El arranque de campaña del PAN en Veracruz fue todo menos sorpresa, más bien, fue la confirmación de lo que muchos ya sabíamos, que el tan cacareado “desacuerdo con Yunes”, que juraba la dirigencia nacional y estatal de Acción Nacional (a cargo de Jorge Romero y Enrique Cambranis, respectivamente) era puro cuento, una función más del eterno circo azul, pues fue el propio Jorge Romero quien participó como maestro de ceremonias, mientras que las yunistas más fieles, Indira Rosales y Maryjose Gamboa, fueron las estrellas del show.
La narrativa era clara: “Nos deslindamos del yunismo por su traición”, pero basta ver una sola foto del evento para que se derrumbe ese intento de ilusión óptica. Ahí están, sonrientes y cobijadas, las candidatas que no solo son panistas, sino yunistas de hueso colorado. ¿Dónde quedó el nuevo PAN que Jorge Romero prometió? En el mismo lugar donde siempre ha estado, debajo del ala de la dinastía Yunes, obediente y callado.
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Lo que más llama la atención no es la contradicción, que ya es marca registrada del partido, sino la ingenuidad con la que pretenden venderla. Salen con declaraciones de que tienen “todo controlado” y que el 2 de junio celebrarán su victoria. Mientras tanto, su “estrategia de punta” consiste en hacer llamadas telefónicas. Sí, llamadas, encuestas caseras en las que preguntan con voz de conmutador barato si uno cree que Acción Nacional ganará la elección este próximo domingo 2 de junio.
Lamentable, ¿no? No es que esperáramos innovación, pero al menos un poco de dignidad política, esa desesperación disfrazada de certeza lo único que demuestra es que no confían ni en sus propias porras, porque cuando tienes que preguntar si vas a ganar, es que ya sabes la respuesta.
Haciendo zoom… Lo de Romero y Cambranis solo vino a reafirmar lo que en Veracruz ya muchos tienen claro, el PAN no pinta como opción. No una real, no una creíble, no una nueva. Lo que ofrecen es más de lo mismo, con las mismas caras, los mismos apellidos y los mismos métodos desgastados, pero eso sí, con muchos volantes, llamadas automáticas y discursos reciclados.
LM