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El Gallo, considerado “el mejor taxista de Veracruz” que busca ser ejemplo para otros en el gremio

Claudio adaptó su taxi durante la pandemia y hoy es conocido como “el mejor taxista de Veracruz” en TikTok, gracias a su amabilidad, su carisma y las comodidades que ofrece a sus pasajeros

El Gallo, considerado “el mejor taxista de Veracruz” que busca ser ejemplo para otros en el gremio
El Gallo, considerado “el mejor taxista de Veracruz” que busca ser ejemplo para otros en el gremioCréditos: Mara Lopez
Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER.- Claudio nunca imaginó que adaptar su vehículo al Covid-19 lo haría popular. Lo hizo por necesidad, porque llevaba tres meses en cuarentena y porque –dice con ironía–: “en la casa de ustedes tienen la mala costumbre de comer diario”. Hoy, el Gallo ya no es conocido como “el taxi anticovid”, sino como “el mejor taxista de Veracruz”.

Son sus ventiladores, dulces y su personalidad relajada y carismática, lo que le han valido el reconocimiento de “el mejor taxi y el mejor conductor” en la plataforma de TikTok. En los comentarios del video de la creadora de contenido Cameron García, solo hay buenas reseñas.

“Ojalá tengan la suerte de abordarlo”, “Muy amable”, “¡Súper recomendado! El señor es muy amable y brinda un servicio seguro y excelente”, dicen algunos. Otros, realizados por prestadores de servicio público como él, reconocen el amor que Claudio le tiene a su trabajo y lo ven como un ejemplo a seguir.

Y eso quiere Claudio. No desde el ego, aclara, sino desde la empatía, el compromiso y el respeto con los clientes, quienes, asegura, regresan a él luego de ver las comodidades del vehículo y de ser tratados con amabilidad. Por eso, siempre que tiene la oportunidad, platica con sus compañeros taxistas:

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“Les digo ‘mira, cuando aprendamos a ver nuestro trabajo más que como una forma de ganar dinero (y lo veamos) como una forma de servir a los demás, el dinero deja de ser nuestro amo y se convierte en nuestro servidor y te empieza a alcanzar’”.

“Si trabajamos por el único objetivo mezquino de ganar dinero, nos vamos encasquillando en una cultura inhumana. Nos volvemos apáticos, indolentes. No nos preocupa ni nos interesa la necesidad o la tristeza, porque aquí en este oficio hay que hacerle a veces hasta de psicólogo de los demás”.

Contexto: críticas al servicio de taxi en Veracruz

El taxi de Claudio es distinto a los demás desde los rines hasta el interior. No solo por las imágenes del Gallo Claudio presentes en las llantas, en las placas y en las puertas, sino por la actitud con la que conduce de lunes a sábado de 5:30 de la mañana a 9:00 de la noche.

Por muchos, esta es descrita como amable y respetuosa; algo que dista de la percepción popular sobre el servicio de taxis en la zona conurbada de Veracruz Boca del Río.

Según un sondeo realizado por La Silla Rota, las quejas son varias. Vehículos sucios, sin cinturones de seguridad en la parte de atrás, viejos y sin clima, son las más frecuentes. Sobre la actitud de los taxistas, la queja gira alrededor de tres constantes: la “mala cara”, el modo golpeado de contestar y el costo de las corridas, el cual para muchos es elevado.

En el servicio que brinda Claudio, estas críticas parecen no existir. Dentro de su vehículo climatizado del 2015, se pueden encontrar diversos artículos que contribuyen a que el cliente tenga una buena experiencia, algo importante para él.

No solo hay clima, sino que también adaptó un tubo de PVC para que el aire cayera de forma directa en el cliente. Y para las épocas de calor, o para esos servicios donde va más de una persona atrás, están los dos ventiladores instalados en el techo.

“Cuando abrimos nuestro corazón y trabajamos con ganas y trabajamos para satisfacer las necesidades de nuestros usuarios, de nuestros clientes, las cosas mejoran y entonces mágicamente te alcanza”, explica Claudio con una sonrisa.

Así es el taxi del Gallo por dentro

Subir al taxi del Gallo es toda una experiencia. Mientras que los adultos identifican al vehículo como un lugar cómodo, los jóvenes suelen subirse y tomar fotos o videos del interior, a veces, sin avisarle.

Al principio le parecía raro, pero ahora le da gracia. Entre los artículos que deslumbran a las infancias, están los dulces de caramelo que tiene del lado izquierdo, los cuales están en lo que era un bote de aceite para motor. Junto, está un pequeño bote de basura que realizó con lo que era un envase de Suavitel.

Entre los dulces y el gel antibacterial –que es sostenido por lo que antes fue una lata de champiñones–, hay folletos sobre la iglesia Bautista a la que acude con su familia cada domingo, sus días de descanso o, como dice, cuando trabaja menos.

Al lado del gel antibacterial, Claudio elaboró un porta termos para que los usuarios puedan colocar allí sus bebidas. En el otro extremo, del lado derecho, se pueden observar los letreros donde viene su número de teléfono, sus horarios de trabajo, algunos de sus términos y condiciones, y su cuenta de BBVA para realizarle transferencias bancarias.

