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Alarma aumento de suicidios de niños en Chiapas

En Chiapas, los métodos más comunes para quitarse la vida son por ahorcamiento y la ingesta de plaguicidas, mejor conocida como “matazacate”

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- A pesar de que Chiapas aparece debajo de la media nacional en casos de suicidios, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), el panorama no es tan positivo para esta entidad sureña: el año pasado hubo al menos 160 casos (al menos 1 cada 2 días) y, en lo que va de este 2020 ya suman 13, entre éstos un migrante que se ahorcó en Tapachula.

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La cifra de suicidios en Chiapas (lugar 12 en el país) ha aumentado de forma preocupante en los últimos meses, sobre todo en jóvenes de entre 15 a 28 años de edad. Sin embargo, para la Sociedad de Criminólogos, en los últimos tiempos también se disparó la cifra de niños que se quitan la vida por una “fuerte” razón: el acoso escolar o “bullying”. La depresión es otras de las principales causas.

El ahorcamiento, advierten ambas fuentes de información, es el método más utilizado para acabar con su vida. Y los varones son los más susceptibles a “salir por la puerta falsa”, tan es así que, en 2016, en todo el país, 8 de cada 10 casos de esa índole se trataba de hombres.

A nivel mundial, una persona se quita la vida cada 40 segundos, lo que equivale a más de un millón y medio de vidas perdidas al año; pero lo más alarmante, de acuerdo con la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), es que el suicidio es la segunda causa de muerte de jóvenes de entre 15 a 24 años de edad y la quinta en niños de entre 10 a 14.

De acuerdo con Sergio Vázquez, criminalista chiapaneco, el 50 por ciento de esos actos, sobre todo en la zona Metropolitana del estado, se originan porque los “chamacos pierden a la novia o el novio, cerca del 30% es por problemas familiares y el resto por aquellos económicos”. También destaca que las altas temperaturas “abonan” para que alguien decida autoflagelarse, hasta morir.

Por su lado, Rosemberg Román, especialista en Sicología Clínica Social de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), advierte que el suicidio ha incrementado en gran medida entre la población indígena, en donde las mujeres son las que más se suicidan.

Explica que este fenómeno se genera por las condiciones en el que ellas se enfrentan a diario en la vida rural, “se han hecho varios diagnósticos para saber cuáles son las estadísticas de la población que se quita la vida, sin embargo a nivel gobierno no ha habido una intervención directa o una estrategia real u objetiva para atender este problema”.

Hace falta más investigación en la materia

Entrevistado por aparte, Jorge Trinidad, representante de la Sociedad de Criminólogos de Chiapas, lamenta que a nivel estatal e incluso federal no haya soluciones más efectivas a la problemática, pues asegura que lo único que hacen es observar la conducta y, con base en ello, crean un programa, “pero desestiman la investigación y se van directo a la prevención”.

En cuanto a las cifras, advierte que hay regiones como la Altos en donde es complicado obtener unas más apegadas a la realidad, sobre todo porque se carece de los Servicios Periciales.

Mientras que Rosemberg Román, también presidente de la Alianza por la Inclusión, AC, estima que el problema es mayor pero las autoridades “maquillan” las cifras, “basta con ver los periódicos para darse cuenta que a la semana hay uno o dos suicidios reportados de forma pública; o muchas veces la familia, por vergüenza social, le pide a la autoridad que modifique la causa de la muerte: asfixia por estrangulamiento o paro respiratorio, pero no ponen suicidio”.

Por su parte y aunque tampoco cuenta con los datos “exactos”, Sergio Vázquez refiere que a esto hay que sumarle a las personas que intentan suicidarse y no logran su cometido, “por ejemplo, que las lleguen a bajar cuando ya se colgaron; podemos decir que sí se da mucho”.

El problema, dice, es que este tipo de acciones van en aumento en la sociedad, y más porque la tecnología se “transforma” en videojuegos violentos o “cadenas” en redes sociales que llevan a ese acto, como la “Ballena azul”, cuyo último nivel “sugería” quitarse la vida, “por fortuna esto no llegó a Chiapas”.

