ARTISTA EXTRANJERA

Laura, española “flechada” por el son jarocho que busca llevarlo a Asturias

Laura está muy segura que el son jarocho es una muestra más de la relación entre México y España. De regreso a casa, planea difundir este género por su belleza y particularidad

Laura, española “flechada” por el son jarocho que busca llevarlo a Asturias.Créditos: LSR Veracruz
Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER.- Laura Fuertes Menéndez hizo un viaje de España a Veracruz para escuchar y aprender de los conjuntos de la región. Cautivada por el son jarocho, la artista quiere regresar a su país y poder cantarlo fielmente en Cabranes y en otros sitios del principado de Asturias.

Lauara quiere llevar el son jarocho a España. (Foto: Carlos Caiceros)

Desde hace tres años ella comenzó a sumergirse en la cultura Latinoamericana y afirma que escuchar la música veracruzana fue “un flechazo” que terminó por llevarla a Tlacotalpan, en donde vivió una de las mejores experiencias de su vida.

Laura explica que “Sotavento” es un proyecto de folclor con el que busca que sus connacionales puedan conocer y disfrutar los fandangos, así como algunas de las tradiciones veracruzanas que se refieren a historias como las de “la Bruja” o “la Llorona”.
Juan Sancho Frisuelos, también español, está a cargo del requinto o la guitarra mientras que ella es la voz del conjunto que surgió fortuitamente, gracias a la afición que ambos comparten por la tradición lírico-musical.

“Sotavento es un proyecto con el objetivo de mantener vivas y popularizar en España las canciones más importantes del folclore latinoamericano. Sobre todo, las que hablan del campo, pero también de personajes”, dice la asturiana.

Cafetería Arcos

Laura comenta que siempre tuvo interés por el arte. La pintura, las esculturas, las artesanías y todo lo que se puede hacer con las manos han sido actividades presentes en su vida, sin embargo, hace 10 años ella dio un giro de 180 grados a su rutina.

Laura en su cafetería Arcos, en España. (Foto: Cortesía)

En España ella tenía una cafetería llamada “Arcos” y en su negocio se preocupaba por “tener la música más chida”, además de organizar conciertos para mantener el interés de sus clientes. Nunca se imaginó que una década después sería ella la que estuviera arriba del escenario.

“He tenido un bar, una cafetería y hacíamos conciertos de todo. Siempre estábamos con una propuesta de música, éramos el bar de la música chida siempre con el interés de no escuchar lo mismo que los demás”, relata.

Ella tenía una pareja y tuvieron a su única hija, aunque la maternidad se convirtió en un viaje que terminó por generar una crisis de identidad.

“Cuando comencé con la maternidad ahí tuve una crisis de identidad fuerte. En ese proceso me di cuenta de que realmente a mí me encanta bailar, la música, aprender instrumentos, tocar, cantar; me gusta el espectáculo, el escenario y que me hagan fotos. Me di cuenta de que era algo importante en mi vida.

Laura tuvo una crisis de identidad con su maternidad. (Foto: Cortesía)

“Ella (su hija) tiene 10 años y es una artista también porque baila, canta y seguramente tocará. Cambié mi vida drásticamente, tenía mi vida monótona, con un negocio, pero siempre tuve relación con el deporte, con el arte, fue cuando nació la niña que comenzó una búsqueda de qué quiero de mi vida”, menciona.

Fueron días difíciles, sobre todo cuando decidió separarse de su pareja, momento en que su hija tenía cuatro años. Poco a poco las cosas se fueron acomodando hasta que Juan, un apasionado de la cultura, comenzó a mostrarle música latinoamericana.

Además, ella radica en Cabranes, que se caracteriza por sus estilos de vida alternativos con los que se trata de fomentar la comunidad y practicar la gobernanza horizontal, con economías de reciclaje, trueque y reciprocidad.

