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Kenai adelgazó nadando y hoy representa en competiciones a Veracruz

Pasó de ser un niño con sobrepeso a un atleta ganador de medallas a nivel estatal y nacional. Kenai busca alcanzar más éxitos como deportista pero también quiere ser estudiante con una carrera universitaria. Esta es su travesía

Pasó de ser un niño con obesidad a ser un atleta de alto rendimiento
Kenai, nadador que venció el sobrepeso y ganó competencias.Pasó de ser un niño con obesidad a ser un atleta de alto rendimiento
Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER.- En su infancia, Kenai García Altamirano tuvo un problema de sobrepeso. Sus padres intentaron ayudarlo y buscaron que se interesara en distintos deportes, sin embargo, ninguna disciplina terminaba de convencer al cordobés.

Intentó con el fútbol y otras actividades populares hasta que llegó a la natación, en donde comenzó una pasión que lo ha llevado a competencias internacionales y a soñar con convertirse en profesional.

Ahora, ya adolescente, Kenai busca convertirse en un representante del deporte en Veracruz y está “a centésimas de segundo” de conseguirlo. Su meta es clasificarse para certámenes nacionales e internacionales profesionales, por ello se disciplina con un régimen estricto de entrenamientos y alimentación.

Kenai recuerda que cuando era apenas un niño tanto él como su familia buscaban alternativas para controlar su peso, pero nunca las practicaba con interés. Por eso sorprendió a sus papás cuando pasó un mes y seguía interesado en nadar.

Cuenta que sus padres ya estaban esperando el momento en que les pidiera dejar los entrenamientos: “Pero resulta que sí me gustó y me quedé (…). Intenté fútbol, basquetbol, voleibol, béisbol, hasta que di con el deporte indicado”.

El atleta tiene actualmente 16 años, de los cuales lleva 7 nadando. Si bien cuando comenzó el sobrepeso no le representaba complicaciones graves a su salud, en su familia buscaron algunas opciones para evitar que siguiera aumentando de talla.

“Con el agua es una sensación que te hace sentir volar, te hace sentir ligero, libre, puedes hacer lo que quieras. Es como que te hace sentir tú, mientras vas nadando puedes ir pensando lo que quieras”, relata con emoción.

La natación le ha servido no solo para mejorar su salud y llegar a su peso ideal, sino que además gracias a ésta se dio un “estirón” que no habría logrado por mera genética, pues nadie en su familia sobrepasa los 170 centímetros de altura, mientras él ha alcanzado los 180.

“Contando la natación que ayuda mucho a quemar y un poco de actividad física, sí, estoy bastante bien de peso y en forma”, relata.

INFANCIA DE ÉXITOS

El nadador inició su vida en la disciplina a los 9 años y a los 12 ya había ganado su primera medalla nacional en una competencia realizada en Veracruz.

Fue ese triunfo el que le impulsó a darle formalidad a su preparación, pues se dio cuenta de que contaba con potencial.

Entre risas, cuenta sobre sus triunfos que empezaron a llegar entre el 2017 y 2018, sumando a la fecha unas 70 medallas, cada una con su propia historia de esfuerzo y éxito.

De estos reconocimientos recuerda particularmente una competencia en Cancún, Quintana Roo, donde se quedó en tercer lugar en el Gran Prix de Natación Junior.

Sin embargo, el significado va más allá de la posición en la que quedó pues en dicho evento fue a medirse con los mejores, sin aspiración a ganar. 

Su sorpresa fue cuando lo anunciaron como el tercer mejor competidor, donde se destacó su técnica de nado consistente en avanzar sin doblar los codos, que a su vez ha sido enseñanza de su entrenador, Jorge León.

“Resulta que sí rindió frutos y pude bajar mi tiempo muchísimo y sí logré la medalla. Esa fue a la que más cariño le tengo”, dice.

El joven ha tenido las mejores experiencias gracias al estilo libre y mariposa en las competencias de 100 metros libres y 50 metros mariposa.

Y nuevamente volverá a la ciudad que le dejó un gran sabor de boca, pues en Cancún se realizará otra competencia donde confía en tener un buen desempeño midiéndose “con los mejores del país”.

FALTAN APOYOS

De acuerdo con autoridades de Salud en Veracruz, se estima que 3 de cada 10 niños en la entidad tienen sobrepeso. La subdirectora de Prevención y Control de enfermedades de la Secretaría de Salud, Guadalupe Díaz del Castillo, incluso calificó el problema como “una pandemia de obesidad”.