Salud mental, un tema en el olvido

Según Jorge Alberto Hernández Salazar, jefe de Enseñanza y Vinculación en la Unidad de Atención Mental “San Agustín” de Tuxtla Gutiérrez, el 90% de los casos se debe a que la persona padeció un problema de salud mental, y de esa cantidad, cerca del 60% probablemente sufrió depresión, una de las principales causas para que alguien tome ese camino.

Selene Camas Damián, especialista en sicoterapia infantil y adolescente, ha “palpado” este incremento en la consulta diaria, pues refiere que la mayoría de sus pacientes, de entre 14 a 35 años, acude con ella porque ya no disfrutan la vida, o porque sufren depresión o ansiedad.

Para ella, el panorama se complicaría, a tal grado de que el 36% de la población actual, antes de que cumpla los 65 años, padecerá algún trastorno de salud mental como: depresión, bipolaridad, ansiedad o alguna fobia.

A pesar de que los números son alarmantes, las estadísticas demuestran que al menos 12 de cada 17 casos de suicidio que se registran al día en México son prevenibles, de ahí la importancia de que las autoridades en la materia se avoquen más a la prevención.

Eso ocurrió hace unos meses en una telesecundaria de la colonia Adriana Gabriela, cercana a Cahuaré, en la ciudad de Chiapa de Corzo, en donde los alumnos comenzaron a hacer popular un reto: arrancarse la piel de los brazos.

Sin embargo, los directivos de ahí se dieron cuenta y tomaron cartas en el asunto. La situación se pudo agravar, como lo que sucedía en esos retos por redes sociales como el de la “Ballena Azul”, que incitaba a los jóvenes a suicidarse.

Al respecto, Camas advierte que los pacientes, o quienes sufren tendencias suicidas no es que no quieran vivir, “es la mentira con la que ellos vienen, y aquí descubren eso, y se dan cuenta de que no saben disfrutar ni valorar su vida, porque se ofuscan por muchas situaciones”.

De hecho, cree que quien se intenta suicidar no precisamente busca la muerte, sino que intenta evitar el sufrimiento que lleva en el interior, por lo que solo una persona que ha pasado por ello o estado cerca de alguien que se intentó quitar la vida, entiende la situación.

Para ambos expertos, desde hace muchos años no se han implementado políticas públicas para controlar este flagelo, y todo empieza con el presupuesto que se le destina a la salud mental, el cual no rebasa los 2 puntos porcentuales, cifra histórica.

“De hecho no hay ninguna política para el tema de prevención del suicidio, y el personal médico no está preparado para ello”, advierte la sicoterapeuta chiapaneca Camas.

Si algún padre o madre no quiere ver un desenlace final de su hijo o hija, deberán poner atención a algunas recomendaciones, como el hecho de investigar más sobre el tópico, saber identificar a quienes tienen ideas suicidas, así como restringir lo que se pueda usar para quitarse la vida como: plaguicidas, pistolas, pastillas, entre un “abanico” de opciones más.

Una vez identificado el problema, tienen que llevar a su familiar con un especialista en salud mental, además de fomentar valores o inculcarles la resiliencia, capacidad que ayuda al ser humano a afrontar o salir adelante ante cualquier adversidad.

¿Reacción tardía?

Como este año los suicidios se elevaron al paso de los días, el Instituto Municipal de la Juventud y del Emprendimiento de Tuxtla arrancó hace unos días la campaña denominada “Brigada Vive Joven”.

Marcela Castillo, directora de esa instancia del Ayuntamiento capitalino, explicó que se trata de una gira de prevención del suicidio a escuelas del nivel básico, medio y superior de la ciudad, y con ello llegar a por lo menos mil estudiantes, quienes recibirán pláticas y talleres de sensibilización sobre la materia.

Durante la misma, aclaró que detectarán los factores o las situaciones críticas o “focos rojos”, los cuales se obtendrán a través de dichos talleres pero, sobre todo, recalcó, habrá una vinculación con las instituciones especializadas en la materia para que se le dé la atención a quien lo requiera.

En cuanto a un diagnóstico de la situación que vive la juventud tuxtleca, la funcionaria especificó que existen varias causas para que alguien se suicide, “y podemos hablar de violencia intrafamiliar, o desde el acoso escolar (bullying) o también al relacionado a un tópico cultural y sicosocial que vivimos”.