Las autoridades de la Universidad Autónoma de México (UNAM), así como las Federales han alargado la investigación del supuesto suicidio del estudiante de Derecho Luis Roberto Malagón, quien fuera encontrado ahogado en un pozo dentro de las instalaciones de la institución educativa en agosto de 2017.
Los padres del estudiante alegan que las autoridades quieren “cansarlos”, luego de que en entrevistas extraoficiales, las autoridades universitarias insisten en que se trató de un suicidio y piden a los padres no buscar culpables.
Sin embargo, el abogado de la familia, Víctor Caballero, ha señalado que no hay videos de seguridad que muestren el momento en que Luis cayó en el pozo de absorción.
Únicamente se tienen testimonios de que el día en que fue encontrado Luis Roberto. Supuestamente acudió a la Biblioteca Central, según registraron las cámaras de vigilancia, mismas a las que los padres tuvieron acceso. Empero, no registran algo más.
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Asimismo, indicó que pese a que hay una cámara clave en el estacionamiento de la Facultad de Medicina, en donde está ubicado el pozo de absorción, no se ha mostrado video alguno del momento en que el alumno cayó o fue arrojado.
¿CÓMO SUCEDIÓ?
Según la información proporcionada por el abogado, la primera testigo, una trabajadora administrativa, dijo que en ningún momento se percató de cuando Luis llegó, sino que desde una ventana de la Facultad de Medicina observó a una persona intentando salir del pozo y avisó a su jefe, quien a su vez llamó al servicio de emergencias de la universidad.
Otros dos testigos, también trabajadores administrativos, vieron al joven luchar por salir y corrieron a auxiliarlo. Uno de ellos se dirigió al pozo pero debido a la lluvia el piso era lodoso y se avanzaba con dificultad, por lo que al llegar al estudiante, este ya había dejado de moverse.
Luego de sacarlo, otra de las testigos, dijo que aplicó reanimación y que el estudiante tenía moretones en la cara.
Los paramédicos de la ambulancia de la UNAM decidieron llevar a Luis al seguro social. En hospital Gilberto Flores Izquierdo, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aseguraron que el estudiante había tenido un ataque epiléptico. El abogado argumenta que a partir de ese momento comenzaron las irregularidades.
LAS IRREGULARIDADES
Se le suministraron medicamentos para tratar problemas neurológicos, sin embargo nunca se le atendió como alguien que se había ahogado, por lo que murió a los 4 días.
La necropsia realizada por el Instituto de Ciencias Forenses indicaba que la causa de muerte era de ahogamiento, que le provocó un edema pulmonar y otro craneal. Luis tenía agua en la cabeza y el pecho.
Desde la muerte de Luis, los padres han señalado que se acercaron al director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras Bustamante, quien no los recibió durante mes y medio, sino hasta que comenzaron a pedir ayuda de colectivos.
Entonces, el director mandó a llamar a los padres y les mostro un informe del hospital que señalaba que Luis había muerto de manera natural, porque tenía desnutrición y “estaba muy malo del hígado”. Asimismo les recomendaron a los padres ya no buscar culpables.
No obstante, el abogado asegura que el supuesto informe nunca fue incluido en la carpeta de investigación y los médicos nunca informaron a los padres de un problema en el hígado durante el tiempo en que Luis Roberto estuvo en el hospital.
En ese sentido, los padres de Luis y el abogado han interpuesto un amparo para exigir la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México que agote dos líneas de una investigación: una por homicidio doloso y otra por culposo.
Con información de CONTRALÍNEA
cbl