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De Capezzio a Factoría: Así la evolución del reguetón en Veracruz

Factoría es la continuación del centro nocturno Capezzio, cuna del reguetón en Veracruz

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Escrito en VERACRUZ el

Por las noches, en especial los fines de semana, la avenida General Prim, en la colonia Centro de Veracruz, cambia el ruido de los carros por el sonido estridente de la música reguetón que llega a varias cuadras de los alrededores.

La música proviene de un pequeño edificio con fachada rústica de ladrillos y ventanas grandes con marcos color negro. Ese lugar se llama Factoría y es uno de los centros nocturnos más reconocidos de la zona.

Factoría es la continuación de lo que un día fue el centro nocturno Capezzio, añorado por muchos y odiado, y estigmatizado, por otros.

Sus dos plantas y techado de lámina alojan hasta 300 personas que apenas y se alcanzan a ver con las luces de colores que ocasionalmente se encienden e iluminan el interior del sitio.  

Al fondo, se escucha “En la cama”, un éxito musical del año 2001 y que es interpretado por los cantantes Nicky Jam y Daddy Yankee, quienes son uno de los principales exponentes de este género.

Esta canción hace bailar a una chica que se encuentra arriba de una de las sillas del sitio, mientras las manos de las personas que la rodean se elevan de arriba abajo.

Las demás personas que se encuentran ahí, bailan, brincan y cantan, mientras sus cuerpos se juntan unos con otros sin importar el calor y lo sudados que están, a la par toman de sus vasos llenos de cerveza.

La pandemia en este lugar pasó de moda

Enfrente de las mesas, una luz blanca ilumina el escenario donde más de una persona ha participado en “guerras de perreo” por una botella de licor o una jarra de Cagua-cooler, una combinación de cerveza y caribe de durazno.

La Cagua-cooler se hizo famosa hace más de 20 años en el ahora extinto Capezzio. 

– ¿Por qué Factoría? –

“La fábrica del reguetón, la mera mata del reguetón, factory de fábrica en inglés”, dice Juan Santiago, quien dirige el lugar y además es animador del antro, un personaje popular entre muchos jarochos.

Juan Santiago se describe como locutor, conductor, animador, director artístico y Biólogo Acuático de profesión, egresado de la Universidad Veracruzana (UV).

El hombre de 60 años, quien fue precandidato a diputado por Morena en 2021, inició su carrera como animador en Capezzio, los más de 35 años en el ambiente nocturno lo han llevado a perder poco a poco el sentido del oído.

En sus inicios como bailarín profesional conoció distintas discotecas del mundo, después puso junto con su exesposa un negocio de este giro.

Años más tarde se convertiría en un referente de la música reguetón en Veracruz y sería el primer escenario para impulsar a artistas de este género que apenas empezaban en el estado.

Por mencionar algunos como la Dinastía, Krysstal, Kentow, Lirika Urbana, entre otros. También fue el escenario de artistas internacionales como Ñengo Flow, Vico C, Hector y Tito.

“Nosotros les dimos el empuje como a un total de 600 cantantes de reguetón que participaron una o dos veces y que les dimos la pista, el micrófono, el escenario. Entonces, se sentían realizados, porque era gente pobre que no tenía baro para grabar una pista”.

El inicio

Primero se llamó Nancy’s, el proyecto surgió como un salón de baile, donde tocaban grupos de salsa en vivo, en un concepto denominado como “tardeadas”, con un horario de 4:00 de la tarde a 8:00 de la noche.

Tras la baja afluencia de gente y la abundante demanda de estos sitios que comenzaron a surgir a inicios de los años 80, el horario se corrió de 6:00 a 12 de la noche y también se empezó a vender cerveza y licor.

Con el paso de los años y con el cambio de generación llegó el reguetón, un género que era desconocido para muchos mexicanos, pero que se escuchó por primera vez en el puerto de Veracruz.

A la par surgió un nuevo nombre que quedó marcado en la juventud de muchos veracruzanos: Capezzio, que la gente llamaba “la casa de la raza”.

Donde podían convivir por igual hijos de empresario, alcaldes, políticos, artistas de talla nacional, así como comerciantes, vendedores y “los malandros”. 

“Capezzio empezó en una época donde las discotecas estaban con estereotipos. Eran para gente de piel blanca, con dinero, de clase media para arriba. Clase media para abajo no tenía oportunidad para entrar, entonces abre Capezzio y deja entrar a esa gente de clase baja”, cuenta Juan Santiago.

