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Cuatro años sin justicia: Raquel, víctima de violencia de género

Por un proceso lento y casi sin resultados en el estado que ocupa 2º. lugar en delitos por violencia de género, Raquel abandonó la denuncia

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Escrito en VERACRUZ el

La violencia que viven las mujeres también es una pandemia, en México asesinan a diario a 10 mujeres, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y durante la emergencia sanitaria cada minuto se hicieron dos llamadas al 911. "Sobrevivir a la violencia de género" es una serie no periódica que busca reconocer el esfuerzo que hacen las mujeres por sobrevivir a todo aquello que como sociedad debemos reparar.

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El expediente de Raquel quedó rezagado. Hace cuatro años levantó una denuncia en contra de su expareja por maltrato familiar. Hasta ahora, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz, sigue sin resolver.

Esta es una experiencia común para las mujeres que se atreven a realizar una denuncia en el estado, donde, entre el 31 de enero y el 6 de febrero de este año, ya se registraron al menos siete feminicidios, de acuerdo con el registro oficial.

“La denuncia ya la dejé por la paz, sólo me hicieron dar vueltas en la Fiscalía y nunca lo encerraron o repararon los daños que me había hecho”, cuenta Raquel, resignada, a La Silla Rota.

Ella tenía 25 años cuando, hace cuatro, denunció a su expareja por violencia física y psicológica ante la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos de Violencia Contra la Mujer, Niñas, Niños, y Trata de personas, que se ubica en la zona norte de la ciudad de Veracruz.

Aunque sabía que el proceso era lento y tedioso, tenía confianza que las autoridades le hicieran justicia y que su agresor pagara por lo que le hizo, relata Raquel. Pero no fue así.

“Por eso muchas personas ya ni denuncian. Yo lo hice porque esta persona se brincaba la barda de mi casa y me iba a buscar a casa de mi mamá y al trabajo”, detalla.

El único logro de Raquel al haber presentado denuncia fue que la FGE pusiera una orden de restricción para que su expareja no la siguiera acosando en cualquier lugar.

A cada citatorio a su agresor para tomar su declaración, la respuesta fue la ausencia. Mientras que ella perdía tiempo y dinero pagando a su  abogada, en busca de acelerar el proceso legal. “Gasté como cinco mil pesos en el pago de la licenciada, me acuerdo que en unas ocasiones me pidió para la gasolina, después me dejó de contestar”.

Luego de cuatro años de estar con el proceso decidió dejarlo. El desgaste emocional y económico ya eran demasiado.

Revictimización y apatía

Raquel asegura que durante su declaración y revisión ante el personal médico que evaluó las lesiones causadas por su expareja, fue revictimizada. Los cuestionamientos la hicieron sentir insegura. “La doctora me dijo que pues sí, tenía un golpe en la cara y todo, sentí que hasta me regañó, sentí que me juzgo por haberme dejado hacer eso”.

La vocera de la colectiva feminista Las Brujas del Mar, Arussi Unda, señala que este tipo de agresiones que viven las mujeres cuando denuncian es una constante en la FGE. Además de que no existe una atención integral y acompañamiento durante todo el proceso.

“¿Qué pasa cuando una mujer no tiene recursos económicos para interponer una denuncia? Porque a nosotras sí nos ha tocado tener que sacar de la bolsa para poder hacer las copias de su denuncia. Que la mujer no tiene dinero para ir a la Fiscalía, que no tiene dinero para sacar las copias que necesita”, enfatiza Arussi Unda.

Además de que los casos que denuncian se quedan rezagados, y los pocos que se resuelven, son porque el agresor ya cuenta con acumulación de denuncias y no son imputados por el delito de violencia de género, agrega la vocera de Las Brujas del Mar.

El tema de las medidas cautelares es otro de los puntos que se dejan de lado cuando una mujer decide denunciar, pues es el estado quien debería de brindar medidas de protección para resguardar a la víctima y, por el contrario, destaca Arussi Anda: “la dejan desprotegida dando oportunidad al agresor de regresar por venganza”.

En el caso de la revictimización, señala la integrante del colectivo en defensa de los derechos de las mujeres, que es común que quieran convencer a la víctima para hacer las paces con el agresor. Incluso, cuando llega el citatorio le piden a la agredida que lleve la orden ante su agresor.

