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Esmeralda vende dulces en Veracruz para mantener a su hija con cáncer

Esmeralda es madre soltera y desde que su hija se enfermó de cáncer, tuvo que mudarse al puerto de Veracruz para que recibiera tratamiento oncológico

Es madre soltera y tuvo que mudarse a Veracruz desde que su hija Abígail enfermó de cáncer.
Esmeralda vende dulces para mantener a su hija con cáncer..Es madre soltera y tuvo que mudarse a Veracruz desde que su hija Abígail enfermó de cáncer.Créditos: Inés Tabal G.
Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER.- Una hilera de chicharrones, dulces y bombones cuelgan de un mecate que Esmeralda Mora Islas amarró en el corredor de una casa que renta en la colonia Lázaro Cárdenas II, en el puerto de Veracruz. Las golosinas las compró con dinero que le regalaron, lo que venda será para mantener a su hija con cáncer.

El dinero tiene que alcanzarle para pagar la renta del pequeño cuarto, así como la comida y medicamentos que la menor pueda necesitar luego de ser diagnosticada con la enfermedad llamada púrpura trombocitopénica inmune aguda.

En abril 2021, su hija Abigaíl Guadalupe Pardo Mora, quien actualmente tiene 13 años, fue diagnosticada con cáncer en el hospital de Jáltipan, un municipio ubicado al sur del estado de Veracruz, de donde es originaria.

Debido a que en no tenían las herramientas para brindarle tratamiento para el cáncer, fue trasladada a Coatzacoalcos, en donde estuvo dos meses hasta que el médico que la atendía murió a causa de la pandemia de la covid.

Por esta razón, madre e hija tuvieron que trasladarse a la ciudad de Veracruz, para continuar con el tratamiento en el Hospital Pediátrico, ubicado en la avenida 20 de Noviembre.

“Estuvimos yendo al hospital de Jáltipan y de ahí fue que nos dijeron que tenía que ser operada, porque tenía las plaquetas muy bajas. Ella tenía 12,000 de plaquetas y 3 de hemoglobina. De ahí fue trasladada a Coatzacoalcos”, cuenta Esmeralda mientras espera sentada a que los clientes lleguen.

Fue como empezar desde cero

En noviembre del 2021, Esmeralda y Abigaíl recorrieron más de 276 kilómetros para que pudiera recibir su tratamiento oncológico. Llegaron a vivir en un albergue cercano a la Torre Pediátrica, debido a que les resultaba más fácil quedarse que pagar cerca de 3,000 pesos en los pasajes de ida y vuelta.

En el albergue les proporcionaban comida, hospedaje y artículos de higiene personal; sin embargo, en marzo tuvieron que salirse de ahí por un cambio de administración. La estadía en la ciudad de Veracruz comenzó a complicarse.

“Ahorita sí me está costando trabajo mantenernos. Son 1,500 pesos que se pagan de renta y no tener un trabajo de planta se me complica, porque hay que estar vigilándola, porque de noche hay que vigilarla que no deje de respirar, porque ha dejado de respirar y puede morir en cualquier instante”, dice.

Esmeralda es madre soltera, no cuenta con ningún apoyo por parte de sus familiares y sobrevive de lo que gana en su puesto de chicharrones; cuando hay buena venta puede ganar 150 pesos, pero no todos los días logra reunir esa cantidad.

Hace 15 días, Abigaíl se torció el tobillo, pero su madre no pudo llevarla al hospital porque no tenía dinero para pagar el taxi, tuvo que pedir prestado y sacar un poco de las ganancias del puesto de chicharrones para llevarla a la Torre Pediátrica al siguiente día.

Pasará este 10 de mayo trabajando

Esmeralda pasará este 10 de mayo trabajando en su puesto de chicharrones, desde que le dieron el diagnóstico de su hija el Día de Las Madres cambió radicalmente. Se suspendieron los bailables que hacían en la escuela para festejar a las madres, ya que Abigaíl dejó el colegio porque no podía pagarlo, además de que se mudaron y no hubo la oportunidad de seguir sus clases en línea.

“Ahorita no está estudiando por la enfermedad porque, aunque sea escuela de gobierno, se necesita dinero. En su momento estuvo en línea, pero después ya tenían que estar presencial”.

Todos los días Esmeralda coloca su puesto de chicharrones de 12:00 de la mañana y lo cierra a las 8:00 de la noche. Dice que la poca mercancía que tiene la compró en el mercado con 500 pesos que le donaron. También recibió ayuda de los trabajadores del albergue para encontrar un cuarto donde vivir, ellos le pagaron un mes de renta y el depósito.

“Empecé haciendo los cubrebocas de tela. Estando en el hospital algunas enfermeras me compraban los cubrebocas, porque con lo de la pandemia no podías andar de un lado para otro. Yo que tenía una niña con las defensas bajas, me tenía que cuidar para no contagiarla, fue difícil”.

Afirma que por el momento no puede conseguir un trabajo fijo, pues su hija requiere de toda su atención y cuidado, por lo que solo se mantienen de la venta de dulces y chicharrones preparados.

Pide ayuda para su hija

Esmeralda es originaria de la Ciudad de México y no cuenta con familia en Veracruz. La única persona que conocía en Jáltipan era su esposo, quien la dejó sola en el proceso de la enfermedad de su hija.

"Desde que me dieron el diagnóstico no ha sido fácil, porque sí tiene su papá, pero hagamos de cuenta que como si no lo tuviera, porque no nos apoya. Yo solita he estado caminando con ella. Gracias a Dios he tenido buena respuesta y buen trato en el hospital. Mi sentir es en la cuestión económica que no podemos estar viajando, por eso nos quedamos aquí”.

La madre pide apoyo para conseguir unas muletas para que a Abigaíl no se le dificulte caminar. Además de que requiere de artículos básicos como trastes o un tanque de gas, ya que le prestaron una pequeña estufa, pero no cuenta con el suficiente dinero para comprar uno.

Cuando requiere de medicamentos que el hospital no le puede proporcionar, acude a las asociaciones civiles para pedir ayuda, pero cuando no hay los tiene que comprar.

“Tiene que tomar anticonceptivos por lo del ovario crecido, porque se lo están manejando como ovario poliquístico, síndrome de Cushing. La enfermedad le ha afectado otras cosas. Físicamente se ve normal, pero internamente sí le ha afectado bastante”, agrega la madre.

En total requiere de 5 medicamentos que son esenciales para su tratamiento, ya que después de haberle diagnostico el cáncer, se desencadenaron otras enfermedades ¿Te interesa apoyar? Este es el numero al que puedes ponerte en contacto: 52 1 922 198 8610.

vtr