Este concepto y los shows en vivo que hacían Juan Santiago con su equipo, se convirtió en uno de los principales atractivos del lugar, al igual que los concursos de reguetón, las fiestas temáticas y las competencias entre los asistentes.

Los precios eran accesibles desde 50 a 200 pesos, dependiendo qué artistas estuviera invitado, era un lugar similar a lo que hoy es Factoría, pero mucho mejor, de acuerdo con las personas que asistieron el aquel momento. 

Capezzio era capaz de albergar a más de mil personas, tenía dos plantas y todo se dividía por secciones, en medio el escenario, del lado derecho la sala VIP, que se encontraba en la parte de arriba, donde las personas consumían botellas de licor.

Los domingos eran de “fresas”, donde asistía la gente que vestía con ropa de marca, niños bien que querían experimentar, entrar a los lugares “peligrosos”, dice Juan Santiago en tono sarcástico. 

Alrededor del escenario se juntaba la gente que le gustaba interactuar con los animadores, en la parte de atrás, junto a la barra, se reunía la gente más pesada, cuenta Carolina, una chica de 27 años que pasó la mayor parte de su juventud en aquel lugar.

“Me acuerdo que salías de Cape y tus oídos estaban tapados, porque la música estaba muy cabrona; te retumbaba todo. En Cape se sentía la vibración de la música, ibas al Oxxo que estaba a varias cuadras y escuchabas la música hasta allá, la verdad Capezzio estaba muy chido”, narra.

Caro cuenta que a ella le tocaron un par de peleas. Aunque afirma que el ambiente era algo pesado, si no te metías con nadie la noche transcurría bien.

Una historia de 35 años envuelta en claros y oscuros

Por más de tres décadas, Capezzio formó parte de la historia de Veracruz. Al ser un antro con muchos años de vigencia fue parte de hechos históricos que quedaron marcados en la memoria de la gente, al igual que escándalos que opacaron el baile y la fiesta que ahí se vivía. 

“Todo lo malo lo relacionaban con Capezzio, que cosas del narcotráfico y quién sabe cuántas cosas más, pero el narcotráfico cuando entró a Veracruz, entró a todos lados, a las altas esferas, a las altas discotecas. Por el hecho de que llegaran a apartar mesas yo no iba a negar el acceso a nadie o decirles tú entras o no”, dice Juan Santiago.

Durante el año 2011, el estado era asediado por los carteles y el miedo formaba parte del andar cotidiano de los jarochos.

El sitio preferido por los turistas se había convertido en el lugar de una batalla campal entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación y Los Zetas.

De acuerdo con cifras oficiales, en julio del 2011 el estado registró un total de 132 homicidios, lo que expertos catalogaron, hasta ese entonces, como la cifra más alta desde 1997.

Ese mismo año, pero en septiembre, 35 cuerpos fueron arrojados a plena luz del día frente a Plaza Américas, en el municipio de Boca del Río.

Años más tarde todos estos casos alcanzarían al bar Capezzio. En 2016 los cadáveres de seis personas fueron encontrados a orilla de la carretera estatal tramo Limones-Tenenexpan, a la altura del transitado puente dentro del municipio de Manlio Fabio Altamirano. 

De acuerdo con datos oficiales, los cuerpos presentaban huellas de tortura, entre ellos se encontraba Daniel Zamudio, conocido como “el Danni”, gerente de Capezzio. 

En ese año también fue arrojado el cuerpo de un hombre con los brazos mutilados y con mensajes de sus asesinos.

Durante esa época tuvieron que cerrar por 15 días, debido a la alta incidencia delictiva y, sobre todo al temor de la gente.

Además, en el 2015 se difundió un vídeo en redes sociales de uno de sus espectáculos, donde se incitaba a una de las asistentes a practicarle sexo oral a un joven, frente a la multitud, a cambio de una botella de alcohol.

Para el 2017, dos jóvenes fueron sacados del lugar de manera violenta, más tarde sus cuerpos fueron encontrados junto con otras nueve personas en el fraccionamiento La Tampiquera de Boca del Río. 

En ese año, Capezzio cerró sus puertas debido a la presión del gobierno estatal y a diferentes personas que se oponían a su reapertura.

“Nosotros remodelamos Capezzio según como nos pidieron las autoridades, pero no nos dejaron abrir, entonces buscamos otro lugar que fue Factoría”, dice Juan Santiago.

Actualmente Factoría y su más de 100 empleados se encuentran recuperándose de la pandemia de la covid, que los obligó al cierre durante un año, pese a eso el reguetón sigue en Veracruz, con nuevos artistas y una mezcla de géneros.


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