INFIERNO AMBIENTAL

Megaproyecto los condenó a cocinar, comer y trabajar entre moscas

La Planta de Tratamiento de Atotonilco de Tula limpia aguas negras que traslada el Túnel Emisor Oriente desde el Valle de México, ahí desecha lodos que han provocado una plaga de moscas que infesta San José Acoculco, San Antonio y El Salto

En San José Aculco hay una plaga de moscas.Créditos: LSR
Escrito en HIDALGO el

ATOTONILCO DE TULA.– Una plaga de moscas cambió la forma de vida de los pobladores de San José Acoculco, donde 225 familias trabajan, cocinan, comen y realizan sus actividades diarias entre millones de estos insectos que se forman en los lodos de la Planta de Aguas Residuales (PTAR), donde se limpia una parte de las aguas negras que traslada el Túnel Emisor Oriente desde el Valle de México.

El 5 abril de 2021, los habitantes alertaron con un escrito a los tres niveles de gobierno sobre el aumento de estos insectos y de malos olores generados por los lodos que origina la PTAR, instalada entre los límites de San José, San Antonio y El Salto.

Con el paso de los meses el problema se ha agudizado, la mañana del 29 de junio, los vecinos de San José juntaron cubetas y bolsas llenas de moscas para denunciar públicamente su situación.

En los días subsecuentes personal de la PTAR fumigó sus casas, pero con el paso de los días disminuyó la ayuda y las brigadas; por ello, los habitantes idearon algunas soluciones como esparcir cal en sus patios, colocar trapos húmedos en ventanas y puertas o ahuyentar con humo a las moscas, pero sus esfuerzos son insuficientes para combatir la plaga.

CONVIVENCIA CON LAS MOSCAS

Para intentar que las moscas no entren a cazuelas, toquen platos, cuchillos, chucharas y alimentos, Alberta no prepara la comida en su cocina, sino en un pequeño cuarto donde calienta con leña, pues dice que la humareda del fogón las espanta.

Alberta Jiménez Valencia, pobladora de la comunidad San José, Atotonilco de Tula. Fotografía: Ian Lima

A partir de que la presencia de insectos aumentó, labores diarias como cocinar se tornaron complicadas para Alberta Jiménez Valencia, de 64 años de edad, quien vive en San José, una de las comunidades más alejadas de la cabecera municipal de Atotonilco de Tula, situada a 30 minutos de distancia de la cabecera municipal.

“Es un asco, es muy difícil. Las moscas se meten entre las cortinas, se paran en los platos, pero aquí en mi fogón tengo periódico, lo quemo y las moscas se empiezan a chamuscar o se van con el humo y la lumbre.

En la cocina de Alberta no hay matamoscas, sino papeles enrollados que enciende para frotarlos contra la pared del cuarto donde guisa y así evitar que los animales se acerquen.   

Sin embargo, no ocurre lo mismo en el patio y los demás lugares de su casa que se localiza a unos 400 metros de las celdas donde la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales confina sus lodos, zona de la que emanan las moscas.

Lavar la ropa también es un problema porque estos insectos se pegan en las prendas húmedas, al igual que en todas las superficies que hay patio, como en una mesa donde Alberta comía con sus hijos, nietos y bisnietos antes de la plaga.

En la pileta de agua se paran muchas moscas, da asco, a la hora que tallamos, las machucamos, es una cosa muy fea”.

Superficie de una mesa situada en el patio de la casa que habita la señora Alberta. Foto: Ian Lima

Incluso, la madre de familia recordó que a finales de junio había tantas moscas, que comenzaron a adherirse al cuerpo de sus mascotas y animales de corral.

“Mi pobre puerca, forrada de moscas. Pensé que se iba a morir, llegó el grado que hasta arriba del lomo le fui a echar veneno para que se murieran las moscas”.

En la comunidad San José la principal actividad económica es la agricultura y la cría de puercos, aves, borregos o chivos que usan para venta o autoconsumo, ya que para abastecer la despensa es necesario ir al centro del municipio o a las localidades más cercanas a la cabecera.

Sin embargo, Alberta y otros pobladores de la comunidad, coinciden en que comer sus animales de crianza mientras continúa la plaga no es viable y temen enfermarse. 

“Nos da miedo comerlos porque me imagino que tienen muchos virus, si nos da temor, nosotros como quiera ya somos viejos, pero nuestros nietos están chiquitos”.

