El último bastión de La Unión tiene nombre y rostro: Bryan Mauricio Miranda González “El Pozoles”.
Pese a que las autoridades federales y locales saben dónde vive, los negocios que posee su familia y las identidades de sus cómplices, “El Pozoles” parece intocable.
Tras la caída de José Alberto Maldonado López “El Betito” y de David García Ramírez “El Pistache”, en adición a la muerte de Juan Iván Arenas Reyes “El Pulga”, Miranda González es identificado como líder de La Unión de la B y es buscado por el feminicidio de la joven venezolana, Kenni Finol.
Miranda González mide 1.50 metros, es de complexión media, tez morena y tiene dos tatuajes: un Cristo en el brazo derecho y el nombre de su madre en el pecho.
De acuerdo con un informe del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), del que la Silla Rota tiene copia, “El Pozoles” habita un domicilio en la calle Emiliano Zapata y Jesús María, en el Centro de CDMX.
El inmueble está oculto bajo la fachada de un comercio de zapatos y dulces, atendido por algunos de sus familiares.
Inclusive, con base en el informe y en la averiguación FCH/CUH-4/T2/491/15-07, iniciada en julio de 2015, “El Pozoles” estuvo una vez en la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX), donde declaró en calidad de probable responsable por lesiones por disparo de arma de fuego.
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De esta forma, la PGJ también cuenta con sus fotografías, domicilio, nombre de sus padres y decenas de documentos tramitados ante el Gobierno local.
A pesar de que existe una orden de aprehensión en su contra por el asesinato de Kenni Finol, ocurrido en marzo de 2018, “El Pozoles” no ha sido detenido.
Inclusive siguió recibiendo, hasta la semana pasada, 3 mil 028 pesos mensuales por parte de la Secretaría de Economía capitalina y por concepto de apoyo a comerciantes, lo mismo que su padre y su hermana.
Los principales operadores de “El Pozoles”, acorde con los documentos del Cisen, son “El Tachas”, Gerardo L., y “Psychotropic Fármaco” Gómez.
Miranda González es ligado al cártel de Los Rojos, asentado en Morelos, pues es sobrino de Santiago Miranda Hernández “El Carrete”, líder absoluto de dicha organización criminal.
Agresión contra mujeres
Por “El Pozoles” pesaron tres indagatorias radicadas en la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX), todas relacionadas con ataques por celos.
La primera fue iniciada en abril de 2013, cuando presuntamente amenazó con una pistola a la madre de su hija, Berenice.
Consta en el expediente FCH/CUH-8/992/13-04 Acum. FPMPF/75/T1/299/13-04 que el cabecilla de la Unión advirtió a su ex pareja: “¿Te sientes muy verga? ¿Te quieres morir?”. Todo porque aparentemente ella quería interponer un juicio para obtener la patria potestad de su hija.
En diciembre de ese mismo año, el nuevo novio de Berenice, madre de la hija de “El Pozoles”, fue golpeado afuera de su trabajo en la calle Santísima, en el Centro.
De igual modo fue amagado con una pistola. “Ya valiste madres”, supuestamente le dijo el líder de la Unión al denunciante.
El 26 de julio de 2015, un vecino de “El Pozoles”, identificado como Hugo, fue baleado porque arrastraba rencillas con el primero.
Según lo asentado en la averiguación FCH/CUH-4/T2/491/15-07, Miranda exigió a Hugo que se fuera del lugar, luego de que meses atrás éste lo acusara de insinuársele a su esposa.
“¿Qué haces aquí, Hugo? “Vete de aquí porque si no te voy a robar”, amagó “El Pozoles”, pero Hugo lo enfrentó y tras intercambiar golpes, el primer abrió fuego con una pistola.
La víctima fue hospitalizada y Miranda González tuvo que comparecer ante el Ministerio Público, donde recabaron todos sus datos.
Poco menos de tres meses más tarde, el MP mandó la investigación al no ejercicio de la acción penal.
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El caso de Kenny Finol
El crimen por el que Bryan Mauricio Miranda González “El Pozoles” es perseguido por la Fiscalía del Estado de México es el de la venezolana Kenni Finol.
Antes de ser asesinada, la muchacha grabó una serie de videos donde aparecía golpeada.
En ellos pedía a “El Pozoles” dejarla ir del país apenas se recuperara, pero días más tarde fue hallada sin vida en Ecatepec.
Las investigaciones, tanto de la Fiscalía mexiquense, como de la Procuraduría capitalina y del propio Cisen, revelaron que Kenni y “El Pozoles” tenían una relación sentimental.
Ella era licenciada en Comunicación, pero se había mudado a CDMX para trabajar como edecán y después como escort, en el portal Zona Divas.
Tras conocer a “El Pozoles”, ambos iniciaron una relación supuestamente plagada de agresiones físicas y amenazas, la mayoría por celos del líder de la Unión.
Las autoridades poseen numerosas fotografías donde aparecen juntos en restaurantes y en el antro Presley, de la Colonia Nápoles, donde Miranda González y sus cómplices acostumbraban ir.
En otras imágenes, la sudamericana aparece posando con armas largas y cocaína, por lo cual se sospecha que a la postre fue forzada a involucrarse en el narcomenudeo.
Esto a raíz de que varias escort, casi todas extranjeras, fueron asesinadas en 2017 en CDMX, pues eran extorsionadas y acosadas por miembros de la Unión de la B, entre ellos “El Pozoles”.
De acuerdo con las pesquisas, el grupo criminal exigía un porcentaje de las ganancias de las chicas, y a algunas las obligaba a vender drogas a sus clientes.