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Viudas desplazadas de Aguililla llegan a Tijuana en busca del sueño americano

Familias desplazadas por la violencia en Aguililla llegaron a Tijuana para iniciar trámites de asilo en EU; hay alrededor de 100 viudas

Escrito en ESTADOS el

TIJUANA: Las familias llegan poco a poco y en unos minutos llenan la iglesia donde el sacerdote Gregorio López Gerónimo habla con ellas.

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Es un templo construido en una accidentada pendiente desde donde se ve una parte del cerco de lámina que divide a México de Estados Unidos en una lejana colonia popular de Tijuana, y quienes abarrotan el lugar son desplazados de Aguililla, Michoacán.

El religioso acaba de aterrizar en la ciudad un día atrás y dice que hay unos 1,500 michoacanos en esta frontera buscando asilo en Estados Unidos, donde muchos tienen familia.

“La mayoría son mujeres y niños, pero hay muchas viudas. Muchas traen cartas, el documento de acta de defunción de sus esposos que fueron asesinados. Es un dato grave, tengo al menos 100 personas que están en esa situación”, dice el presbítero mejor conocido en Michoacán como padre Goyo.

Y ahora las familias se encontraron en la colonia Rinconada, porque entre ellas corrió un mensaje vía telefónica de que habría refugio en la iglesia, cuenta Martha Mendoza Benítez, quien llegó con cuatro hijos, tres de ellos menores de edad.

“No quiero que ellos vean que esa vida es normal, que ellos crezcan queriéndose colgar un rifle. Yo no quiero eso, yo no quiero eso para mis hijos allá”, comenta la mujer a la que se le rompe la voz y le brotan lágrimas solo de pensarlo.

Martha viene con su hermana que también trae a sus hijos y el grupo compuesto en total por 11 personas llegó primero al campamento de centroamericanos que ya tiene 3 meses junto a la garita El chaparral, a casi dos horas de distancia en transporte público de la iglesia.

“Estaba preocupada porque no era ambiente para mi hija y nosotros, traigo puros niños, quedarnos allí porque hay mucha gente revoltosa y no es seguro”, comenta sobre las razones por las que no se instaló allá.

Me dio tristeza ver a esa gente allí y ver a mis compañeros que estamos acá sufriendo, navegando por comida, por dinero para poder dormir bien con tus hijos. Pero aquí estamos y vamos a salir
 

EL DESPLAZAMIENTO FORZOSO

El cálculo del millar y medio de michoacanos desplazados abarca solo abril y mayo, y es con base a los registros de la asociación civil El buen samaritano, que tiene 19 albergues en el país, dice el padre Gregorio López Gerónimo, quien trabaja con la organización.

De allá han salido unas cinco mil personas (...) se trata de gente de bien que en medio de las balas tienen que salir huyendo, dejando todos sus bienes

Martha Mendoza, por ejemplo, tenía “un restaurantito” que comenzó a ir en picada cuando la violencia limitó la movilidad diaria de los habitantes de Aguililla. 

Porque con la violencia viene el temor por el uso de nuevas tecnologías, como los drones para arrojar granadas a las viviendas y las balaceras de cada madrugada.

El miedo es que una bala atraviese el techo de lámina de su casa y alcance a alguien de su familia, o que la onda expansiva de una granada cercana los alcance, platica Martha.

Cuenta que en sus 39 años de vida nunca había salido de Aguililla y hoy que se vio obligada por las condiciones, su trayecto ha sido intranquilo porque ninguna autoridad migratoria o de derechos humanos los ha atendido.

Nadie se ha acercado a decirnos nada. Venimos con el Jesús en la boca, que no nos vayan a bajar un chiquillo del autobús, se nos vaya a perder o equis cosa. Venimos nomás con la voluntad de Dios
 

EL REFUGIO Y EL CURA

El plan del padre Goyo es construir un albergue para recibir a estas familias desplazadas y conseguirles orientación legal para que pidan asilo al gobierno norteamericano.

“Lo que más me preocupa es cómo asesorar jurídicamente a los paisanos para que no cometan errores y caigan en manos de algún delincuente, coyotes o mafias, que es lo que pasa comúnmente”, menciona.

En cuanto al albergue, ese es todavía un proyecto, porque solo hay un terreno al sur de Tijuana que fue donado a la asociación civil El buen samaritano.

Vamos a buscar empresarios que puedan solidarizarse para ir construyendo cuartos. Hoy no tenemos nada, tenemos la voluntad de ayudar”, dice el sacerdote
 

Por ahora, además de la capilla para pasar las noches, tendrán alimento y ropa, pero también esperan que la iniciativa privada pueda emplearlos para que se mantengan mientras esperan para irse a Estados Unidos.

Por lo pronto, también están protegidos por el activismo que le ha valido al padre Goyo una sanción de la Iglesia en Michoacán, lo que no ha evitado que desde esta frontera siga disparando acusaciones.

Resistencia sobre todo a la delincuencia gubernamental, delincuencia de cuello blanco. Es pisarle los callos al gobernador que está metido con Cárteles Unidos, y al presidente de la República que anda con abrazos y no balazos

“Él fue llamado para que fuera juez y cumpliera la Constitución. El primer artículo es la defensa de los Derechos Humanos, y si no cumple con eso que empaque y se vaya a la chingada, a su rancho pues, allá a Chiapas”, asienta.

Porque construir un albergue y dar asesoría legal, asegura, es solo un curita para una herida mayor provocada por el desgobierno, una situación que teme pueda extenderse a otros estados del país.

 

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