“Recaí varias veces”

A Raquel le llevó cuatro años salir del círculo de violencia de género que enfrentó, aunque en varias ocasiones previas lo intentó, pero reconoce ahora que estaba bajo manipulación de su agresor. “Es algo muy difícil de superar, porque está el sentimiento de por medio, me pasó como los drogadictos, recaí varias veces”.

Comenzó a notar los comportamientos más violentos de su expareja a partir de los dos años de relación, aunque en sus inicios ya mostraba señales de celos y discusiones violentas. En varias ocasiones llegó a golpearla, y en las últimas discusiones ya había golpes de ambas partes.

“Un día me amenazó en la calle, me dijo que si no regresaba a la casa me iba a golpear y en la calle me jaloneó, había personas alrededor. Me cansé”.

Aquel día Raquel decidió denunciarlo y aunque no logró que pagara los daños que le causó, sí pudo hacer que se alejara. Hasta el momento no sabe nada de su expareja, lo último que se enteró por conocidos en común, es que está recluido en un centro de rehabilitación por consumo de drogas, no obstante, las autoridades nunca hicieron nada para investigar las agresiones en su contra.

Agresiones en aumento

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en 2021 el estado de Veracruz ocupó el segundo lugar con más delitos por violencia de género en todas sus modalidades. La cifra fue de mil 523 casos, por debajo del Estado de México que registró un total de dos mil175.

El Observatorio Universitario de Violencia contra las Mujeres (OUV Mujeres), indica que de 2019 a 2021 en Veracruz hubo mil 804 reportes por violencia hacia las mujeres. El OUV Mujeres basa sus datos en el monitoreo de los medios de comunicación que dan a conocer estos casos en sus notas diarias.

En el caso de la violencia familiar, el SESNSP registró que hubo 11 mil 706 carpetas de investigación abiertas, una diferencia de 9 mil 902 casos más de lo que se documentó en el OUV Mujeres.

Estas cifras se reflejan en el alto número de feminicidios que hay en la entidad. 2021 cerró con 69 casos y ubicó a Veracruz como el segundo estado con más asesinatos de mujeres por razones de género a nivel nacional.

En una semana siete feminicidios

Entre el 31 de enero y el 6 de febrero, se registraron siete feminicidios en el estado de Veracruz, lo que encendió las alertas entre grupos feministas que trabajan para contribuir a erradicar la violencia contra la mujer.

Entre estos casos está el de Ana Marilyn Garrido, quien se encontraba trabajando como mesera en un bar de Playa Vicente, en la zona sur de Veracruz, cuando recibió tres balazos el pasado viernes 29 de enero. Murió después de cinco días en un hospital de Oaxaca.

La segunda víctima de feminicidio fue Flor, una joven de 14 años que fue asfixiada con una sábana por su pareja, un hombre de 32 años. La adolescente se encontraba embarazada.

Los últimos dos casos sucedieron en Coatzacoalcos, María Alejandra de 45 años, y su hija Lizani, de 9, fueron estranguladas y sus cuerpos abandonados en un domicilio del lugar. La menor presentaba signos de violencia sexual.

El sábado 5 de febrero, Guadalupe Jiménez fue asesinada, presuntamente por su pareja, Agustín N., dentro de su departamento en el fraccionamiento Lagos de Puente Moreno, en el municipio de Medellín, conurbado con Veracruz.

Los vecinos declararon que un día antes la mujer había sido víctima de violencia familiar y había pedido que si la escuchaban gritar llamaran al 911 porque temía por su vida.

Al día siguiente, Jazmín T.R.G. de 26 años, fue asesinada y su cuerpo abandonado en la comunidad rural de El Mezquite, en el municipio de Acultzingo, en la región de las Altas Montañas de Veracruz.

El mismo 6 de febrero, otra mujer fue asesinada, pero en la zona norte de la entidad. Un automóvil tipo Honda presentaba más de 30 balazos en la parte delantera del cristal. Tras el evidente ataque, la mujer fue abandonada sin vida en el asiento del copiloto.

Los presuntos feminicidas de Ana Marilyn, María Alejandra y Lizani, así como el de Guadalupe, fueron detenidos por autoridades, pero en los otros casos los responsables se encuentran prófugos o no han sido identificados.

Raquel lo sabe. Ella pudo ser parte de las estadísticas de feminicidio en Veracruz. “Logré salir a tiempo del círculo de violencia en el que vivía”.

*A petición de Raquel, su nombre real fue cambiado por protección de identidad.