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Cambio climático, visitantes y hasta rituales santeros afectan el Río Magdalena

Las autoridades de la Ciudad de México se enfrentan al reto de mantener vivo el único río de la CDMX, pese al incremento en la demanda de agua en la zona

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Escrito en METRÓPOLI el

El Río Magdalena, el único que queda vivo en la Ciudad de México y que surte de agua a una parte de la alcaldía Magdalena Contreras, depende de las lluvias, que al paso de los años han comenzado a disminuir debido al cambio climático, advierte en entrevista con La Silla Rota Arturo Romero, encargado de la planta potabilizadora Río Magdalena 2.

“Hay años que llueve menos, hay otros que se recupera, el 2020 estuvo muy triste”.

La planta, mejor conocida como La Cañada, es operada por el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y se nutre del cauce del Río Magdalena. Diseñada para potabilizar hasta 200 litros por segundo, normalmente opera con 3 bombas, cada una con capacidad de jalar a la potabilizadora 50 metros cúbicos por segundo, pero actualmente opera con uno, debido al estiaje, ya que el flujo no alcanza para sacar más, explica el funcionario.

FOTO: Cortesía

“A veces hay que dejar parada la bomba para que se recupere el cárcamo”.

Inaugurada en 2009, año desde el cual Romero comenzó a trabajar ahí, el funcionario comparte que ha visto disminuir un poco el cauce del río, por la falta de lluvias. Lo más reciente fue en 2020, cuando hubo pocas lluvias y el año pasado el flujo para potabilizar bajó. Pero el 2021 sí hubo lluvias abundantes y el río volvió a aumentar su caudal.

Pero además de los impactos del cambio climático que ocasionan que haya años que llueve poco, la demanda de agua cada vez es mayor, ante el avance inmobiliario, por lo que para surtir a las colonias de la alcaldía, a partir de la planta de La Cañada, el caudal desaparece.

Eso ha causado la inquietud de vecinos de la demarcación, que temen desaparezca su río, que ya no baja a otras zonas de la ciudad, aunque tampoco lo hace en formas de aguas negras, pues en diversas colonias era usado como desagüe de aguas negras.

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Sobre la falta de agua precisamente a partir de la planta potabilizadora de la Cañada, que ha sido denunciada por vecinos, los entiende, asegura el funcionario.

“Comienza a ser normal si en el cauce nada más hay para 50 litros y es lo que estoy tomando, ¿qué puedo dejar pasar? Ahora bien, es cierto, los vecinos quieren que el río siga vivo, pero el dilema es ‘¿surto de agua a la Magdalena, a ustedes mismos o dejo que esté vivo. ¿Cuál sería?’ Qué más quisiera que esté vivo todos los años”, dice en entrevista telefónica.

¿Está vivo hasta la Cañada?

“Prácticamente sí hasta este momento. A veces hay pequeños riachuelos, pero sí está muy triste. Me pongo en su lugar, de niño veía que había agua, ahora hay que entender que no hay”.

El ingeniero dice que mientras llueva habrá escurrimientos pluviales que alimentarán el río, pero prevé también la demanda del agua se incrementará.

Al impacto del cambio climático, hay que agregar la contaminación que sufre por parte de comerciantes y visitantes, e incluso de personas que hacen rituales de santería y que dejan restos de frutas y animales, algunos de los cuales van a dar al cauce.

NACE EN LO MÁS ALTO

El Río Magdalena está ubicado en el bosque del mismo nombre. Nace en la Sierra de Las Cruces, a una altura de 3 mil 550 metros sobre el nivel del mar, y tiene manantiales y escurrimientos de los Cerros La Palma, El Gavilán y El Muñeco.

Su cauce desciende desde lo más alto por los llamados 4 Dinamos, pasa por la Cañada y continúa su descenso por San Nicolás Totolapan, conectándose con el Río Eslava. Continúa por colonias como Fuentes del Pedregal y Santa Teresa hasta cruzar el Periférico y descargar en la Presa Anzaldo.

El agua de la presa, que también recibe caudales del Río San Jerónimo (Anzaldo), en adelante se conduce a través de colectores por la Avenida Río Magdalena hacia el interceptor poniente y en otro ramal hacia Chimalistac, en los Viveros de Coyoacán, para desembocar en el Río Churubusco.

FOTO: Marco Antonio Martínez

CONTAMINACIÓN DE VISITANTES Y SANTEROS

La planta está ubicada en la zona de La Cañada, a la entrada del pueblo de Magdalena Atlitlic. Ahí se ubica una zona rural de recreo donde se instalan comerciantes, así como personas que instalan juegos y rentan caballos. Al sitio llegan cada fin de semana personas de la ciudad y otros estados a buscar pasar un rato ameno y a tener contacto con la naturaleza.

Pero ese es uno de los retos que enfrenta el río, la contaminación que causan los comerciantes y los visitantes a la zona, ya que algunos dejan basura y es común ver envases de refrescos, de dulces, de frituras, en el piso y algunos llegan al río.

A ello se suma que es también común encontrar cocos partidos a la mitad, velas, muñecos e incluso animales sacrificados que forman parte de rituales de la Santería. El problema es que luego de concluirlos, los abandonan y contaminan al río.

