Main logo

“Matan” a Trolebús, el transporte no contaminante más antiguo en CDMX

El transporte eléctrico ve interrumpida su marcha en 26 mil 434 ocasiones por diversas fallas

Escrito en ESPECIALES LSR el

El servicio de Trolebús, el sistema de transporte eléctrico no contaminante inaugurado en 1951 –que ha sobrevivido durante décadas a los ejes viales, a la competencia de los microbuses, al Metro y el Metrobús-, está moribundo a causa de la mala gestión de la anterior administración, así como por la falta de refacciones y hasta por el robo de cable.


Es común ver sobre los corredores del trolebús, perteneciente al Servicio de Transporte Eléctrico (STE) a unidades detenidas a medio carril, descompuestas o con las llantas ponchadas, vacías y sin dar servicio.

De acuerdo con la solicitud de información 0322000000119, el año pasado hubo 51 mil 467 fallas en las 8 líneas del Trolebús, de las cuales 26 mil 434 fallas derivaron en suspensiones de los recorridos de las unidades.

A ello se suma el robo de cable de las catenarias que llevan la corriente eléctrica, para extraerle el cobre y venderlo. Ha sido tal la tentación por dicho botín, que en 2017 una cuadrilla de trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), fue detenida en posesión de 15 metros de cable que robó de Calzada de Guadalupe. También se han registrado robos en Iztapalapa.

TE PUEDE INTERESAR: Del auge a la decadencia: Trolebús en CDMX

Además, se suman las promesas incumplidas del anterior gobierno capitalino encabezado por Miguel Ángel Mancera, cuya administración prometió –y así lo publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el 3 de julio de 2017- comprar 100 unidades nuevas y prolongar con compra de equipo la vida útil de otras 100 unidades, pero por falta de presupuesto esto sólo se quedó en intenciones.

Ante la falta de recursos, trabajadores del Servicio hacen milagros para reparar las unidades. Hay refacciones que ya no se encuentran en el mercado –las unidades más nuevas fueron compradas hace 20 años, y las más antiguas son de hace 40- y ellos mismos deben fabricar algunas piezas, o aprovechan las que quedan de las unidades dadas de baja y que el año pasado sumaron 40. Así lo constató La Silla Rota durante una visita a los talleres de San Andrés Tetepilco.

Se utiliza la imaginación del mexicano y se utiliza la ingeniería para resolver los problemas que se presentan a diario. A veces no se tiene la pieza, buscamos la manera de darle otra forma o reparación similar sin poner en riesgo a usuarios ni al operador”, explicó a La Silla Rota el ingeniero Benjamín González, gerente de mantenimiento de los talleres ubicados en Municipio Libre, en la colonia San Andrés Tetepilco, Iztapalapa.

“Hay materiales que no se desechan nada más por desechar, procuramos sacar al máximo de beneficio, hay piezas que se recuperan, se les da mantenimiento y se siguen usando, procurando siempre la seguridad del usuario”, añadió por su parte el ingeniero Antonio Cortés Montenegro, supervisor de Mantenimiento de Trolebuses.

TE PUEDE INTERESAR: Se roban cable del Trolebús y cierran 2 líneas 

De acuerdo con el nuevo director del STE, Guillermo Calderón, a su llegada al cargo, el 5 de diciembre pasado, se encontró con que de 340 unidades que integran al sistema, solo circulaban 135. A más de 45 días de iniciar su desempeño, aseguró a La Silla Rota que ya puso en marcha 15 unidades más.

Encontramos el 5 de diciembre en un estado bastante deplorable el servicio de transportes eléctricos en cuanto a la flota nominal de más 300 trolebuses, solo están operando 135 y en estos primeros 45 días logramos rehabilitar más de 15, rehabilitar a servicios cotidianos”, dijo en entrevista con LSR.

- Se habló de que se comprarían autobuses en la anterior administración, no queda claro por qué no se hizo, ¿por qué se descuidó tanto el servicio?

- Un poco fue por falta de presupuesto, por cierto descuido, y negligencia de la anterior administración, contestó.

Por su parte, el secretario general del Sindicato de Tranviarios, Benito Bahena, quien dijo que fue desconocido por autoridades del STE cuando fue dirigido por Eduardo Venadero durante el gobierno mancerista, afirmó que hay unidades paradas por problemas simples como que les fallan las puertas, o porque carecen de un espejo.

