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Las diferencias y la urgencia política que han frenado al TLCAN

Pese a puntos de discordia, EU y México pretenden que la renegociación del TLCAN concluya pronto de manera exitosa

Escrito en DINERO el

La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá es un tema político urgente, por lo menos para los dos primeros.

Estados Unidos y México pretenden que el acuerdo se consuma antes de las elecciones, las presidenciales en territorio mexicano, en julio próximo, y las legislativas en la unión americana, en noviembre.

Por ello, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, anunció que estos dos días se sabrá si la renegociación del TLCAN concluirá en un corto plazo.

Las palabras del funcionario mexicano se dan pese al poco avance en las reuniones que ha tenido esta semana con sus similares estadunidenses y canadienses: Robert Lighthizer y Chrystia Freeland.

Incluso, ya advirtió Paul Ryan, presidente de la Cámara Baja estadounidense: “La única manera de que Washington someta a voto este mismo año un nuevo Tratado de Libre Comercio (TLCAN) con México y Canadá es solamente si el Ejecutivo de Estados Unidos lo notifica en versión de texto antes del 17 de mayo”.

Pero ¿por qué la urgencia de renovar el TLCAN antes de los comicios?

En noviembre próximo se celebrarán elecciones para renovar la Cámara Baja y un tercio del Senado estadounidense.

Actualmente, el congreso norteamericano tiene mayoría republicana, partido del presidente Donald Trump, por lo que, ante una posible victoria de los demócratas en noviembre, los legislativos podrían parar la aprobación del TLCAN.

Por ello, el gobierno de Trump necesita que el acuerdo se dé en mayo, pues el proceso para aprobarlo y revisarlo en Estados Unidos, de acuerdo con la Autorización para Negociar Acuerdos Internacionales tardaría hasta tres meses.

En México, la situación no es diferente. Además de un nuevo Gobierno Federal, también se renovará la Cámara de Diputados y de Senadores. Y aunque la elección se da en julio, la consumación del cambio de poder es hasta el 1 de diciembre, atrasando así la renovación del tratado.

Aun así, la urgencia del lado mexicano podría ir más allá. Si bien, los cinco candidatos a la Presidencia de la República están en favor de la renegociación del TLCAN, existiría la preocupación de que un nuevo mandatario, así como un nuevo congreso, den marcha atrás al acuerdo.

Por su parte, Citibanamex y la calificadora de riesgo Moody´s dieron a conocer reportes en los que plantean los escenarios si el TLCAN no se consolida este mes.

El diagnóstico de Citibanamex sostiene que, de no consolidarse en mayo, aumentaría la incertidumbre en la aprobación del tratado, pues la renegociación enfrentaría “obstáculos políticos”.

"Este sería considerado por un nuevo Congreso en Estados Unidos y podría enfrentar alguna resistencia por parte de la administración entrante en México"

Por su parte, calificadora Moody’s asegura que el TLCAN quedaría listo hasta el 2018.

Moody’s añade que, de no alcanzar un acuerdo este año, México se saldría del TLCAN para optar por acuerdos bilaterales con Canadá. Sin embargo, dicha postura provocaría una depreciación del peso, así como la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.

Las trabas

El acuerdo trasnacional ha tenido diferentes trabas puestas principalmente por el gobierno estadounidense, liderado por Donald Trump.

El sector automotriz es una de las principales preocupaciones en la renegociación. El gobierno de Trump quiere que el 75% de los materiales con los que se fabrican los automóviles provengan del México, Estados Unidos y Canadá, no como actualmente que sólo es el 62.5%.

Y que, de este 75%, el 50% sea de origen estadounidense. Esto con el fin de asegurar trabajo en este sector de la industria automotriz.

Sin embargo, tanto el gobierno canadiense como el mexicano sostienen que dichas reglas de origen incrementaría los costos y acabaría con la competitividad de la industria en el mercado. En respuesta, México hizo una contraoferta para proponiendo el 70 por ciento.

Otro de los temas que detiene la renegociación propuesta por Trump es la cláusula de Terminación, la cual detalla que cada cinco años se revise el TLCAN y se ratifique o detenga su continuación.

Por su parte, tanto el gobierno mexicano como canadiense han sido flexibles en este tema, con la condición de que la revisión no se haga entre amenazas de terminar el acuerdo. Estados Unidos ha mantenido el silencio al respecto.

Uno de los temas que más ha golpeado a México es el de los salarios. Al tener mano de obra barata, tanto Canadá y Estados Unidos han sugerido de una u otra forma en que se aumenten los salarios en trabajadores mexicanos.

El gobierno canadiense lo ha hecho muy claro a través de su presidente Justin Trudeau.

"Si podemos elevar los estándares laborales en México, hay un menor incentivo para que las empresas se muevan allí por los salarios extremadamente bajos", dijo Trudeau en enero pasado durante un coloquio en la Universidad de Chicago.

Y añadió: "con salarios más altos, las compañías que están allí crearán una mayor base de consumidores de productos canadienses y estadounidenses, y un mayor crecimiento económico en México".

Por su parte, Estados Unidos exige que un porcentaje de la producción sea realizada en las zonas de la región donde los salarios son más altos, afectando así a México.

En respuesta, tanto el gobierno y los empresarios mexicanos han insistido en separar la discusión sobre la necesidad de elevar los salarios de la renegociación del TLCAN.

rgg