El rostro de Silvia Pinal cautivó la pantalla grande lo mismo en historias ligeras como en su papel de Mané al lado de Pedro Infante en “El Inocente” (1956), dirigida por Rogelio A. González, como con personajes también supo dar vida a Satán en “Simón del desierto” (1965), dirigida por Luis Buñuel, dónde interpretó a un diablo que tentaba a Simón. Lo mismo le mostraba las piernas sin pudor alguno que el frondoso pecho a aquel santo ermitaño interpretado por Claudio Brook, quien se resiste a caer en la tentación carnal.
Aunque la mayor parte de "Simón del desierto" se filmó cerca de Tlayacapan, Morelos, también hubo escenas grabadas en Ixmiquilpan, Hidalgo. Este lugar se caracterizaba por su paisaje desértico y agreste, lo que encajaba perfectamente con la atmósfera espiritual y austera que Luis Buñuel quería transmitir.
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Y fue precisamente con el español con quien Pinal logró mostrar su capacidad para interpretar personajes complejos, lo que marcó la sólida carrera que construyó en el cine mexicano y reconocimiento internacional..
Junto con Buñuel desarrolló una trilogía: “Viridiana” (1961), “El ángel exterminador” (1962) y “Simón del desierto”, filmes que desafiaron las normas sociales y religiosas de la época.
La actriz mexicana Silvia Pinal, la última diva del cine nacional, falleció este jueves a los 93 años, luego de permanecer varios días hospitalizada en la Ciudad de México, debido a una infección urinaria.
Con una carrera que abarcó más de seis décadas, participó en más de 60 películas y obras teatrales. Su legado perdura como un pilar fundamental del cine, el teatro y la televisión en México.
El despertar erótico
En “Viridiana” su carrera logra proyección mundial, vimos a Silvia Pinal en la piel de una inocente monja, capaz de despertar el deseo erótico de su tío.
La única copia de esta película fue salvada por la propia Silvia Pinal y su pareja del momento, productor de la misma, Gustavo Alatriste, quienes la pudieron traer a México.
Por esta obra se llegó a pedir la excomunión tanto para el director como del productor y todo el elenco.
Pero no sólo con Buñuel realizó interpretaciones destacadas, en La Soldadera (1967), dirigida por José Bolaños, se puede apreciar el trabajo de Silvia Pinal interpretando a Lázara, una recién casada que por azares del destino revolucionario queda viuda y se convierte en una soldadera con una imagen desaliñada y triste de quien anhela tener un hogar.