Responsabiliza a la administración de Mancera del descuido en que se encuentra el STE. “Durante los seis años pasados no se prestó ninguna atención al sistema, a la empresa ni a la compra de refacciones para darle mantenimiento preventivo y correctivo a las unidades. Por ello ha bajado la productividad de manera considerable”, explicó.

“La mayoría de las unidades están metidas en talleres por falta de mantenimiento, por algo muy sencillo, por espejos laterales se atora la puerta y no tenían para comprar refacciones que son económicas”.

De acuerdo con una solicitud de información enviada al STE, entre enero y octubre de 2018, hubo 71 unidades fuera de servicio por cuestiones como bajo voltaje, líneas quemadas, fallas en la cámara de suspensión, en motor compresor, por chasis roto, por piso roto, o como la unidad 4375 a la que pareció se le juntó todo, ya que fue a dar a los talleres por fallas en el compresor, en el motor de compresor, en el chopper de campo, en el chopper de armadura y en llantas.

Para el encargado del tema de Movilidad de la organización El Poder del Consumidor, Víctor Alvarado, sí hubo olvido en la pasada administración, pese a lo importante que es el servicio para evitar tener más aire contaminado.

Su rescate permite enfrentar la crisis de mala calidad del aire. En la ciudad de México en promedio solo tenemos 19 días para respirar aire limpio. Sin embargo, la nueva administración no la tiene fácil y esa es una realidad. El sistema presenta un olvido en la gestión, administración, operación del servicio, programas de mantenimiento, adaptación de nuevas tecnologías y hacerse de un nuevo esquema tarifario. Lo anterior son elementos mínimos que permiten ofrecer una mejor certidumbre de viaje al usuario”, dijo a La Silla Rota.

DE VISITA EN EL TALLER

El taller de San Andrés Tetepilco es donde pernocta parte del parque vehicular -ya que hay otros dos talleres, en El Rosario y en Aragón- luego de 18 horas de servicio. Ahí se ven a unidades de la serie 4000, con 40 años de antigüedad, pintadas de blanco, y las serie 9000, de 20 años de antigüedad.

El taller está dividido en dos galerones: uno de mantenimiento preventivo, donde las unidades van por fallas que se pueden arreglar pronto, o porque tienen una pieza rota, o se les cambian las llantas. El otro galerón, más grande, es el de mantenimiento correctivo. Así van las unidades que han sido chocadas, que necesitan cambio de piezas de motor o de chasis.

Es precisamente una de estas unidades, la 3226, a la que se le puso una parte del chasis, que debieron hacer los trabajadores. La unidad lleva dos meses en reparación. En su interior se ve vacía y polvosa, sin asientos, destripada. La parte eléctrica y mecánica y luego una pintada al chasis y a las puertas son las últimas etapas que se le harán.

Se trata de una reliquia, ya que son unidades que comenzaron a ser usadas en Canadá en los años setenta del siglo pasado, fueron traídas a México aun en buen estado en los años ochenta, y todavía se usan en rutas como la que sale del metro Hidalgo y se dirige a la colonia San Felipe, en Gustavo A. Madero.

En el taller también se ven unidades de la serie 4000 marca Masa y Somex, que son difíciles de reparar por lo menos en su carrocería. Fueron compradas en los noventa, eso sí nuevas, y en los noventa se compraron los serie 9000, también Masa y Mitsubishi, con autopartes japonesas.

El olvido para el STE no solo fue de parte del gobierno mancerista. Cuando fue inaugurado el Corredor Cero Emisiones Eje Central, que va de la terminal del norte a la terminal del sur de autobuses, y viceversa, el entonces jefe de gobierno (y ahora canciller) Marcelo Ebrard, dijo que circularían 100 unidades, pero actualmente solo circulan 50, lo que explica el sobreuso de las unidades, recordó un operador.

La situación en que está el material rodante de servicios eléctricos no lo puedes ocultar, no es responsabilidad de una administración”, expresó por su parte hace un par de meses el ex director del Servicio, Eduardo Venadero.

