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Ivania, muralista y feminista que plasma su arte en paredes de Xalapa

Pese a que Ivania y el grupo de mujeres recibió amenazas de violencia en su contra, realizaron el mural pintado en las paredes del viaducto de Xalapa. Por otro lado, el apoyo recibido por amigas, familiares y desconocidos ayudó a la joven y su compañeras a terminar la obra

En redes pedían violentarla; aun así, Ivania y las demás artistas terminaron el proyecto mural feminista en Xalapa
Ivania, muralista y feminista que plasma su arte en paredes de Xalapa.En redes pedían violentarla; aun así, Ivania y las demás artistas terminaron el proyecto mural feminista en Xalapa
Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER.- El mural feminista que se encuentra en el viaducto de la ciudad de Xalapa literalmente costó sangre, sudor y lágrimas. El proyecto, duramente criticado en redes sociales, salió adelante por el entusiasmo de artistas como Ivania Smith.

Junto a otras entusiastas, la muralista pudo concluir la obra que la dejó agotada física y emocionalmente por meses. Comenta que el equipo de trabajo leía las opiniones de usuarios en redes sociales, lo que les generó preocupación aparte de desanimarlas.

“Por eso las violan”; “Pónganse a trabajar” (…), fueron algunos comentarios que “bajonearon” a Ivania y las otras colaboradoras. Sin embargo, el rechazo no las atemorizó y tras reflexionarlo le dieron vuelta a la situación.

Con el apoyo de familiares, amigos e incluso desconocidos, las autoras se sobrepusieron para no declinar. Las muralistas, diseñadoras y fotógrafas acordaron un diseño, así como un plan de trabajo para hacerlo realidad.

Como sus compañeras, Ivania trabajó, dibujó y pintó durante semanas en la madrugada, mientras de día trabajaba y continuaba sus estudios en Artes Visuales. Ahora sostiene que la obra es un pequeño momento de la lucha feminista en Veracruz para generar un cambio contra la violencia de género.

ARTE Y PROTESTA

Ivania considera que en su caso particular ha aportado socialmente a visibilizar el trabajo de las mujeres a través del arte, pero también a dejar el mensaje de que no deben ser violentadas.

Sin embargo, lamenta que las expresiones sociales sean contrarias al mensaje que pretende transmitir.

En ese sentido, rememora que mientras realizaban el mural, los comentarios vía redes sociales eran principalmente de desaprobación; pero iban más allá, al trascender a los deseos de que algo malo le ocurriera a ella y sus compañeras.

“Creo que como artista hay que prestarle más atención a como artista qué voy a transmitir, cómo lo voy a transmitir y ya lo que suceda afuera ya no está en mis manos, ya no me pertenece.

“Me hizo pensar -la crítica en redes- que vivimos en una ciudad muy diversa y así como había ese tipo de comentarios, también había de mi familia y de mis amigos que me habían estado viendo 11 horas pegada a la computadora diseñando con las del colectivo y desvelándose para transmitir el mensaje.

“Fue más importante prestarle más valor a eso porque había que sacar el proyecto adelante, que a alguien detrás de una computadora que escribiera eso. Al final ese mensaje se quedó, el mural del viaducto ahí está, aunque en poco tiempo lo quiten”, relata.

Ivania trabajó con “Unidas Colectiva”, en la que otras mujeres jóvenes como ellas también pusieron su parte para dejar un recordatorio de “aquí estamos y también formamos parte de la historia”.

La artista xalapeña señaló que se olvidó del vértigo al subir andamios para pintar el mural por más de 8 horas. Incluso esa experiencia la definió para enfocarse en ser muralista.

Sus compañeras, de entre 18 y 24 años, junto con algunas voluntarias, trabajaron diariamente desde las 9 de la noche y hasta las 4 de la mañana para plantar en el mural que refleja la inconformidad con violencia que se vive en Veracruz.

También se plasmó allí el recuerdo de muchas mujeres que han sido olvidadas en la historia como Lola Cueto, Esperanza Brito, María Izquierdo, Esther Hernández, Elvia Carrillo y las primeras presidentas municipales de diversos puntos de Veracruz.

Las historias particulares de cada artista, también se encuentran ahí. La de Ivania es una de muchas.

QUERÍA SER VETERINARIA 

Antes de ser muralista, la chica tenía otras intenciones académicas, pero una experiencia fuerte en su vida hizo que tomara el camino del arte.

Relata que desde pequeña quiso ser veterinaria e incursionó en el trato y cuidado de los animales. De hecho, trabajó con uno de sus tíos en un rancho donde había borregos y una de las actividades era realizar una especie de incisión en los animales para sacarles el aire, aunque cuando ella lo hizo salió mal.

“Perforé al borrego, pero el borrego murió. Sufrí muchísimo, tuve pesadillas y dije no, no hay forma, porque dije ‘si se me muere el gato, el perro o el hámster de alguien no voy a poder’ y entonces decidí que no”.

Y luego, al entrar a trabajar en una tienda de arte, se enamoró “a primera vista” de estas expresiones y finalmente se graduó hace casi un año de su carrera en Artes Visuales por la Universidad Veracruzana (UV).

La joven, quien ahora cursa un posgrado, cuenta que su incursión al movimiento feminista a través de expresiones artísticas en espacios públicos fue mediante una invitación.

Pero no fue lo único. A nivel personal, Ivania estaba sensible por la ola de violencia contra las mujeres, situación cada vez más exhibida a nivel de redes sociales. Igualmente, la pandemia por coronavirus la hizo también reflexionar acerca de lo que quería para ella y quién era en ese momento de su vida como mujer y artista.

“Fue un conjunto lo que me llevó a todo esto. El árbol de la memoria que está al centro del viaducto lo diseñé pensando en el caso de Mara, mi contemporánea. Fue un caso muy sonado porque era de Xalapa y me marcó muchísimo y yo no quería que ella fuera recordada como una más de una estadística en el año que ocurrió. Tenía nombre y familia, fuimos a las mismas escuelas, teníamos los mismos amigos”, cuenta.

Relató que, igualmente, las mujeres madres solteras de su familia la han llevado a estar dónde está, tal es el caso de su madre y todo el matriarcado de su ascendencia, mujeres a quienes considera las más empoderadas y poco reconocidas.

A más de un año del mural, Ivania destaca como punto relevante el haber podido trabajar en colectivo para un tema de trascendencia a ese nivel tanto personal como familiar.

Además, se sabe una mejor persona a raíz de este proyecto, por todo lo que implicó y las cosas que aprendió; así aguarda la esperanza de que todo pueda mejorar para las mujeres en un futuro cercano. Ahora sabe que los hombres no son enemigos, sino aliados para crear comunidad.

“Para mí eso tiene más valor, el camino. No tanto la obra ahí en el corazón de la ciudad, para mí tuvo más valor todo lo que hubo detrás, todo lo que pensé, lo que investigué, lo que aprendí, las horas que pasé ahí a las tres de la mañana comiendo pozole y pintando el viaducto.

“Eso fue muy bonito porque la sociedad xalapeña nos abrazó. Había gente que iba a llevarnos comida, café, agua, para mí eso tiene más valor que la obra en sí”, destaca.

mb