“Ahora me siento muy bien con mi vida; vivo en un sitio maravilloso que se llama Cabranes que es una comarca con un proceso de 15 años con gente alternativa y ganas de recuperar las tradiciones que valen la pena conservar. Saber hacer tu pan, tu queso, coser tu ropa, plantar tus verduras; ahí todos tenemos un cachito de huerta y la verdad es que en este sitio hay mucho arte”, describe.

Laura destaca que los lugareños buscan vivir de la tierra y cuestionan todo, como las distintas formas de crianza de los niños, las formas de hacer negocios y la forma de ejercer el poder. También se busca fomentar el arte.

“Tenemos un profesor de canto y hay músicos, artistas, poetas, ilustradores gráficos, arquitectos, la verdad es una pasada el lugar. En Latinoamérica hay una manera de relacionarse amable; en general siento que es un sitio para compartir, algo que en mi opinión se estaba perdiendo en España con el individualismo o el capitalismo”, opina.

De vuelta a su país, destaca que incluso tuvo que realizarse un tatuaje en el pecho para recordar por siempre su paso por Veracruz y emprender los proyectos que tiene en mente.

Tatuaje de Laura para recordar por siempre a Veracruz. (Foto: Carlos Caiceros)

Sotavento

Laura explica que Juan Sancho Frisuelos toca y canta en muchos grupos, la mayoría de folclore. Le divierte que siendo madrileño él tiene un apellido asturiano, pero un alma mexicana con la que ambos crearon Sotavento.

Laura y Juan. (Foto: Cortesía)

“El proyecto tiene 2 años (…), él me empezó a enseñar sones jarochos, el joropo y el Polo margariteño de Venezuela, la chacarera y tangos de Argentina, sin darnos cuenta de pronto teníamos un proyecto”.

Actualmente buscan generar un repertorio para su espectáculo y ella trabaja en una carta de presentación digital para buscar oportunidades en alcaldías o Ayuntamientos.

“Antes de venir hemos grabado 6 canciones en un estudio de un amigo. Tenemos la gran suerte de tener amigos que hacen de todo: fotografía, cámara, maquillador, costureras, así estamos tratando de armar la carta de presentación”, menciona.

Curiosamente, al profundizar en la cultura de Veracruz dio con la palabra Sotavento. No sabía bien su significado, pero al estudiar quedó impresionada con la región, su diversidad natural y su particular cultura.

“El nombre del conjunto fue cosa mía. Fue chistoso que, en Tlacotalpan, en donde hubo un festival de son jarocho, mientras estábamos ahí había una pareja de una española y de un mexicano que también se llaman Sotavento, con un proyecto de folclor Latinoamericano y espero que podamos compartir el nombre”.

Para Laura los sones jarochos son auténticos flechazos. Ella tiene tres años cantando, pero durante 2 años ha buscado ‘soltar’ o adaptar su voz para los sones, pues su meta es interpretar canciones que le llegan al corazón como “La Bruja”; “La Llorona”.

Jarana de Laura. (Foto: Carlos Caiceros)

“En nuestro repertorio la mayoría de las canciones son tradicionales que no tienen dueño, aunque sí hacemos algunas versiones de canciones como Sembrando Flores de Los Cojolites. El primer día que la escuché fue emocionante”.

Agrega que en su viaje a Tlacotalpan conoció los festejos a la Virgen de la Candelaria, quedando impactada por la intención que tienen activistas para evitar la violencia en contra de los animales, lo que la lleva a definirse como “ser-vivista”.

“Mi reflexión del viaje, además de la maravillosa música, es que en todos los sitios hay tradiciones que se deben de conservar y otras que cambiar como en mi país. Me quedo contenta porque vi manifestaciones en contra de la violencia, eso quiere decir que las cosas están cambiando”, considera.

De regreso a Cabranes, sostiene que los sones jarochos demuestran que entre México y España hay una relación ancestral que no se puede describir.

“Siento que tenemos una relación de mucho tiempo que emociona. Mis expectativas estaban abiertas de aprender, conocer y comprar instrumentos. Estoy satisfecha con los resultados y ahora hay que ir a casa”.

fm