Esperanza caminaba por la calle Soria, en la colonia Álamos, cuando comenzó a escuchar de nuevo la alerta sísmica. Apenas habían pasado 45 minutos de que había sonado la misma alerta, como parte del simulacro, cuando volvió a activarse, aunque no estaba programada.
El sonido desconcertó a quienes pasaban cerca de ese cruce con Castilla, frente al parque Santiago Xicoténcatl y a una cuadra de la calle Bolívar y dos de Isabel la Católica. Algunas personas comenzaron a salir, otros que iban sobre la acera no se detenían, pero a los pocos segundos se comenzó a sentir el movimiento telúrico y con ello el desconcierto capitalino.
Otra vez un sismo en 19 de septiembre, como en 2017 y en 1985.
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Fue entonces que los que se habían salido de los negocios, un mini Chedraui, unos restaurantes y tiendas, comenzaron a colocarse en donde no hubiera cables encima e hicieron bien, porque de pronto se escuchó un estruendo, como de transformador quemado. El chirrido de la alerta sísmica continuaba ahora acompañado con la voz de un hombre que decía “alerta sísmica, alerta sísmica” y el estresante tuiii, tuiii, tuiii.
Mientras el movimiento sísmico se desarrollaba, unas personas sacaron su celular para grabar y compartir el sismo en sus redes, otros platicaban y algunos más hábiles hacían ambas cosas. Fue el caso de Esperanza, quien, sorprendida por la coincidencia de un nuevo sismo en un 19 de septiembre, sólo atinó a decir que cuando escuchó los altavoces de la alerta sísmica, no creyó que fuera por un temblor.
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“Pensé que era una broma o una falla, no puede ser”, expresó a media calle.
Así como ella, en las pláticas persona a persona o en los chats de whatsapp había azoro, desconcierto, sorpresa e incredulidad, porque tembló otra vez en 19 de septiembre. En 1985 la intensidad fue de 8.1, en 2017 de 8.2 y el de este año de 7.7. El primer 19S fue en la mañana, a las 7:19, en 2017 a las 13:14pm y este año a las 13:05pm.
Los memes, síntesis del pensamiento popular, lo resumieron así: “se sintió muy real el simulacro…”.
RECUERDOS DE OTRO 19S
El sismo de este 19 de septiembre de 2022 le hizo emerger a Esperanza los recuerdos del ocurrido en 2017, que dejó 228 personas fallecidas. Ella estaba en Parque Delta, en Cuauhtémoc y Viaducto, y atestiguó como una mujer dio a luz ahí, debido al pavor que vivió ese día.
“Fue horrible al temblar, al explotar algo. Pero este día pensé que era una broma”, reiteró, con la mirada asustada, mientras a su alrededor había parejas abrazadas, una mujer con delantal corriendo, un auto detenido sobre el asfalto y algunos empleados de la alcaldía Benito Juárez atentos a lo que pasara.
Más adelante otros compartirían sus experiencias de este 19 de septiembre. Un señor que bajaba mercancía para un Mini Chedraui no se había dado cuenta que temblaba, hasta que sintió que el camión se movía y entonces decidió bajarse.
En las escuelas que están cerca, los padres rápidamente acudieron a recoger a sus hijos. Algunos niños salían entre lágrimas, asustados.
En el mercado algunos de los vendedores reconocían que no habían participado en el simulacro a las 12:19pm, porque no quisieron dejar su puesto solo, pero ante el sismo sí debieron hacerlo, como hizo uno de los polleros.
Un vendedor de frutas y legumbres aseguró que él sí participó en el simulacro y cuando fue el sismo real, le costó menos trabajo hacer lo correcto.
Otro, uno de un puesto de abarrotes, dijo que no participó en el simulacro y tampoco se salió a la hora del sismo, ya que prefirió quedarse en su puesto, porque ahí era más seguro y como si fuera arquitecto, aseguró que esa zona estaba bien construida, aunque tuviera techo de lámina.
Pero todos reconocían que les había sorprendido el sismo, sobre todo que ocurriera otra vez en un 19 de septiembre, y el de los abarrotes, consideró que era una broma.
“Pero una broma macabra”, remató, muy sonriente él.
ALGUNOS EDIFICIOS DAÑADOS
Aunque los primeros reportes oficiales no daban cuenta de personas heridas o fallecidas por el sismo, eso no significa que este año no hubiera habido daños en la capital. En Fernando Alba y San Antonio Abad quienes habitan un edificio ubicado ahí fueron desalojados momentáneamente, aunque después las autoridades de Protección Civil les aseguraron que podían regresar.
En Cuauhtémoc casi esquina Xola, un edificio ya dañado en el sismo del 2017, volvió a ser cercado, pues presentó algunos agrietamientos. En el Centro Histórico, en Uruguay, un edificio registró la caída de una barda. También en el centro, sólo que en Palma esquina con 16 de Septiembre, el edificio que es estacionamiento y alberga unas tiendas de ropa outlet quedó dañado, como en 2017, por lo que quedó acordonado como hace cinco años.
En la Condesa, en un edificio de Nuevo León y Baja California algunos ventanales no soportaron el movimiento y se rompieron. Otro caso de un edificio dañado ocurrió en Doctor Lucio 126, en la Doctores.
Por su parte la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, reportó que sólo cinco edificios sufrieron grietas.
SIMULACRO Y SISMO REAL
Lo más terrorífico para los chilangos de este nuevo sismo en 19 de septiembre, es que ocurrió alrededor de 45 minutos después del simulacro del sismo, organizado por el gobierno federal. Algo que irremediablemente recordó lo ocurrido hace cinco años, cuando también tembló luego de un simulacro, y a su vez, 42 años después del terremoto de 1985, que dejó miles de muertos y una ciudad parcialmente destruida.
Aunque la Ciudad de México está curtida por los sismos, los capitalinos mostraron su asombro y estupor de que la naturaleza eligiera el 19 de septiembre para otro nuevo sismo.
Ya la cercanía del 19 de septiembre causa estrés entre los capitalinos, y más saber que ese día se realiza un simulacro. A ello se añade la certeza de que el audio de la alerta sísmica resulta angustiante y con él emergen los traumáticos recuerdos del sismo de hace cinco años, que dejó edificios tirados en la Portales, la Narvarte, la Del Valle y la Álamos, entre otras colonias.
Pese a ello, miles de capitalinos participaron en el simulacro al escuchar la alerta, salieron de sus casas o edificios sin gritar, correr o empujar, se pusieron lejos de paredes y cables y siguieron indicaciones de compañeros suyos especializados en protección civil.
Lo que nadie esperaba, era la posibilidad de que volviera a temblar en la misma fecha. La posibilidad de que eso ocurriera no una segunda sino una tercera vez, es de una entre 133 mil posibilidades, de acuerdo con expertos de la UNAM. Una ínfima posibilidad que se encaprichó y ocurrió.
Pero para rematar, los expertos señalaron que todo se trataba de una coincidencia, o sea que no hay conexión entre los tres sismos del 19 de septiembre de 1985, de 2017 y ahora este reciente de 2022, lo que simplemente significa que aún no se sabe nada de cuándo pueden ocurrir los sismos. Sólo queda planificar simulacros que sirvan para el sismo que viene.