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El día que Luis Echeverría inventó el secuestro de su suegro

Era 1974, hubo una manifestación en contra del suceso y guerrilleros pidieron dinero, pero todo fue una justificación para movilizar tropas federales a Guadalajara

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Las controversiales decisiones como presidente y funcionario de gobierno dejaron en Luis Echeverría la fama de ser un hombre “maquiavélico”, define Javier Coello Trejo, “El fiscal de hierro”, quien narra la anécdota del secuestro del suegro del expresidente priísta.

La guerrilla urbana, durante el sexenio de Echeverría se asentó en Guadalajara por lo que su gobierno prestó especial atención a la capital jalisciense. 

José Guadalupe Zuno, pintor, escritor y padre de María Esther Zuno, quien a su vez se casó con el hoy expresidente; fue secuestrado el 28 de agosto de 1974, según estalló la noticia en los medios de comunicación, escribió Coello en sus memorias.

Pese a que la opinión pública se conmocionó, hubo una manifestación el día treinta “organizada, por supuesto, por el propio gobierno”, además de que los guerrilleros pidieron dinero y la liberación de los presos políticos; el 7 de septiembre Guadalupe Zuno apareció con vida y en buen estado.

“La verdad es que el presidente Echeverría inventó lo del secuestro de su suegro para justificar el envío de más hombres a Guadalajara y tener bajo vigilancia a los grupos estudiantiles donde se formaban los cuadros para engrosar las filas de las guerrillas”, asegura Coello Trejo, quien para entonces formaba parte del Ministerio Público y fue enviado a Guadalajara para rescatar a don Guadalupe.

El operativo en Guadalajara estuvo encabezada por Miguel Nazar Haro y Florentino Ventura, instruidos por “la compañera Esther, como le llamaban a la esposa del presidente Echeverría”.

“Cateamos la mitad de Guadalajara, interrogamos gente, aprehendimos a presuntos guerrilleros, movilizamos cientos de hombres y de pronto apareció el viejo Zuno caminando por la calle como si nada hubiera pasado”, narra.

A 50 AÑOS DEL HALCONAZO

Luis Echeverría se vendió como un demócrata abierto a las críticas para llegar a la Presidencia, se desconocía ese momento que él había sido el hombre detrás de la masacre de Tlatelolco cuando era Secretario de Gobernación (Segob) de Gustavo Díaz Ordaz.

En la zona del casco de Santo Tomás, alrededor de 10 mil jóvenes, en su mayoría estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se reunieron para marchar hacia el Zócalo de la Ciudad de México. Era el 10 de junio de 1971.

Tras salir del casco de Santo Tomás y llegar a avenida de los Maestros, los manifestantes se encontraron con las calles bloqueadas por granaderos del Distrito Federal. 

Entonces, apareció un grupo de jóvenes vestidos de civil quienes supuestamente se iban a sumar a la marcha, sin embargo, eran infiltrados armados con varas de bambú quienes comenzaron a agredir a los estudiantes, eran “Halcones”, un grupo paramilitar creado por el gobierno para “reventar” manifestaciones. 

Luís Echeverría Álvarez está a punto de cumplir 100 años de edad. Enfermo, recluido en su casa de San Jerónimo, hace unos días reapareció para vacunarse contra covid. Ese hombre señalado como responsable del “Halconazo”, ocurrido hace medio siglo, debería por lo menos pedir perdón por lo que hizo. 

Al menos es lo que afirma Jesús Martín del Campo, uno de los líderes juveniles de aquel movimiento y quién vio morir a un hermano a causa de esa acometida violenta de los llamados Halcones, escribió Jorge Ramos Pérez para La Silla Rota.


(djh)