Sobre la tabla que sostiene todas las comodidades, están los tres tipos de cargadores para teléfono: iPhone, Tipo C y Micro USB, así como un porta celular. Encima, en el techo, hay dos ventiladores pequeños y dos espejos, los cuales dice, cumplen una doble función.

“Los espejos los puse porque así puedo verle las manos a los clientes, para ver si llevan algo sospechoso. Cuando los veo muy raros, prendo la cámara que está atrás”, explica. Esta, dice, forma parte de un conjunto de tres cámaras que tiene en el vehículo. La primera está del lado del conductor, la segunda en los asientos traseros y la última, en la cajuela que apunta hacia la calle.

En el techo también tiene un sistema de luces tipo casino que implementó para ver en la oscuridad y que los clientes puedan sacar el dinero o las llaves sin complicaciones. Justo debajo, casi al nivel del suelo, hay un revistero que lleva, generalmente, algunos de los catálogos de productos Betterware que vende su esposa.

Sin embargo, eso no es todo. En la parte de enfrente, donde todo continúa con la temática de rojo, negro, amarillo y blanco, el Gallo tiene un mini escritorio. Este, que en realidad es la paleta de una banca de escuela, tiene una libreta, su porta teléfono y su monedero.

Este último le da gracia y lo enorgullece, ya que ahí, así como los camioneros, lleva las monedas acomodadas para dar o recibir cambio. Sobre su estéreo, lleva otros dos ventiladores pequeños para dispersar el aire. Encima, hay un juego de tres espejos que le permiten mirar a los pasajeros sin tener que voltear la cabeza.

Gallo Claudio, el personaje que adoptó como suyo

Con 57 años, Claudio Esteban Baqués Tovar admite que en el Gallo Claudio encontró una parte de él. Al principio se resistía y detestaba la idea de ser comparado con el personaje creado en 1946 por Robert McKimson y Warren Foster, pero con el tiempo, dice, le tomó cariño.

“A mí siempre me han dicho el Gallo. Nunca ha sido ni por broncudo ni por mujeriego, lo que pasa es que como estoy grandote, panzón y me llamo Claudio, pues me identifico con este bicho y ya hasta lo adopté como mi avatar”, cuenta entre risas.

Por ello, al sentirse identificado y tener su propia empresa –en este caso, su taxi–, a Claudio le pareció buena idea crear imágenes, stickers de WhatsApp y hasta videos para mandárselos a sus clientes y así, ahorrar tiempo y ser simpático.

Tiene de todo. Desde saludos hasta sus políticas y condiciones de servicio. Algunas son bajadas de internet, pero él, sin conocimiento especializado, las edita para agregar textos que dicen: “Ya estoy aquí”, “Con calma!! Aquí Espero” y “Listo. Los cambios han sido registrados”.

De esta forma, dice, ya no tiene que escribir. “Solo entro a mi galería y busco la imagen que necesite, tengo varias”, dice orgulloso. A su vez, de esta forma logra comunicarse con sus clientes sin que suene agresivo o golpeado el mensaje.

Un cambio necesario y a bajo presupuesto

Desde el 2020, Claudio explica que ha enfrentado distintas críticas. Las más duras, dice, de sus compañeros de trabajo, quienes lo han señalado de regalar el servicio y de ser un exagerado.

“Han dicho que soy un arrastrado, que no me doy mi lugar, que todo quiero darlo. Incluso una vez me dijo uno que era un gasto inútil para regalar, pero recuerdo que yo le contesté ‘¿qué traes en tu mano, compañero?’ ‘pues mi cigarro’, dice. Entonces le dije ‘fíjate, tú gastas tu dinero en perjudicar tu salud, pues yo gasto mi dinero en regalar un poco de simpatía y alegría, porque si vieras las caritas de los niños que ven el depósito con los dulces, es algo que no te lo pagan con nada’”.

Sin embargo, dice, estas críticas no suelen ser comunes. En su lugar, Claudio prefiere enfocarse en inspirar a más compañeros de su gremio, a quienes respeta y admira el trabajo que realizan en la ciudad de Veracruz.

“En aquellos tiempos de Covid, yo lo presentaba a la consideración de mis compañeros taxistas para que lo vieran, lo copiaran y ¿por qué no? lo mejoraran”, explica. En aquel momento, recuerda, muchos de sus compañeros estaban alarmados por la llegada de las aplicaciones como Uber a Veracruz.

“Mis compañeros decían ‘no, vamos a golpear a los taxistas y vamos a quemar las unidades’ y eso a mí me escandalizaba. Yo digo, bueno, yo pienso, creo y estoy casado con la idea de que la competencia se tiene que hacer con inteligencia y con eficiencia, no con violencia. Entonces esa era mi intención, presentar esto y decirle a los compañeros ‘sí se puede, sí podemos competir con cualquier plataforma si nos esmeramos en dar un servicio enfocado al cliente, no a nuestro propio beneficio’”.

LM