El tan llamado Pan B del autoritario presidente de México, López Obrador, se presentó ante el asombro de aquellos ilusos, que llegaron a pensar que no haría nada, después que no transitó su reforma constitucional para cambiar o modificar de fondo al Instituto Nacional Electoral. Cómo ha sucedido durante estos cuatro años de gobierno de pesadilla, AMLO anuncia y anuncia lo que va hacer, mientras el pueblo queda a la expectativa de si lo hace o no.
Días previos a que se votara la sangrienta reforma constitucional al INE, el mandatario nacional anuncio, que tenía un Plan B para continuar con su perverso plan de desarticular a la institución encargada de organizar las elecciones y con ello, desmantelar al INE, al grado de dejarlo moribundo y por consiguiente, a la joven democracia mexicana. Sin que nadie, absolutamente nadie pueda hacer algo por detener está locura de iniciativa, salvo, los senadores de la república, los mexicanos estamos a expensas de un puñado de hombres y mujeres, que sólo les preocupa sus particulares intereses (dinero y poder).
¿En que consiste el Plan B de Reforma Electoral de López Obrador?
Modificar las leyes secundarias en materia electoral. Propone reducir las estructuras administrativas y eliminación de fideicomisos del INE, con un recorte de 3,605 millones de pesos a la institución. Reducir los salarios de los consejeros y que no rebasen el del presidente, obsesión que tiene AMLO, y en estos cuatro años de gobierno, lo ha repetido hasta el cansancio.
El INE deberá recalcular los tabuladores de sus casi 18 mil trabajadores, así como de los organismos locales electorales. Por consiguiente, se adelgaza la estructura burocrática del instituto y de los organismos locales electorales. Planteando cambios a los procesos de organización electoral. Se eliminará la Junta General Ejecutiva, en su lugar se plantea crear una comisión de administración con cinco consejeros. No habría recursos adicionales para el organismo.
Respecto al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, busca eliminar dos salas regionales. Y las atribuciones de la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral, serán absorbidas por la Sección Resolutora de la Sala Superior del mismo organismo.
A todo esto, hay que agregar, de última hora la ventajosa y sorpresiva modificación del Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México (los dos grandes socios y aliados de Morena), la facultad para transferir votos entre partidos. ¡Una verdadera locura, que atenta contra la democracia representativa!
¡Aún hay más! Blinda a los partidos pequeños y aliados de Morena, a la pérdida de sus registros y les permite, usar los remantes de sus recursos públicos o privados para financiar elecciones subsecuentes. En pocas palabras, el inicio gradual de un golpe de Estado, que comienza con el INE incapaz de brindar limpias y justas elecciones. Ante todo esto, estaríamos en posibilidades en 2024 de que no hubieran casillas electorales en todo el país. Ya que están destruyendo la estructura del INE, y corriendo a cientos de funcionarios electorales.
La autodenominada cuarta transformación que ha implementado López Obrador, su gobierno y partido Morena, han quebrantado las reglas constitucionales y las leyes secundarias de la organización del Estado mexicano, destruyendo las instituciones políticas del país, sobre todo, la encargada y responsable de dar certeza y legitimidad al juego democrático del país. Creando a la fuerza nuevas pautas de autoridad o nuevas instituciones políticas, para instaurar una dictadura en México.
Pero engendra la abrumadora necesidad de ampliar la conciencia y la participación ciudadana, que tiene o tenemos la obligación política de salir a la calle y defender el país con todo lo que esté a nuestro alcance. En forma consciente y concienzuda, tenemos que organizarnos en grupos para movilizarnos y parar, este despropósito de pequeño dictador que quiere seguir gobernando a través de sus “corcholatas” e incondicionales.
¿No cree usted?
Dr. Carlos Díaz Abrego