Otro problema que enfrentan las unidades, son las llantas, que como los autobuses, también son de otros tiempos. Se trata de llantas que aún usan cámara y corbata, entonces cuando una se poncha o se cambian, deben cambiarse con cámara y corbata. El tiempo de uso de las llantas es de seis meses, y luego se les hace un tratamiento de renovado para que duren otros cuatro más. Duran menos de un año.

“Aquí si no tengo cámara ni corbata, que es un juego, si le pongo llanta nueva debo ponerle cámara y corbata nueva, es como un traje, sin una de ellas no puedo ponerle nueva. Los trolebuses como frenan y aceleran es diferente a un foráneo que se sigue. Aquí se gasta por estar frenando y acelerando y hay distintos inconvenientes en la cinta asfáltica”, dijo el ingeniero Benjamín González.

En el mismo taller hay unidades que ya sólo parecen un cascarón. Están polvosas, sin llantas ni ventanas y tienen en un costado la leyenda de “Baja”. Son las que ya nunca más se usarán. González explicó que se toma la decisión de dejar de usarlas cuando la reparación ya resulta más costosa.

“Sus equipos se llegan a dañar, no se tienen y se empiezan a rezagar y en un momento dado no se adquiere equipo electrónico y ya es insostenible tenerlo inventariado. Nos piden opinión técnica y la manifestamos. Si decimos ‘podemos repararla’, no lo dan de baja. Pero si decimos ‘no lo podemos reparar porque no tenemos refacciones equis’, y cuesta tanto, la decisión final es de ellos para darla de baja. Entonces se manda a una licitación pública para su enajenación correspondiente”.

Las bajas se dan por falta de piezas electrónicas o si el chasis está muy dañado, ya que si se trata de carrocería, se pueden reparar, añadió.

González aclaró que las unidades están hechas para trabajar hasta 18 años, pero recalcó que sin refacciones nuevas comienza el problema. “Si no tenemos equipo nuevo y mantenimiento constante va a seguir trabajando pero las piezas se vuelven obsoletas o se gastan. Es transporte público y pesado y sus componentes son más objeto de desgaste”.

Lo que más se resiente son las llantas y lo mecánico, ya que las unidades con el pasaje llegan a pesar 18 toneladas.

Juan Mendoza, encargado del área de Carrocería, consideró que si hubiera los medios que se requieren, el servicio sería más eficiente, pero el problema es que no hay recursos. En la charla recordó que hasta se había manejado en la anterior administración que como era un transporte no contaminante se le iba a destinar dinero por parte de la ONU, pero eso no ocurrió.

“Llegan recursos a cuentagotas, pero si lo hicieran cómo se debe, sería otra cosa”.

LO QUE VIENE

El director del STE, Guillermo Calderón, aseguró que para este año, el gobierno capitalino hará una inversión de 300 millones de pesos.

Para este año vamos a dar mantenimiento a los trolebuses que tenemos, es un parque de trolebuses muy viejo, de 20 a 40 años. Vamos a rehabilitar los que se pueda, los que están todavía y que su costo-beneficio sea factible de hacerlo. Este año vamos a adquirir 30 trolebuses más, para reforzar nuestros ejes cero emisiones”.

Víctor Alvarado, de El Poder de El Consumidor, consideró que hay varios retos y que el rescate del trolebús debe contemplar acciones que vayan más allá de la compra de unidades.

“Antes de pensar en comprar y/o renovar la flota o ampliar el número de rutas, se deben reparar los vehículos que se encuentran fuera de operación por falta de piezas y reforzar los programas de mantenimiento, ya que en 2018 al día 75 vehículos salían de operación por fallas mecánicas. Otro de los pendientes y que se debe atender a corto plazo sin sobrepasar el mediano, es el esquema tarifario. Un primer paso es articular el sistema de cobro de las 8 líneas y de forma inmediata articular el sistema de cobro con una tarjeta unificada que permita al usuario de trolebús gozar de otras ofertas de transporte como metro, Metrobús y Tren Ligero.

“Hechas estas acciones los beneficios vendrán por sí mismo. Por ejemplo, se podrá recuperar la demanda ya que en 2014 se tenía una demanda de 226 mil usuarios al día y a la fecha solo se atienden 149 mil 279 usuarios. El primer paso ya se dio y la actual administración aumentó en 54 por ciento los recursos económicos al STE con respecto al año 2018. Esperemos vaya tomando el rumbo correcto”, concluyó.