Por su parte, la Jefa de Participación Comunitaria y Social en la Subdirección de Promoción de la Salud, Michelle Fernández Moctezuma, alertó que a partir de la pandemia de la covid-19 existió un repunte en las cifras de obesidad entre niños, adolescentes y adultos.

Del 2020 al 2021 la entidad pasó del quinto al tercer lugar nacional en adultos con obesidad y hasta el año pasado tenía el primer lugar en obesidad infantil, según la funcionaria.

Los datos, de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (INEGI), demostraron el impacto que tuvieron las restricciones por la pandemia según Fernández Moctezuma.

“Los datos que tenemos de acuerdo con el ENSANUT es que en niños de 5 a 11 años hubo un incremento del 2 por ciento con relación al 2018, que fue la última publicación y en adolescentes tuvo un incremento del 6 por ciento.

“En adultos del uno por ciento en materia de sobrepeso y obesidad ese fue el incremento. Está relacionado con el sedentarismo, se sabe que la alimentación también tiene mucho que ver con el gasto energético que tenemos”, explicó.

La ENSANUT ubica a Veracruz en el primer lugar en obesidad infantil y juvenil, con una prevalencia de 22.9 por ciento de niños con sobrepeso u obesidad. Esta es la cifra más alta de México en función de su población.

Ahora el sobrepeso sólo es un recuerdo pasa Kenai, quien en la búsqueda de lograr sus metas ha encontrado la forma de compaginar todas sus actividades, incluyendo las académicas, con la natación.

El joven estudia por las mañanas y entrena en las tardes, de ahí que no haya tenido que sacrificar ninguna de sus aspiraciones, pues su horario de entrada a la preparatoria es a las 7 de la mañana y la salida a la 1 de la tarde, en tanto que su horario de entrenamiento regularmente es a las 4 de la tarde.

“Puedo entrenar, cumplir con la escuela y me da tiempo perfecto para todo. Nado a veces 3 horas y hago ejercicio en casa por dos horas, un total de 5 horas diarias”.

Además, también asiste con una nutrióloga para mantener su peso y un índice de grasa adecuado, pues en el agua quema demasiadas calorías que debe reponer con la dieta.

Cuestionado sobre la necesidad de elegir una carrera universitaria o continuar centrándose en las competencias de nado, Kenai ha pensado en la arquitectura, aunque por el momento está seguro. Expone que su sueño inmediato es lograr un pase a las competencias de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE).

“Espero pasar ahí y si se puede, clasificar para unos panamericanos, centroamericanos o alguna competencia internacional. Quiero ver qué pasa con la natación primero y luego ver qué procede con la escuela”.

Sostiene que todo lo que ha logrado ha sido invaluable el apoyo de su familia y su equipo de natación, quienes han hecho principalmente algunas rifas para conseguir los recursos que costeen los traslados, comidas, hospedaje y todo lo que implica ir a la competencia.

Lamentablemente, se ha topado con aquello de lo que se duelen otros deportistas. El gobierno municipal, por ejemplo, no lo ha apoyado durante estos años que ha representado a Córdoba y a la entidad veracruzana.

“Fuimos una vez y pedimos apoyo. Iba a ir a representar al estado a nivel nacional; pero al principio no nos querían dar cita hasta que una amiga de mi mamá metió las manos, pero lo único que me dieron fue una mochila usada.

“Me tomaron una foto con la mochila según de que me estaban apoyando y ya, eso fue todo”, lamenta.

Desde esta experiencia con las autoridades no ha vuelto a saber algo de alguna institución pública o privada que esté interesada en apoyar, de ahí que su familia y entrenadores han sido su única alternativa.

Aun así, Kenai recomienda sin titubear el deporte que practica actualmente mientras sigue buscando completar sus metas, que son llegar a podio a nivel nacional y “dar el salto” a competencias internacionales.

“Para llegar a una competencia internacional algunas son por tiempo y otras son clasificatorias. En los 50 metros libres para llegar a una competencia internacional me piden 24 segundos y centésimas, me falta bajar 80 centésimas que es cuestión de nada, pero sí cuesta demasiado bajarlas ya en el agua”, enfatiza.

El joven dice con emoción que se ha estado preparando mucho y se encuentra cerca de su meta: “Estoy a menos de un segundo de dar ese salto en los 50 metros planos y creo que lo voy a lograr”.

mb