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La costosa cámara hiperbárica que está arrumbada en Mérida

El aparato que serviría para atender a 20 pacientes al mismo tiempo y considerado el más grande de América Latina costó 80 mdp

Escrito en ESTADOS el

Desde hace nueve años, la cámara hiperbárica más grande de América Latina se encuentra abandonada en un edificio en Mérida, Yucatán.

El aparato que serviría para atender a 20 pacientes al mismo tiempo, así como el edificio y la cámara donde costaron más de 80 millones de pesos.

En enero de 2009, cuando Ivonne Ortega era gobernadora de Yucatán, había anunciado que Grupo Financiero Banorte donó 11 millones de pesos para la adquisición de una cámara hiperbárica. El dispositivo de 10 metros de largo y 36 toneladas, se instaló con un costo de 75 millones de pesos al lado del hospital  Agustín O’Horán en 2012, último año del gobierno de Ortega.

El equipo llegó a la unidad, pero el edificio no fue terminado durante el gobierno de Ortega Pacheco; su sucesor Rolando Zapata, incluyó el proyecto en su compromiso número 96 de los 277 que definió al principio de su gestión.

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Sin embargo, la construcción de la unidad siguió detenida y el equipo destinado a ella, que costó unos 60 millones de pesos, se trasladó al hospital O’Horán.

En tanto, cuando Rafael Barrera Zoreda fue director de Prevención y Protección a la Salud de la secretaría del ramo, declaró que la unidad abriría en 2014. En diciembre de ese año el secretario, Jorge Eduardo Mendoza Mézquita, dio a conocer que la dependencia no contaba con recursos para concluir los trabajos y desconocía si el gobierno federal los aportaría.

En julio del año pasado, personal de la Secretaría de Marina acudió al hospital para evaluar llevarse la cámara a Veracruz, sin embargo, su traslado es poco viable pues sería necesario destruir el edificio para sacar la cámara. Y aunque el aparato tiene una vida de uso esperada hasta de 100 años, el equipo de apoyo como los generadores eléctricos, sí pueden estropearse por falta de uso.

La polémica por el abandono de la cámara atrajo el interés de médicos como Manuel Díaz Suárez, presidente de la Comisión de Salud del Congreso local, quien en septiembre de 2017 dijo que la cámara hiperbárica podía servir para atender más de 18 patologías, entre ellas gangrena gaseosa, problemas circulatorios, diabetes y vértigo. Agregó que ciertas enfermedades se combaten con terapia de oxigenación celular, por lo que era necesario que empezara a funcionar de inmediato.

En tanto, para el experto en medicina hiperbárica, Cuauhtémoc Sánchez y director de esa área en el hospital O’Horán, considera que el funcionamiento del equipo no es cuestión de presupuesto, sino de voluntad política.

Actualmente la cámara se encuentra en un edificio abandonado detrás del hospital O’Horán, clausurado con una tabla con la leyenda no tire su basura aquí. El inmueble, apenas vigilado, tiene dentro desperdicios y animales muertos. En una de las habitaciones se encuentra la enorme estructura desconectada, hermética y casi a la intemperie.




Con información de La Jornada


kach