VERACRUZ, VER.- Guadalupe Cuevas Hernández, una mujer de 66 años, pensionada y dedicada a cuidar a su nieta, fue víctima de los estragos del frente frío 14.
Durante la mañana del jueves 12 de diciembre, el norte que había anunciado Protección Civil que alcanzaría hasta los 120 kilómetros por hora, se llevó el techo de la casa de Guadalupe, ubicada en la colonia Adolfo López Mateos, en la calle Lázaro Cárdenas número 384, entre las calles Rafael Murillo Vidal y Fernando López Arias.
Eran entre las 11 y 12 del día cuando, mientras estaba acostada con su nieta de 8 años, el viento comenzó a levantar las láminas del cuarto donde hay una litera con dos camas individuales.
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Asustada, Guadalupe y su nieta corrieron a la parte trasera, donde se encuentra la casa de su hija. Ahí, tuvo que forzar la puerta y entrar, ya que ella estaba en el trabajo.
Cinco minutos después, narra, su techo voló. "Gracias a Dios no le pasó nada a nadie".
"Estuve todo el día marcando a Protección Civil pero me decían que tenían urgencias más importantes y que buscara a alguien que me pudiera auxiliar. Bomberos y el 911 ni siquiera me contestaron".
Después de eso, como a la media hora, acudió al terreno de atrás para buscar su techo, el cual había caído sobre una casa que funciona como verdulería.
Su techo de lámina, además de ocupar la mitad de la casa de Alberta Hernández, había caído sobre el vehículo de su yerno, el cual terminó rayado del techo y de la puerta del conductor.
En el patio de Alberta Hernández, además, se encuentra una viga clavada en el piso y atravesada sobre una lámina, de la cual desprenden adornos navideños, cortinas y extensiones.
Preocupada, Alberta menciona que necesita que alguien recoja la lámina de su domicilio, ya que estuvo a punto de cortarse con ella.
"Es un peligro que esté ahí. Hace rato me agaché y me pasó muy cerca de la cara", dice.
Así puedes ayudar a Guadalupe
Debido a que Guadalupe solamente cuenta con su hija, menciona que necesita ayuda para retirar las láminas y colocar las que se puedan, así como nuevas láminas que la gente le pueda donar.
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Aunque personal del ayuntamiento la visitó y quedó en gestionar el apoyo de algunas láminas, Guadalupe permanece sin techo.
Sus cosas son recogidas y embolsadas de a poco por ella y su hija, mientras son resguardadas en su casa.
Mientras tanto, durante el día permanece en el lugar cuidándolas, y durante la noche, duerme mientras espera que el norte no regrese, se lleve sus cosas y vuele, nuevamente, la lámina.
mb