VERACRUZ, VER.- Como cada 12 de diciembre, fotógrafos se colocan frente a las iglesias de Veracruz con su stand para retratar a los niños vestidos de inditos que acuden, en compañía de familiares, por la bendición del padre.
Cada 12 de diciembre se festeja la aparición de la Virgen de Guadalupe, a través de unas rosas en el Cerro del Tepeyac. Por esto es que miles de mexicanos inician las peregrinaciones a distintas Iglesias de la República, para agradecer los milagros o cumplir las promesas que le hicieron a "la morenita".
A diferencia de hace 10 años, explica Blanca Margarita Pérez, fotógrafa de profesión, de seis fotógrafos que solían ponerse frente a la Iglesia La Lupita, ubicada en la calle Pino Suárez del centro de Veracruz, ahora sólo hay dos.
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"Aquí únicamente somos los muchachos de enfrente y yo ahorita, pero antes había hasta seis fotógrafos", dice sonriente. Los "muchachos de enfrente", como los señala, continúan con la tradición familiar de sus padres, quienes fueron fotógrafos de sociales desde 1988 hasta el 2016, año en que fallecieron.
Ahora la agencia que mantienen José y Manuel Medina, de 48 y 45 años, se llama SIM y está ubicada a cuadra y media de la Iglesia La Lupita.
"Ha bajado mucho, esto ya no es representativo para nosotros. Más que nada lo hacemos por tradición", dice Manuel Medina, quien ejerce la fotografía en ocasiones especiales como esta.
"El año pasado tomamos como 50 paquetes, este año espero como 70, mínimo", dice José Medina, quien sí es fotógrafo de tiempo completo.
Frente a su stand, que además tiene flores de nochebuena, lonas que simulan el río y una Virgen de Guadalupe, está el stand de Blanquita, como es llamada de cariño por sus clientes.
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Blanquita es una mujer de 76 años dedicada a la fotografía desde hace 40. Ser madre soltera y no tener con quién dejar a su hija mientras trabajaba, la llevó a dedicarse al oficio.
Desde entonces, explica, pertenece a la Unión de Fotógrafos que está unida a la SETEM, la cual, en su momento, llegó a contar con casi 200 fotógrafos.
40 años después, apenas 50 pertenecen a la unión. "Ahí tenemos las iglesias asignadas (...) y a mí me tocó esta", explica.
"Yo vivo a media cuadra de aquí. Me dedico a tomar (fotografías de) bodas, bautizos, quince años, presentaciones, piñatas, pasteles, cualquier tipo de evento".
Sobre la cantidad de fotografías que solía tomar al menos hace 20 años, explica, ahora "no es ni la mitad".
"La afluencia bajó hace 6 o 5 años (...) no hay tanta afluencia como antes, se ha cambiado de religión mucha gente. Esa es la realidad".
Además, añade que la llegada de los teléfonos celulares y su facilidad para tomar fotografías, las familias ya no ven la necesidad de pagar una sesión de fotos.
"En la época de la pandemia la gente se dedicó a tomarle fotos en la casa a los niños, aprendieron ellos a manejar su celular, entonces, si ahora le tomo una o dos fotos a un niño, date por bien servido".
Para convencer a la familia de hacerse la sesión completa y vender al menos 5 o 6 fotos, les dice: "a ver mamá, papá, pero falta usted, yo quiero que salga usted".
"Y esas son las que terminan buscando, independiente de las dos fotos que le tomé a la cara del niño que busco salgan bonita".
Según cuenta, en su caso se ha podido mantener afuera de la Iglesia La Lupita porque, además de "pescar uno que otro cliente" que sale, le avisa a los que ya tiene que estará ahí.