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“En Michoacán o te armas o te balean”: desplazados por la violencia

Balaceras, homicidios, extorsiones, secuestros y amenazas son los principales motivos que han llevado a unas 3 mil familias de Michoacán a Tijuana y Cd. Juárez

Escrito en ESTADOS el

TIJUANA.- Originalmente, cientos de centroamericanos que buscaban asilo en Estados Unidos se instalaron desde hace años en las carpas del campamento en la garita El Chaparral. Ahora, esas tiendas de campaña están ocupadas por desplazados por el crimen organizado de Michoacán y Guerrero.

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Un grupo de michoacanos llegaron de Apatzingán, donde la mayoría trabajaba en el campo hasta que el reclutamiento forzado de jóvenes a las filas de los cárteles y las extorsiones los hicieron huir. “O te armas o te balean”.

Balaceras, homicidios, extorsiones, secuestros y amenazas de muerte, son los principales motivos que llevan al desplazamiento a más de 3 mil familias de su lugar de origen en Michoacán, hacia Tijuana y Ciudad Juárez, para solicitar asilo humanitario en Estados Unidos.

Otra madre de Aguililla, localidad de Michoacán controlada por el narcotráfico, huyó junto a dos de sus hijos a Tijuana.

Fue el pasado 2 de junio cuando “María” fue raptada por presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), grupo criminal que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho".

De acuerdo con su relato, ese día escuchó gritos en su casa por lo que fue corriendo y observó cuando cuatro hombres sacaban por la fuerza a su hijo Víctor, de 20 años de edad. María pidió que dejaran en paz, pero los sujetos respondieron con golpes y la arrastraron hasta una camioneta.

Un hombre me agarró de mi trenza y como no quería cooperar para caminar, me arrastraron, a él se lo llevaron en un carro y a mí a otro, pero como no quería subirme me pegaron tres patadas, una fallaron y con la otra me quebraron la nariz

Recuerda que la llevaron junto a su hijo a un espacio despoblado, en donde a ambos los golpearon con barrotes, a ella en la cabeza y a su hijo en los glúteos, exigiéndoles la ubicación de personas que desconoce.

María fue atada y obligada a ver cómo su hijo era torturado, pues un par de hombres le vaciaban ácido en su rostro y brazos, y entre el dolor y el llanto ella recuerda que él le decía: “mamá, perdóname por todo, ya nos van a matar”.

Según cuenta esta madre, Víctor fue violado en repetidas ocasiones por los criminales, quienes después los separaron, llevándose al joven en un vehículo.

A ella la arrojaron a una zanja de la cual pudo salir, pero antes la obligaron a grabar un video en donde afirmaba su liberación gracias al "Mencho".

Me lo quitaron y le echaban ácido en los ojos, lo quemaban, le echaban en el cuerpo, él sentía a morirse, él gritaba ‘mamá defiéndeme’ ¿y cómo lo defendía?, ocho horas nos tuvieron así

Otro de sus hijos, Chuy, recuerda ese día como si fuera ayer, pues tiene en la mente cómo a sus 16 años un grupo de hombres lo tomó de los brazos y lo arrojó al suelo para pegarle con un AK-47 en la cabeza, pero dice que por su edad no le siguieron haciendo daño.

Chuy cuenta que su hermana menor alcanzó a esconderse detrás de un árbol de limones y por la noche vieron a su madre regresar llena de sangre y el rostro desfigurado, pero no supieron más de Víctor.

Los tres huyeron a Tijuana de forma inmediata.

Aguililla es uno de los ejemplos más claros del poder del crimen organizado, pues sufre continuos bloqueos y actos de violencia por parte del narcotráfico.

MEJOR EN LA CALLE QUE ENFERMOS

Un grupo de michoacanos que platica dentro de una de esas carpas dice que prefiere estar allí por los brotes de varicela que se han registrado en los albergues y porque en el campamento no existen las reglas que sí tienen las asociaciones civiles.

“Mucha gente de aquí se ha ido a albergues y ha regresado, porque les cobran, los sacan en la mañana y en todo el día no pueden ingresar, hasta las 8 de la noche. Y si no llegan, está cerrado. Se quedan en la calle. ¿Para qué nos movemos si podemos dormir aquí?”, dice uno de ellos.

Afirman que entre familiares y amigos, su grupo se compone de unas 30 personas, entre las que hay menores de edad. Y saben por conocidos que hay más personas en camino.

Ninguno de los seis hombres quiso dar su nombre, pero aseguran que ya comenzaron vía internet su trámite para ingresar a Estados Unidos y solicitar asilo, aunque la espera es larga.

“Sí se están yendo, pero despacio. Se fueron el 3, 4 y 7 de julio, pero de allí no se ha visto que se vayan más. Dicen de tres a cuatro semanas, pero ya tengo yo arriba de dos meses”, comenta otro integrante del grupo.

En su carpa hay una pequeña bandera de Estados Unidos y no lejos de allí una familia de guerrerenses persigue el mismo sueño que ellos.

Cuentan que iniciaron su trámite ante el gobierno norteamericano hace dos meses y medio, así que lo único que les queda es esperar en el campamento, aunque no lo sienten como un lugar seguro.

“Ahorita ya no porque hay muchos pleitos a cada rato. Cuando llegamos sí estaba tranquilo”, comenta un padre de familia.

Y sí que han cambiado mucho las cosas desde que llegaron los migrantes centroamericanos a ese sitio.

Ahora hay quienes ofrecen carpas en renta o venta por hasta 900 pesos, aunque hay familias que simplemente les dejan el lugar a otras cuando son recibidos por Estados Unidos, y ante la falta de una cocina comunitaria, hay migrantes que preparan y venden alimentos.

Además, de acuerdo con la Dirección de Atención al migrante en Tijuana, al menos el 40% de las más de mil personas que acampan frente a la garita internacional con California ahora son mexicanos.

Principalmente familias de Michoacán y Guerrero, dice el director José Luis Pérez Canchola.

Por eso estamos insistiendo: el gobierno de Michoacán tiene que abrir aquí una estancia, un albergue grande para la población que está llegando de las zonas de conflicto. Ya hablé directamente a la Secretaría de Gobierno. No me han querido pasar al gobernador, lo entiendo, pero ya está la petición hecha

El asentamiento cumplirá cinco meses este 19 de julio, y aunque los gobiernos de Tijuana y Baja California aseguran que pronto los migrantes serán enviados a un albergue en forma, aún no hay nada claro.

“El campamento se va a desmantelar en cuanto el gobierno federal garantice espacios dignos, suficientes, seguros, para que la gente se traslade”, apuntó Pérez Canchola.


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