Main logo
OPINIÓN

¿Errores de posicionamiento?

La misión, la propuesta y la causa social de la oposición no corresponden con las necesidades y expectativas de la gente. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

El triunfo del presidente Andrés Manuel López Obrador en 2018 debilitó en forma contundente a los partidos de oposición. Desde entonces, las victorias que éstos han registrado en las elecciones federales y locales apuntan a una tendencia que hace prácticamente imposible que PRI o PAN regresen al Poder Ejecutivo. Al menos en el 2024.

La crisis que están viviendo los partidos no se le puede atribuir solo al Jefe del Ejecutivo. Sin duda, los niveles de popularidad que mantiene podrían explicar una parte del problema que enfrenta la oposición. La falta de liderazgos fuertes, una alianza pragmática entre fuerzas con diferentes ideologías y un proyecto de futuro poco comprensible para la mayoría impiden aterrizar el posicionamiento que necesitan los adversarios del presidente con la sociedad.

Las ideologías ya no son el soporte de la identidad partidista. El modelo neoliberal, primero, y el neopopulismo después, modificaron el paradigma de la relación entre partidos y sociedad. Como consecuencia de esto, el posicionamiento de la oposición se percibe como una respuesta pragmática que está por encima de las necesidades y expectativas de una sociedad muy afectada por los problemas económicos y la inseguridad.

Por si no lo leíste: "Se están quedando sin nada": AMLO da consejos a la oposición tras elecciones.

Dicha respuesta se concentra en atacar al presidente y en un mensaje central: la única manera de acabar con el dominio hegemónico del presidente es con una alianza de todas las fuerzas políticas, económicas y mediáticas posibles. Sin embargo, el efecto que se provoca en la mayoría de la población es que el objetivo no está en impulsar un cambio sino en mantener los intereses individuales y de los grupos que hoy controlan los partidos.

Los argumentarios y mensajes clave de los partidos de oposición no se están concentrando con efectividad en el desencanto de una parte importante de la sociedad. Tampoco en las emociones de enojo o frustración que sin duda sienten algunos sectores de las clases media y alta. La relación comunicativa con los grupos en desventaja —y con quienes terminaron profundamente desilusionados de los regímenes anteriores— prácticamente no existe.

Entérate: Revueltas al interior de Va por México que tambalean la alianza.

No puede haber un posicionamiento efectivo con tantas voces disímbolas que se expresan en forma simultánea, confundiendo a las audiencias. Es imposible ganar la batalla de las percepciones cuando los conflictos entre las cúpulas dominan la agenda noticiosa e invaden las redes sociales. Es muy difícil ganar la simpatía de la gente cuando no hay líderes o lideresas fuertes, confiables y carismáticos capaces de enfrentar a las y los aspirantes mencionados por el presidente de la República.

Las consecuencias están a la vista. De mantenerse esta tendencia, los partidos opositores no solo perderán de manera contundente la presidencia. Algunos incluso corren el riesgo de perder sus registros. Los problemas ideológicos y estructurales son apenas la punta de un iceberg que les impide encontrar las soluciones estratégicas que necesitan. Para que el cambio que ofrecen sea efectivo, primero tienen que descubrir lo que debe cambiar en su interior.

Te recomendamos: Sara Sefchovich. Tiempos de desilusión. El Universal, 3 Julio 2022.

Los procesos de gestión de crisis de poco les han servido. Las elecciones de junio pasado no fueron el punto de inflexión que esperaban. Sus derrotas y la falta de contrapesos efectivos se explican porque la ciudadanía no ha olvidado la corrupción, engaños, opacidad e incumplimientos de los gobernantes durante las últimas décadas. Tampoco ha visto frutos de los escasos esfuerzos de negociación y acuerdo que se han buscado para revertir algunos de los retos más grandes que tiene la nación.

Para ganar la presidencia es imprescindible consolidar una fuerza verdaderamente nacional. El PRI y el PAN la perdieron. El PRD está agonizando. Seguro que es factible su reinserción hasta reconstruir un sistema tripartidista o bipartidista. Pero la falta de liderazgos y de contundencia en el posicionamiento lo impiden. La renuncia de algunos dirigentes es tal vez necesaria. Por lo tanto, están obligados a ir más allá. No tendrán un posicionamiento efectivo si no se replantean las estrategias políticas y comunicacionales.

Lee más: Helena Varela y Enrique Gutiérrez Márquez. Se necesita una oposición que construya proyectos políticos. Comunicados Ibero, Universidad Iberoamericana, 6 Junio 2022.

El fenómeno político que vivimos en México no es exclusivo de la región. Los reveses que el modelo económico global sigue dando a los grupos vulnerables de la sociedad impulsan el empoderamiento de la izquierda en América Latina, el cual en buena medida se explica por su capacidad demostrada para posicionar sus mensajes con la mayoría. Esto es, con los más afectados, con los más desilusionados, con quienes menos tienen.

La conexión emocional es esencial para el posicionamiento efectivo. ¿Cómo lograrla si la oposición se olvida de los principios más elementales de la comunicación política? Las críticas, cuestionamientos y denostaciones al presidente y su familia no deben ser el eje de sus argumentos. Se trata de tácticas que apuntan al escándalo y la descalificación, cuando la sociedad demanda la atención urgente de problemas para sobrevivir y recuperar la calidad de vida. 

Te puede interesar: Javier Lafuente. América Latina gira hacia una nueva izquierda. El País, 25 Junio 2022.

Enfocarse de manera prioritaria contra las debilidades reales o aparentes del adversario es una equivocación. La crisis de confianza y credibilidad de los partidos también tienen que ver con el mal manejo de los conflictos. Cierto es que en política, son inevitables y necesarios. Pero también lo es que el posicionamiento no los debe ignorar. Lo que resulta preocupante es concentrarse en éstos de manera obsesiva. Jerarquizar mal las prioridades aumenta los riesgos.

El nuevo ecosistema de comunicación ha obligado a políticos y consultores a realizar ajustes importantes en sus estrategias. La hipersegmentación de audiencias, más el aumento de la desconfianza ciudadana como resultado de que está mejor informada y dispone de diversas herramientas para expresar lo que piensa, no cambia el sentido básico del posicionamiento. Las características técnicas son las mismas. Lo que se deben adaptar son las narrativas. 

Consulta: Raniero Cassoni. La batalla por la democracia contra el pragmatismo por el poder. Beers and Politics, 5 Febrero 2021.

Desde otro punto de vista, es preciso recordar que los gobiernos y líderes mal evaluados facilitan un posicionamiento de cambio. Sin embargo, la promesa de transformar se ha desgastado tanto que el concepto ya no tiene la misma fuerza que logró en la elección de 2000. El hecho no significa que sea muy complicado comunicar un mensaje efectivo y eficiente. Los estudios de opinión cuantitativos y cualitativos ofrecen múltiples posibilidades.

Otro reto a superar es que el posicionamiento debe ligarse a la imagen del candidato o candidata. Los elementos del perfil y los valores que tendría que proyectar tienen que ser congruentes. El presidente López Obrador y su movimiento han obtenido muy buenos resultados en esta fórmula. Si el adversario principal que surja desde la oposición lo comprende y analiza, incrementará sin duda las posibilidades, por lo menos, de lograr una mayor competitividad que la que hoy le ofrecen los partidos o la coalición.

Recomendación editorial: Al Ries y Jack Trout. Posicionamiento: la batalla por su mente. México: Mc Graw Hill, 1990.