más estético que de fondo es un ejemplo del discurso populista que planean mantener todo el sexenio.

·         La centralización en la Oficina de la Presidencia (una súper oficina por lo que plantea la reforma) de toda la relación con medios de comunicación.

·         Hacienda centralizará todas las oficinas de oficial mayor… o sea de administración, de todas las dependencias, y ahora se llamarán “Unidades de Administración y Finanzas”.

·         Gobernación se adelgazará y se concentrará en tres subsecretarías: 1. Gobierno, Enlace Legislativo y Normatividad de Medios de Comunicación; 2. Derechos Humanos, Migración y Población; y 3. Democracia Participativa, Fomento Cívico y Asuntos Religiosos.

·         Hacienda también consolidará todas las compras del gobierno federal, de hecho se les quitará la facultad de adquisición a todas las secretarías y quedará un solo gran comprador: Hacienda. De hecho el texto dice: “las atribuciones para planear, establecer y conducir la política general en materia de contrataciones públicas reguladas por la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas…” esto quiere decir que incluso las licitaciones de obras serán filtradas por Hacienda.

·         La creación de las nuevas unidades administrativas denominadas “Delegaciones de Programas para el Desarrollo” o súperdelegados o virreyes… estas delegaciones estatales concentrarán las 2,300 delegaciones, subdelegaciones y oficinas de representación.

·         También es importante mencionar que las 32 oficinas de representación serán designadas y le responderán directamente a la Oficina de la Presidencia.

Todo esto se resume en una sola palabra: centralismo; y el federalismo (lo opuesto al centralismo) fue una batalla que duró desde los 70 y hasta el 2000 que comenzó una descentralización efectiva. Una pena ver tantos años de lucha que se intentan borrar con un plumazo, en una propuesta de ocurrencias.

Ahora bien, la idea de llevar las dependencias a los estados no responde a un concepto federalista sino a un aumento de la representación centralista en toda la República. Federalizar sería dividir entre Gobierno Federal, estados y municipios las funciones; llevar oficinas centrales a otro lado es aumentar el centralismo y fomentar la idea de un gobierno “todopoderoso”, con un discurso populista.

Más circo que acciones

@JulioCastilloL | @OpinionLSR | @lasillarota