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¿Aplausos para las instituciones?

José Antonio Sosa Plata

Por
Escrito en OPINIÓN el

El presidente Enrique Peña Nieto abrió el lunes pasado una controversia muy interesante. Su afirmación sobre “el bullying” que hacen algunas organizaciones de la sociedad civil a las instituciones del Estado nos lleva a reflexionar sobre las fallas que aún tiene la comunicación gubernamental en el tema de la #SeguridadPública.

El punto ha sido uno de los más vulnerables de su administración

Por un lado, porque la percepción de inseguridad sigue creciendo a pesar de los avances que se han registrado en los últimos años. Por el otro, porque las estrategias de comunicación, las narrativas y los mensajes de los gobiernos en sus tres niveles no han encontrado un modelo que funcione en forma efectiva.

La sociedad ha sido más efectiva

Frente al peso de la denuncia pública sustentada de algunas organizaciones sociales; de cara a la contundencia de las noticias en las que se confirman la corrupción e impunidad de los criminales y de los servidores públicos que se coluden con ellos; y ante los videos, imágenes y relatos que suben las víctimas a las #RedesSociales, parece que se trata de una misión imposible.

El presidente @EPN comprende la situación

Por eso su llamado parece, más que la búsqueda de una confrontación con María Elena Morera, presidenta de #CausaEnComún, un intento mal diseñado y mal calculado para llamar la atención sobre los resultados que han dado las instituciones de seguridad en contra de las organizaciones criminales.

Las reacciones de estos días así lo confirman

“Para demandar hay que dar”, dijo el presidente Peña Nieto. Y pidió a las organizaciones civiles estar dispuestas “a dar y reconocer cuando hay una buena actuación, cuando [las instituciones gubernamentales] logran los objetivos deseados”.

¿Acaso es poco lo que aportan las organizaciones de la sociedad?

El rol que han asumido muchas de estas no solo ha sido de gran importancia en la tarea corresponsable de cumplir la misión del Estado, sino que ha sido una respuesta ejemplar frente al llamado de corresponsabilidad que siempre han pedido nuestras autoridades.

Es cierto que la crítica a las instituciones ha sido despiadada

Pero la realidad es tan dramática, devastadora y trágica que impide contener las emociones y reclamar con vehemencia a quienes tienen la obligación y la responsabilidad de garantizar la seguridad pública en el país. ¿De qué otra forma le podemos pedir que reaccione a quien ha sido secuestrado, asaltado o violentado en su integridad física o patrimonial? ¿Qué esperar de los familiares de quienes mueren o desaparecen por las acciones impunes de los criminales?

Sin embargo, las críticas no son el centro del mensaje

Causa en Común y otras organizaciones ciudadanas investigan con seriedad y profesionalismo, difunden sus resultados hasta donde sus recursos y capacidades les permiten, desarrollan modelos de participación para apoyar la labor institucional, fortalecen el tejido social y tratan de construir una cultura de participación más activa de la sociedad.

¿Cuántos funcionarios reconocen y apoyan su labor?

Si el dilema político y profesional no es de fácil solución, tampoco lo es el de comunicación. La razón es muy sencilla. Cuando algunos/as dirigentes de las organizaciones de la sociedad civil han apoyado o reconocido en forma abierta a instituciones y/o funcionarios de primer nivel, han recibido ataques y críticas muy fuertes por su “subordinación”, “entreguismo” o “sometimiento” al poder político.

El Presidente tiene razón en estar molesto

En el viejo y en el nuevo ecosistema de comunicación, las buenas noticias no son noticias. El predominio del escándalo, el conflicto y la tragedia obstaculizan la misión de informar sobre los logros, avances y buenos resultados de la labor gubernamental y, en general, de cualquier institución pública o privada.

De ahí que tenga que recurrir a la publicidad formal

El equilibrio y la respuesta que pide el primer mandatario a las organizaciones de la sociedad civil son posibles. Pero la ruta que eligió no fue la más conveniente. El mensaje, espacio, momento y formato del evento no eran los más adecuados para reaccionar como lo hizo.

En términos tácticos había otras opciones

Lo importante es hacer una distinción entre lo deseable, lo viable y lo factible. Claro que es deseable esperar que se cuente también lo bueno. Pero no es del todo viable para muchos de sus interlocutores. El equilibrio no debe buscar el reconocimiento o el aplauso como una obligación. De la misma manera, tampoco se les podría pedir que maticen sus críticas, demandas o cuestionamientos.

La solución está en el ajuste de la #Estrategia

Si bien el tiempo para corregir es corto, lo más adecuado sería encontrar la solución en la interacción pública con las y los dirigentes de las organizaciones sociales, pero sobre todo reducir la mala percepción que la mayoría tenemos con el problema de la inseguridad.

¿Por qué?

Porque es su responsabilidad, porque es lo que merece y espera la sociedad y, sí, también, porque el tema será prioritario en la #Elección2018.

Preguntas y comentarios a sosaplata@live.com

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