La historia de las cantinas en México es muy variada: surgieron durante el siglo XIX, inspiradas en tabernas europeas y pulquerías locales. Originalmente eran espacios exclusivamente para hombres, donde se bebía, jugaba y se debatía sobre la política. Con el pasar de las décadas, se convirtieron en centros sociales clave para las clases trabajadoras, combinando bebida, botanas y conversación cotidiana.
Fue durante el porfiriato que las cantinas vivieron su etapa de esplendor. Eran visitadas por obreros, intelectuales y militares, funcionando como puntos de reunión y resistencia. Algunos de estos locales fueron decorados con espejos, barras de madera y vitrales, dando paso a la tradición de ofrecer botanas gratuitas con cada trago, práctica que permanece hasta hoy.
Con la modernización del siglo XX, muchas cantinas tradicionales enfrentaron cierres o transformaciones. Sin embargo, algunas sobrevivieron como espacios de memoria urbana, como ocurrió con esta cantina de la Ciudad de México que está a punto de cumplir 100 años.
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¿Cuál es la historia detrás de la cantina de CDMX que cumplirá 100 años?
Se trata de La Dominicana, una de las cantinas más antiguas y emblemáticas del Centro Histórico de la Ciudad de México. Fue fundada en 1917 y, desde entonces, ha sido testigo de más de un siglo de historia y tradición cantinera. Su nombre proviene de su cercanía a la Plaza de Santo Domingo, uno de los espacios más significativos y donde se dice que estuvo la casa del último emperador azteca, Cuauhtémoc.
La cantina ha permanecido en manos de la misma familia desde su fundación; esto ha permitido mantener su esencia y autenticidad a lo largo de las décadas. A pesar del paso del tiempo, que se refleja en algunos rincones del negocio, La Dominicana sigue siendo un lugar acogedor y lleno de historia.
El ambiente de la cantina es claro y conciso: suele atraer a tanto oficinistas, vecinos y visitantes que buscan una experiencia tradicional, gracias a su estilo relajado y auténtico. Es común ver a los clientes compartiendo mesas, viendo fútbol o jugando dominó, lo que fomenta la convivencia y el sentido de comunidad.
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Contexto: ¿Qué ofrece esta importante cantina?
En cuanto a su oferta gastronómica, La Dominicana se caracteriza por servir la típica comida mexicana casera. Algunos de sus platillos varían, pero suelen incluir en su menú, opciones como el entomatado, tacos de hígado y la sopa de verduras. Aunque la comida no es gourmet, cumple con lo que promete y complemente perfectamente la experiencia cantinera.
Al ingresar al establecimiento, los visitantes son recibidos por una caja registradora mecánica de más de cien años, que aún funciona. Además, conserva algunos elementos tradicionales como el mosaico café en el piso, mesas de madera con soportes para vasos y una barra que exhibe una amplia variedad de botellas.
La cantina está ubicada en Belisario Domínguez 61, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Opera de lunes a domingo, de 1:00 p.m. a 10:00 p.m. El consumo promedio por persona es de aproximadamente $100, y no se requiere reservación. Es un lugar adecuado para ir con niños, aunque no ofrece opciones veganas ni es pet friendly.
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La Dominica es una cantina que ha sabido preservar su historia y tradición, ofreciendo a sus visitantes una experiencia auténtica en el corazón de la Ciudad de México. Su ambiente acogedor, comida casera y decoración tradicional la convierten en un lugar imperdible para quienes desean conocer la esencia de las cantinas mexicanas.