En días recientes, el Consejo Nacional de Morena aprobó en lo general y particular el plan de trabajo y los lineamientos del Instituto de Formación Política del partido que preparará a los próximos candidatos a presidente, gobernadores, legisladores y funcionarios públicos: serán los morenistas del futuro.
El partido buscará que todos sus candidatos tengan capacitación para cargos de gobierno, y si algún militante desea participar en las tómbolas para ser postulado en futuros procesos, deberá pasar antes por el Instituto de Formación Política.
Habrá cursos que podrán tomar tanto militantes como quienes aspiran a pertenecer al partido. Se busca que esta nueva instancia tenga escuelas en todos los estados y comunidades del país. La capacitación será técnica e ideológica.
Me interesa poner el acento en la importancia de la capacitación ideológica frente al ejercicio de la función pública y política.
Será fundamental una evaluación rigurosa de los principios de cada aspirante, de sus méritos, y preparación para poder ingresar al Instituto de Formación Política para así formar cuadros con jóvenes preparados, capacitados en administración pública, honestos y con principios en concordancia con los principios éticos de nuestro movimiento.
Elegir los mejores perfiles. Que las nuevas generaciones de militantes tengan valores firmes frente a la complejidad del ejercicio del poder. Que sean personas con un proyecto, y evitar la pugna de cuotas de grupos, porque así no funcionará. Trabajar sin corporativismos de ninguna índole; sin que se permitan facciones, corrientes o grupos que vulneren la soberanía del partido.
Evitemos las confrontaciones, las fisuras, las grietas, las pugnas internas por el poder en aras de seguir formando el pensamiento crítico. Ahora somos gobierno, y se requiere serenidad para cuidar el partido y su institucionalización, para así dignificar la labor política, generar, y apostar por una ciudadanía más crítica y consciente; fortalecer el debate y el análisis político. Evitar que los cargos lleguen a personas que no tengan capacitación en la administración pública o legislativa.
Que a los próximos aspirantes a ser protagonistas del verdadero cambio no los nutra la ambición al dinero, ni el poder para beneficio propio. No permitamos, como dicta el Estatuto de Morena ninguno de los vicios de la administración anterior marcada por el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo, el patrimonialismo, el clientelismo, la perpetuación en los cargos, el uso de recursos para imponer o manipular la voluntad de otras y otros, el entreguismo y la corrupción. Reconstruyamos, formemos sustentados en los principios de la honestidad y la ética democrática.