ALERTA DE MOSCAS TIENE ANTECEDENTE EN 2021

Hace un año, los habitantes de San José Acoculco alertaron a las autoridades sobre la proliferación de moscas y olores fétidos provenientes de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, situación que incluso les ocasionó malestares físicos.

Vista aérea de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Atotonilco de Tula. Foto: Cortesía

Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Atotonilco de Tula. Foto: Ian Lima

A través de un escrito signado por los delegados de la comunidad con fecha del 5 de abril de 2021-del cual LSR Hidalgo tiene copia- expusieron que a las 22:30 horas del 25 de marzo de la anualidad pasada, los vecinos percibieron una pestilencia que les provocó “dificultades respiratorias, irritación en nariz, garganta y ojos, así como mareos y dolor de cabeza, lo que terminó en una evacuación de la población urgente”.

En este escrito dirigido a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a las autoridades estatales y municipales, los pobladores exigieron informar la causa del olor y las medidas de seguridad o planes de contingencia para dichas eventualidades.

En el mismo documento, expusieron sus quejas respecto a las celdas donde la PTAR deposita sus lodos, al señalar que estos desechos provocan la atracción masiva de moscas.

Monorelleno de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco de Tula. Foto: Ian Lima

“Las moscas ha sido un problema constante desde que la planta comenzó su operación, se exige se cumpla con el tratamiento correcto de dichos sólidos, evitando así la generación de malos olores y atracción de vectores como son las moscas”, indica el escrito.

Aquella ocasión, también exigieron revisiones en la planta con el fin de verificar el tratamiento correcto de los desechos, así como la construcción de un cinturón ecológico que dividiera las celdas de lodo (también llamado monorelleno) de las viviendas, pues algunas se localizan a menos de 100 metros del lugar.  

El mismo día de exposición de la problemática, autoridades de los tres órdenes de gobierno firmaron una minuta de trabajo donde se comprometieron a recorrer y verificar las instalaciones de la PTAR, incluyendo el monorelleno, donde persiste la proliferación las moscas, de acuerdo con un recorrido que realizó LSR Hidalgo en conjunto con los pobladores.

Autoridades que suscribieron la minuta de trabajo de fecha 5 de abril de 2021

FUMIGACIÓN EN SAN JOSÉ, UN PALIATIVO

A finales de junio de este año, la comunidad de San José Acoculco se organizó para juntar cubetas y bolsas llenas de las moscas que atraparon en sus viviendas.

Acumulación de moscas en la comunidad San José Acoculco, del municipio de Atotonilco de Tula. Fotografía: Ian Lima

Los recipientes con kilos de insectos muertos, los exhibieron en una plaza del municipio para exigir que se atendiera la problemática, de lo contrario, amenazaron con cierres carreteros.


A raíz de la denuncia pública, habitantes refirieron que personal enviado por la Planta de Tratamiento, comenzó a fumigar las 225 viviendas habitadas en San José a principios de julio y por tres días seguidos.

Sin embargo, con el paso de los días detectaron algunas deficiencias como que la fumigación se aplazó hasta periodos de 15 días, tiempo que consideran insuficiente para disminuir la proliferación de las moscas; además, solo dos personas realizan la limpieza en todas las casas.

Así lo explicó Javier Carbajal Sánchez, subdelegado de la comunidad e integrante del Comité del Frente Cívico, Democrático y Popular de San José Acoculco, una organización vecinal que se creó a raíz de la plaga y que actualmente sostiene mesas de trabajo con personal de la PTAR para inspeccionar las actividades que ejecuta en la localidad.  

Javier Carbajal Sánchez en el monorelleno de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales. Foto: Ian Lima

“A raíz de la invasión de plaga de moscas que se salió de control el monorelleno, nosotros creemos que es porque no hay un debido proceso, de control y saneamiento de los lodos, por eso lo que queremos son supervisiones”.

Además, buscan que los químicos dispersados para controlar la plaga no afecten la flora de la comunidad, como ocurrió hace dos años, indicó el subdelegado.  

Carbajal Sánchez, agregó que el Comité estará pendiente del reciente método biológico para control de plagas que les anunció PTAR, el cual consistió en soltar avispas en los lodos y cuyos resultados se observarían hasta en septiembre.

 

 

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