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Jalcomulco celebra histórica defensa del río en el Día del Agua

PUCARL cumple 8 años como organización que desde lo legal lograron proteger al río para 25 comunidades

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Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER.- ¿Por qué es importante el río? “Pues es lo que le da vida a Jalcomulco”, así es como Mario resume al cuerpo de agua que corre a unas cuadras de su casa donde se dedica a tejer redes para pescar. Un accidente le impide hoy caminar o bajar a nadar como lo hacía cuando era joven, pero su cosmovisión y sustento siempre estará relacionada con el río, así como la de los más de 2 mil habitantes del pueblo.

En el Día Internacional del Agua, este 22 de marzo, la organización Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los Ríos Libres (PUCARL) convocó a la celebración de su octavo aniversario de haber sido fundada, y al mismo tiempo visibilizar una lucha que les ha costado trabajo legal para defender el sustento de varias comunidades, incluida Jalcomulco.

“El presidente de la República (Enrique Peña Nieto) tuvo a bien firmar 11 decretos, 11 decretos que levantaron la veda de 11 cuencas hidrológicas”, dijo este martes desde Jalcomulco, Xavier Martínez Esponda, abogado de Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA). Esta condición dejaría con un 35 por ciento libre del caudal del río.

“¿A dónde se va el resto? ¿Quién gana con eso?” denunció el abogado.

En mayo del 2014 las latentes amenazas de la construcción de una presa de 100 metros de altura y 700 de ancho pasaron de ser un “chisme” a una realidad con la empresa brasileña Odebrecht como cabeza y el gobernador de ese entonces, Javier Duarte de Ochoa, como brazos y piernas.

Jalcomulco es un pueblo escondido entre árboles gigantes de mango a media hora de Xalapa. El turismo, su río, la fiesta y la aventura son los distintivos del lugar, pero detrás hay una historia de lucha social que data desde hace ocho años, cuando el pueblo se unió para evitar que “el monstruo” acabara con su sustento de vida.

Según relatos, la mujeres pobladoras se dieron cuenta que había “extraños” inspeccionando zonas de Jalcomulco, y en cuestión de minutos, como todo “chisme” de pueblo, se corrió la voz de que el megaproyecto de la presa que pretendía mandar agua a Xalapa era una realidad.

Pobladores acusan que autoridades ya habían “hecho cama” para la construcción de la presa, como la reubicación de habitantes de Barranca Grande a Barranca Nueva (casi 5 mil personas) en el municipio de Ixhuacán de los Reyes.

En marzo del 2013 la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV) firmó un convenio con la empresa Odebrecht. El ambiente de fricción era cada vez más latente y autoridades daban poca información sobre el proyecto de hidroeléctrica pero el pueblo ya se organizaba para defender.

El 20 de enero del 2014, alrededor de 500 hombres y mujeres echaron del pueblo a los trabajadores de una empresa local que tenía a Odebrecht detrás. Personal, retroexcavadoras y el material de construcción ya había arribado a Jalcomulco para iniciar la construcción de la presa.

Ese momento es la fecha oficial en que PUCARL celebra su aniversario, pues fue entonces que la organización se formalizó. Un campamento permanente fue instalado a la entrada de Jalcomulco al que llamaron Centinelas del Río. Casi de manera ininterrumpida entre hombres y mujeres rolaron actividades y turnos para que siempre hubiera alguien en vela de proteger día y noche.

El campamento está ubicado en la entrada del pueblo, y el lugar fue elegido ahí pues sin acceso a ese punto ni Odebrecht ni ninguna empresa podría construir una presa.

Coatachica, raíces indígenas y la cosmovisión que salvó al río

“El río llama gente, y el movimiento de turistas nos da de comer a casi todos aquí”, dice José Anell, quien es guía turístico de río y además su familia es de las más antiguas en Jalcomulco.

Así como él, hogares reciben ganancias cada que llegan visitantes en busca de hacer descensos, explorar los parajes naturales o simplemente escapar del ajetreo de la ciudad.

Además de ser un sustento económico, el afluente en Jalcomulco representa una cosmovisión arraigada a su cultura, según explica Ananta Mazadiego Cruz, egresada de la Maestría en Educación para la Interculturalidad y la Sustentabilidad (MEIS) por la Universidad Veracruzana (UV) quien es además una de las personas que han participado desde lo legal en la defensa del río.

Existe una leyenda en el pueblo sobre un niño mitad humano mitad pez que habita y cuida como espíritu el río. Coatachica, el guardián, a quien los pescadores le piden cuando salen a capturar pescados para que sea abundante, pero no abusivo, y que todos regresen con bien ante lo peligroso que el río puede volverse.

La leyenda cuenta que el Coatachica castiga a quien quiera “pasarse” y exceda su pesca o no respete al río.

Estas creencias que van más allá de ganancias económicas, son parte de la cultura de Jalcomulco, y que gracias a un peritaje antropológico, en el que Ananta Mazadiego colaboró, se pudo demostrar ante un juez que el pueblo es equiparable a indígena.

“Una comunidad equiparable es una comunidad que tiene su cosmovisión, que tiene una peculiaridad cultural, un arraigo, un uso del territorio singular y que pueden descender de indígenas. Se han perdido aspectos, pero la estructura social se conserva, que es lo que pasa con Jalco” explica la experta.

Aunado a las múltiples inconsistencias en el proyecto de la presa, esta denominación fue crucial para que Jalcomulco como otras 25 comunidades de la cuenca de la Antigua y de la cuenca del Actopan regresaran a la veda que protegía a sus ríos para que no sean concesionadas a empresas.

“Estamos bien felices”, dice Mazadiego, quien apunta a que las labores de defensa continuarán pues se tiene que velar por el fortalecimiento de asambleas, autoorganización y cumplimiento de los requerimientos legales.

Jalcomulco festeja hoy una soberanía de su río, que desde lo legal, es una lucha que le costó ocho años y otros grupos en otros estados no han podido lograr.