Luego de que fuera víctima de una violación por un grupo de hombres llamado "La manada", en las fiestas de San Fermín de 2016 en Pamplona, en el norte de España, y cuyo caso generara una fuerte polémica en todo el país, la joven ya hizo sus primeras declaraciones.

La chica que en ese entonces tenía 18 años envió una carta a un programa del canal español "Telecinco", en la que destaca que después de "casi tres años" este proceso "largo, intenso y sobre todo agotador" llegó a su fin.

Lo peor no fue la situación vivida, sino todo lo que vino después. Pero llegado este momento, puedo asegurar que valió la pena y poco a poco voy recuperando el timón de mi vida

En la carta agradeció al juez, la fiscal, su abogada, policías, psicólogos y hasta a la pareja que la encontró aquel 7 de julio de 2016.

"No puedo haber sido más afortunada con la calidad de las personas que me han ayudado", escribió la joven.

Así como también agradeció a Pamplona y Navarra y para toda la gente que salió a las calles "formando un eco por todos los rincones de España".

Gracias por no haberme dejado sola. Os estaré eternamente agradecida, pero yo no soy ninguna heroína, la fuerza para continuar, muchas veces, me la ha dado todo el calor y el apoyo que he sentido en este camino
 

La víctima le pidió a la sociedad no olvidar para que la "lucha" continúe ya que "esto le ha supuesto la vida a muchas compañeras".

"Recordad, contadlo, no les dejéis ganar a ellos", concluyó.

Estas son las primeras palabras de la joven tras conocerse hace una semana el fallo del Tribunal Supremo (TS) que elevó de 9 a 15 años de cárcel la pena impuesta a los cinco acusados por un delito de violación y no de abuso sexual como lo había considerado la justicia de Navarra previamente.

La decisión del TS, que ya es la definitiva y misma que fue tomada por unanimidad, hizo que José Ángel Prenda, Jesús Escudero, Alfonso Jesús Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero y Ángel Boza volvieran a la cárcel luego de gozar de libertad provisional desde junio de 2018.

Pues el TS consideró incorrecta la calificación jurídica anterior porque el relato de la joven describe un "auténtico escenario intimidatorio, en el que la víctima en ningún momento consiente a los actos sexuales llevados a cabo por los acusados".