Las migrantes son obligadas a salir de sus países de origen por la violencia machista y salen en búsqueda de una vida digna y libre de violencia, como todas las personas. Pero a lo largo de su tránsito hacia norteamérica también son víctimas de abusos, discriminación y racismo. 

Estas violaciones a sus derechos humanos, se ven atravesadas también por la violencia patriarcal; es decir, “el hecho de ser mujeres sí hace una diferencia en sus experiencias a lo largo de la migración respecto a la experiencia de los varones”, explica Miriam Gonzalez para La Cadera de Eva, colaboradora de investigación en el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI).

 

{"quote":"“Hemos visto constantemente que la violencia en sus diferentes formas es transversal a la experiencia migratoria de las mujeres. Se van cruzando con otras situaciones como el racismo y la discriminación, que se exacerban más al ser mujeres migrantes”, comparte."}
 

Violencia de género que está expulsando a las mujeres 

Desde el 2014 se ha visto un incremento en la migración de mujeres y sus familias, principalmente de mujeres que migran con sus hijas e hijos, aunque desde siempre se ha relacionado la migración con los hombres que van en búsqueda del sueño americano, afirman expertas. 

La experta señala que a estas mujeres se les retrataba desde un papel de acompañantes o de quienes cuidaban a las hijas e hijos. Pero desde octubre de 2018, se comenzó a observar que la migración de las mujeres es diferente en comparación con la migración masculina, respecto a por qué viajaban en caravanas. 

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{"quote":"“Lo que vimos ahí es que en un momento las mujeres lo sintieron como una forma más segura de migrar, pero eso no quiere decir que es una migración libre de violencia. Muchas veces las agresiones que viven, son por parte de quienes están en la caravana”, expone González. "}

En el informe sobre violencia de género y migración del IMUMI, se explica un caso de solicitud de asilo iniciado por Rodi Alvarado Peña, una mujer guatemalteca en Estados Unidos, en relación con la violencia doméstica que había vivido en su país de origen, una opinión consultiva escrita por ACNUR señaló que, el esposo de la señora Alvarado pudo haber estado abusando de ella en parte por razones puramente personales. 

Pero los hechos evidenciaron que “también abusó de ella por ser mujer, su esposa (sobre la que pensaba que tenía derecho a ejercer pleno poder y control) y sabía que podía hacerlo con impunidad en Guatemala”. En este caso, el género de la señora Alvarado, su pobreza, el estatus migratorio irregular, entre otras condiciones, facilitaron que sufriera violencia de género.

Por otro lado, algo que llamó la atención en las investigaciones fue que, a diferencia de los hombres, las mujeres no estaban viajando en tren, sino que hacían el viaje a través de las carreteras del país. En consecuencia, ellas no estaban en los albergues para migrantes, sino que la mayoría estaba en pequeños hostales, informa la investigadora Miriam González. 

En 2021, entre el 35% y el 40% de las solicitudes de asilo son por parte de mujeres, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), esto refleja que las migrantes forman una parte importante del fenómeno de migración. 

Desde hace por lo menos más de seis décadas la presencia de las mujeres migrantes ha sido constante en México y el mundo, pues a nivel internacional las mujeres representan casi el 50% de las personas migrantes, de acuerdo con datos de 2020 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 

Violencia institucional contra las mujeres migrantes

El IMUMI ha registrado señalamientos racistas y discriminatorios hacia grupos de personas migrantes que intentan salir de Tapachula. Estos señalamientos, hechos por instituciones del Estado y las fuerzas armadas han criminalizado a las mujeres migrantes, exponiéndolas a detenciones arbitrarias y a que no puedan acceder a los documentos necesarios para solicitar asilo o refugio en el país.

{"quote":"“Que no haya claridad por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) para brindarles una figura de estancia regular en el país tiene que ver con violencia institucional. Muchas veces la violencia de las que están escapando la vuelven a vivir en nuestro país”, comparte la investigadora"}
 

Muchas de las mujeres originarias de Haití y Camerún, que hoy están en tránsito o buscando refugio en México, vivieron violencia de género en sus países de origen. Sin embargo, al llegar a la república mexicana, se han encontrado con diferentes tipos de violencia, entre ellas la violencia sexual y la violencia institucional.

{"quote":"“Cuando llegas aquí es lo mismo. Cada vez que camino veo cómo la policía arresta a las personas. a mí los policías me pidieron mi identificación y me la quitaron. me dijeron que no era válida. me registraron, tocaron mi cuerpo”, comparte una solicitante de refugio camerunesa para el informe Bajo la Bota. "}

Acceso a la información, acceso a la justicia y garantía a una vida libre de violencia 

Durante el tránsito por México, las mujeres y niñas migrantes se ven expuestas al grave riesgo de ser víctimas de trata o agresiones sexuales, incluso por parte de agentes estatales, hechos que generalmente quedan en la impunidad por el temor a la expulsión, así como por la falta de recursos para denunciar estos casos. 

{"quote":"“No es que las mujeres no sepan denunciar; siempre hay alguien que quiere dar a conocer lo que le pasó. El asunto es que no hay acceso a la justicia, y ahí es donde las mujeres migrantes son más vulnerables”, comparte Alicia Moncada, investigadora del área de Estado de Derecho de la Fundación para la Justicia, en entrevista con La Cadera de Eva. "}

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De acuerdo con la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, las mujeres que son obligadas a desplazarse de sus lugares de origen, tienen el derecho de solicitar refugio a causa de la violencia de género. 

{"quote":"“En el procedimiento de asilo no hay una revisión con esta mirada de género sobre la violencia estructural que viven las mujeres migrantes, que puede ser uno de los factores para que sean reconocidas como refugiadas”, señala la investigadora Miriam González "}

El IMUMI afirma que las mujeres migrantes “no pueden acceder a esa figura del refugio por la violencia de género, porque ni siquiera ellas reconocen que están viviendo violencia de género”, lo cual debe ser atendido por el Instituto Nacional de Migración y las comisiones especializadas, pero desde una perspectiva de género.