Diferenciar al homicidio del feminicidio es algo esencial para entender la violencia de género. Estos son dos términos diferentes entre sí y el entender eso permite que las clasificaciones legales sean más exactas y, al mismo tiempo, que los datos sean de mayor ayuda para prevenir el crimen.

Este miércoles, en el marco del Día Internacional para Erradicar la Violencia contra la Mujer, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que las causas detrás de los feminicidios y homicidios que ocurren en el país son la misma: la desintegración en las familias y la pérdida de valores. Sin embargo, esta visión invisibiliza el problema. 

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Una diferencia de definición

Primero con lo más sencillo: feminicidio y homicidio no son sinónimos. Feminicidio es el asesinato de mujeres debido a su condición de género, es decir que las matan por el hecho de ser mujeres, y el acto es perpetuado por uno o varios hombres. 

Si una mujer sufre un accidente de tránsito, no es un feminicidio, porque su muerte no está relacionada con su condición de mujer, o si la asesinaron para robarle su celular, tampoco; en este caso es homicidio.

El término femicidio fue acuñado por Diana Russell y posteriormente, gracias a la mexicana Marcela Lagarde, se recuperó en las leyes como alternativa al término neutro homicidio, con el fin político de reconocer y visibilizar la discriminación, la opresión, la desigualdad y la violencia sistémica contra la mujer. 

En pocas palabras, se tuvo que acuñar este término para reconocer una problemática: matar a mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este fenómeno puede ser clasificado según la relación entre víctima y victimario: feminicidio de pareja íntima, feminicidio de familiares, feminicidio por otros conocidos y feminicidio de extraños.

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Los datos lo comprueban 

Una de las más claras diferencias entre el homicidio doloso y el feminicidio se puede ver al comparar los datos de estos dos delitos por estados. Si las causas detrás de estos dos crímenes fueran las mismas, tendríamos que ver que los estados que tienen las tasas más elevadas para homicidio doloso serían los mismos estados con las tasas más altas para feminicidio. Sin embargo, esto no es el caso. 

Los estados de Colima, Baja California, Chihuahua y Guanajuato tienen las tasas más altas de homicidio doloso de mujeres. ¿Qué pasa en los feminicidios? De acuerdo con un estudio del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, las entidades con las tasas más altas de feminicidios corresponde a Morelos y Veracruz ambas con 3.8 por cada 100 mil habitantes, seguidas de Colima con 2.8, Sonora con 2.7 y Sinaloa con 2.5. 

A excepción de Colima, los estados no coinciden. Incluso considerando las cifras de 2020, los estados con mayor tasa de feminicidios difieren de los estados con mayor tasa de homicidios dolosos. 

Forma en que ocurren los feminicidios

Una diferencia vital en la clasificación de los asesinatos como feminicidios, reside en la forma en que las mujeres fueron asesinadas. Si el cuerpo es expuesto públicamente o torturado, es posible que haya detrás un motivo de odio y por lo tanto, un feminicidio.

Cuando se observan los datos, la mayoría de los homicidios dolosos se llevan a cabo con armas de fuego (71%), mientras que en los feminicidios, esta forma solo alcanza un 21%, de acuerdo con el informe “Impunidad en homicidios dolosos y feminicidios”, de Impunidad Cero.

Falta de perspectiva de género 

Otra gran diferencia es que los feminicidios son invisibilizados. Muchas veces se les clasifica como homicidios dolosos o culposos —a diferencia de los homicidios, cuya clasificación frecuentemente es acertada—. 

De acuerdo con la CNDH, es mucho más probable que la muerte de una mujer sea clasificada como homicidio culposo que la de un hombre. 

¿Qué implica esto? La falta de perspectiva de género a la hora de investigar y sancionar los delitos. Hay estados que clasifican como feminicidios menos del 10% de estos delitos, como Guanajuato, Michoacán y Guerrero. 

Negar o invisibilizar las diferencias legales, teóricas y prácticas del feminicidio, supone negar también la existencia de la violencia de género. En México es un problema que cada vez es más grave. La cifra de mujeres asesinadas de enero a septiembre de este año es de 2 mil 874, y no ha bajado durante los últimos tres años, de estos casos, 724 son investigados como feminicidios y, a la gravedad del asunto, hay que sumar el aumento de desapariciones de mujeres, con un alto porcentaje de menores de edad.