OAXACA

A punto de titularse, Ricardo murió atropellado en su bici; Fiscalía le niega la justicia

Lo que aconteció después fue una cadena de errores, omisiones, actos de revictimización, discriminación y amenazas por parte del personal de la fiscalía, denuncia la familia del joven

A casi seis meses de lo ocurrido, su carpeta de investigación está en ceros. Las autoridades adelantaron a la familia que al ser atropellado en lo que ellos llaman “un punto ciego”, podrían pasar años o nunca dar con el responsable del homicidio.
A casi seis meses de lo ocurrido, su carpeta de investigación está en ceros. Las autoridades adelantaron a la familia que al ser atropellado en lo que ellos llaman “un punto ciego”, podrían pasar años o nunca dar con el responsable del homicidio.Créditos: Especial
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OAXACA. - Ricardo Contreras tenía 28 años de edad, estaba a punto de alcanzar su título como licenciado en administración de empresas turísticas. La noche del 25 de marzo, murió al momento de ser atropellado a bordo de su bicicleta sobre la carretera 190 a la altura de Santa Rosa. 

A casi seis meses de lo ocurrido, su carpeta de investigación está en ceros. Las autoridades adelantaron a la familia que al ser atropellado en lo que ellos llaman “un punto ciego” -sin cámaras videovigilancia ni alumbrado público-, podrían pasar años o nunca dar con el responsable del homicidio.

“Nosotros no vamos a abandonar el caso, esto tiene que ser un precedente para decirle a la sociedad que la vida de los ciclistas importa y que tienen todo el derecho de ocupar las vialidades con todas las garantías de seguridad”, expresa Gabriel Contreras, hermano de Ricardo.

El joven era originario de la Sierra Juárez de ahí que su conciencia en el cuidado del medio ambiente lo llevara a mantener el uso de la bicicleta como su medio de transporte. Diariamente se movía desde la Colonia del Maestro hacia su trabajo en el centro de la ciudad. Con éste sostenía sus gastos de titulación.

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Aquella noche Ricardo llamó a casa para indicar que ya iba de regreso a casa para cenar. Él vivía con una hermana y un hermano menor que él. Los tres migraron a la capital para poder cursar sus estudios.

De acuerdo con las versiones recogidas por los hermanos de Ricardo, el joven rodaba sobre el carril de baja velocidad. Llevaba casco y su bicicleta portaba luces. No era la primera vez que hacía ese recorrido, así que tenía toda la precaución que una zona sin la infraestructura que los ciclistas requieren.

El tráfico se detuvo en el semáforo. Él siguió su camino y avanzó unos cincuenta metros más. Segundos más tarde un tráiler dio vuelta a la altura del mercado zonal y tomó la vía de baja velocidad. En su trayecto, a la altura del deshuesadero dio alcance, primero a otra ciclista quien fue lanzada hacia el muro de contención. Metros más adelante el vehículo de carga pesada derribó a Ricardo, quien falleció al instante.

“La chica cuenta que la misma inercia la aventó. Mi hermano iba unos 50 metros más adelante que la chica, cuando ella pasó lo vio tirado, fue una de las primeras personas que encontró a mi hermano sin vida tendido sobre la carpeta asfáltica a orilla de carretera. Fue una tragedia, una muerte espantosa, terrible”, relata.

 

Lo que aconteció después fue una cadena de errores, omisiones, actos de revictimización, discriminación y amenazas del personal de la fiscalía; desde el levantamiento del cuerpo que ocurrió dos horas después del hecho, hasta la falta de sensibilidad de los peritos quienes dejaron a Ricardo expuesto para ser fotografiado por periodistas y curiosos que pasaron por el lugar. 

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La falta de información y avance en las investigaciones también ha prevalecido, lo mismo que la discriminación hacia la familia de la víctima por ser indígena.

“El trato que nos han dado ha sido pésimo, muy malo. Han sido hostiles, déspotas y crueles. Me han negado el acceso a la carpeta porque dicen que no han terminado de integrarla. Yo también estoy indignado porque mucho tiempo estuvo expuesto. Los periodistas llegaron a tomar fotografías, se reían y platicaban como si estuvieran en una verbena”, expuso. 

Ricardo dejó muchos sueños truncados, muchas ideas, buenas intenciones. Su principal sueño era aprender y regresar a la comunidad para implementar todos sus conocimientos. Este accidente truncó los sueños de todos”.

 

(djh)