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Revocación de la Orden de Internet Abierto

Los defensores del internet abierto consideran que la medida de poner fin a la neutralidad de la red es antidemocrática

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Escrito en OPINIÓN el

Cuando llegó a la Casa Blanca, Donald Trump nombró como presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) a un notorio opositor de la neutralidad de la red, Ajit Pai, ex asesor del gigante de telecomunicaciones Verizon.

Con Pai a la cabeza de la FCC, el 14 de diciembre pasado sucedió lo que los defensores de la neutralidad de la red temían, la FCC votó para revocar la Orden de Internet Abierto 2015 en Estados Unidos.

El principio de neutralidad de la red significa que todo el contenido publicado en la red se trata sin discriminación, es decir sin bloquear o censurar servicios o sitios web.

Por ejemplo, prohíbe a un proveedor de servicios de Internet (ISP por sus siglas en inglés) transmitir videos de una empresa más rápido que los de otra, es decir, que un ISP como Comcast no puede hacer más lento un servicio de transmisión como Netflix, ni puede bloquear o ralentizar Fox News a favor de NBC, que es propiedad de Comcast. Tampoco tiene derecho a cobrar más a los consumidores por un acceso más rápido a YouTube o Netflix, por ejemplo. 

Los planes de datos móviles son independientes de los planes de internet para uso doméstico y están bajo un conjunto diferente de regulaciones en Estados Unidos, por lo que se considera un tema aparte.

Un “bien público”


En 2015, bajo la administración de Obama, después de un gran debate, la FCC decidió que Internet en Estados Unidos era un "bien público", al igual que la red telefónica, y que los ISP deberían estar sujetos a las mismas reglas, incluida la neutralidad de la red.

En Estados Unidos hay cuatro proveedores de servicios de internet que dominan: Comcast, Charter, AT&T y Verizon. Prácticamente la mayoría de los consumidores, incluidas las empresas de internet más importantes: Google, Amazon, Nextflix y Facebook, tienen contratado un monopolio o duopolio en términos de ISP, por lo que el fin de la neutralidad de la red supone que si su ISP decide bloquear o censurar datos, afectará de inmediato al consumidor y quedará "estancado" en el servicio al que esté conectado.

Los defensores del internet abierto consideran que la medida de poner fin a la neutralidad de la red es antidemocrática, toda vez que la administración Trump no tomó en cuenta el interés público y a la votación de la FCC no le antecedió un debate participativo para abordar el tema.

Asimismo, se teme que esta medida conduzca a la censura y aumenten los costos de la conectividad a Internet.

Ante esto, los demócratas prometieron luchar contra la derogación y pedir una legislación que restablezca la neutralidad de la red. Por su parte, organizaciones en favor de la libertad civil prometieron establecer demandas ante la Comisión Federal de Comercio (FTC), una agencia gubernamental independiente diseñada para proteger a los consumidores contra las prácticas comerciales desleales de las compañías de telecomunicaciones. 

Fin a la neutralidad de la red


La derogación de la neutralidad de la red por la comisión designada por Trump es solo el final del comienzo de los debates, pues refleja los mismos problemas que en 2010 y 2015.

La decisión de la FCC ha preparado al país para la tercera ronda del debate abierto sobre Internet, pero esta vez, la legislación deberá dar certeza tanto a consumidores, como a grandes y pequeñas empresas, así como a un gobierno con una economía digital en crecimiento.

Si bien poner fin a la neutralidad de la red es una decisión que aparentemente afectará al interior de Estados Unidos, también es cierto que existe preocupación a nivel internacional, especialmente entre las empresas extranjeras del ramo.

Estados Unidos fue el líder mundial en el tema mundial durante los años ochenta y noventa, sin embargo hoy en día el mundo se ha alejado del modelo estadounidense, pues países de América Latina, Europa, Asia y otras regiones ahora siguen su propio camino.

En este sentido, si una empresa de cualquier país quisiera prestar su propio servicio de transmisión, similar a Netflix, requerirá la aprobación de los proveedores de servicios de Internet estadounidenses, como Comcast, que tiene su propio servicio de transmisión y que está estrangulando a Netflix, o a AT&T que está en proceso de comprar Time Warner, la empresa matriz de HBO.

La acción de la administración de Donald Trump para desterrar la neutralidad de la red perjudicará a los consumidores y a las pequeñas empresas pues plantea un escenario en el que se puede brindar un acceso diferenciado a Internet para los usuarios, en términos de costo y velocidad, así como de contenido, con un riesgo para la libertad de expresión.

Todo parece indicar que Trump está dejando a las fuerzas disruptivas del mercado la competencia, y el área de las telecomunicaciones no es la excepción. Si bien el destino de la neutralidad de la red aún no está sellado pues este puede ser litigado en la FTC, incluso en el Congreso estadounidense, también es cierto que mientras eso sucede, el avance tecnológico continuará cambiando la manera en la que vivimos, aprendemos, ganamos, compramos y nos conectamos al mundo del siglo XXI. 

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