“Hacen rituales y dejan restos adentro y afuera, dejan basura, animales sin cabeza, si persiste ahí la materia viva se descompone, por eso hay que estar atento”.

Además de la planta hay otra que se llama Río Magdalena 1, que se encuentra más arriba y la cual fue instalada en 1979, a la altura del Dinamo 1. Ambas son las únicas dos del sistema de plantas operadas por el SACMEX que potabilizan agua superficial: ambas tienen en común que se nutren del Río Magdalena.

FOTO: Cortesía

Aunque se potabiliza el agua, ayuda que no se contamine o llegue lo más limpia posible. Por ello es por lo que hace años se llegó a un acuerdo con los criadores de trucha que usan agua del río para sus granjas, y que cada cierto tiempo deben hacer descargas con restos orgánicos. Ahora, cuando lo hacen deben avisar al SACMEX, para que ellos sepan detengan el proceso de potabilización mientras se va lo turbio.

“Eso se vio tiempo atrás con los trucheros, que usan aguas para su producto y mantenerlas vivas, pero cuando hacen su mantenimiento de limpieza sí teníamos esos inconvenientes, el agua llegaba con desechos de trucha, se hicieron juntas en su momento con organizaciones, se convino para que cuando hicieran limpieza dejáramos de captar agua, ha funcionado”.

Previamente a la apertura de la planta Magdalena 2, debieron cerrar cuatro descargas clandestinas de aguas negras -cuyo sucio contenido iba directo al río y lo contaminaban. Para eso se requirió hacer dos recolectores.

Pero incluso lo que hacen algunos visitantes, de arremangarse sus pantalones, quitarse su calzado y meterse al río sin importarles sentir las aguas frías, provoca el movimiento del sedimento y el agua se enturbia y eso obstaculiza la potabilización. Es por ello por lo que el funcionario les pide evitar hacer eso.

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El encargado de la planta potabilizadora Río Magdalena 2 comenta que el proceso de potabilización no es fácil hacerlo. A ello se suma que se manda a dos tanques, el primero es el Reynaco, que está hacia arriba.

“El envío se hace mediante equipo de bombeo, debe librar 120 metros de altura y una distancia de un kilómetro con pendiente hacia arriba. Por eso se usa equipo de bombeo. El equipo es muy caro y más su mantenimiento”.

El tanque de Reynaco surte a colonias como Pueblo Nuevo Bajo, Las Palmas y la Magdalena, pero de ahí también se va a otro tanque, el de La Mesita que distribuye agua potable a La Mesita, Tierra y Unidad, entre otras, detalla el funcionario del Sacmex.

PIDEN CUIDAR PATRIMONIO

El 26 de abril pasado la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación organizó el seminario Sustentabilidad Alimentaria, que abordó la problemática del Río Magdalena.

La académica e investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Lucía Almeida Leñero, dijo que es una gran ventaja para la ciudad contar con esa zona, pero para esta hay algunas desventajas como la creciente urbanización, la pérdida de vegetación, incremento diario en la demanda de agua, elevados índices de contaminación, y los desaprovechamientos de aguas de lluvia; además de altas temperaturas y alteraciones en la precipitación ocasionadas por el cambio climático.

Ahí también participó la investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM, Ana Lilia Martin del Pozzo, quien se refirió a las características de la zona y su contribución a la recarga del acuífero que nutre al río.

FOTO: Marco Antonio Martínez

Destacó que en la parte superior de la zona hay un importante crecimiento poblacional, el cual impacta significativamente la recarga e infiltración del acuífero. En el Cerro de las Cruces, donde nace el río, empezó el diagnóstico de la situación, continuó en los cuatro Dinamos y siguió en la zona baja, a la altura de Periférico Sur.

La investigadora explicó que en dichos sitios se monitoreó el agua en temporadas de sequía y de lluvias por varios años.

De los resultados que se obtuvieron, la investigadora del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM indicó que la infiltración de las zonas alta, media y baja es en general, intermedia. Es en la última parte donde el agua no se puede infiltrar por el desarrollo urbano de la zona, donde abundan las construcciones y el asfalto, lo que impide la recuperación del acuífero y eso causa inundaciones.

Respecto al agua, explicó que en la zona alta es transparente y de buena calidad; en la parte media, donde se encuentran los Dinamos y se registra la presencia de venta de alimentos y de las granjas trucheras, el agua ya presenta deterioro; mientras que en la parte baja, donde se ubica el Foro Cultural de la Magdalena Contreras el flujo contiene materiales de las descargas que se hacen al río.

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A partir de estudios de microbiología, desde el segundo Dinamo se identificó materia fecal, incluso E. coli, lo que se hace más intenso en la parte baja, con importantes riesgos para la salud. Entre las propuestas figura la construcción de humedales, incluso se formaron varios de manera demostrativa, uno de ellos, en el Foro Cultural de la Magdalena Contreras.

En el seminario participó también la investigadora Alma Chávez Mejía, del Instituto de Ingeniería de la UNAM. Destacó que el río es uno de los patrimonios naturales de la ciudad.

“Es nuestro deber conservarlo, pues provee de servicios ambientales como la filtración del agua del subsuelo, espacios recreativos, y la regulación del clima”, alertó Chávez Mejía.

 

ACZ