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Personas con discapacidad: sus sueños por estudiar en la UNAM

La UNAM registró a 187 aspirantes que declararon de manera previa en su solicitud tener alguna discapacidad, y que deseaban ser asistidos durante la prueba

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Escrito en NACIÓN el

Francisco Martínez llegó minutos antes de las 11:00 horas. Por nerviosismo no se despidió de su papá. Ya quería entrar. Mostró su registro, una identificación y le dieron acceso. “Te veo aquí cuando salgas, suerte”, se escuchó le escuchó decir a su padre, mientras el joven se alejaba en silla de ruedas.

Tiene 21 años y al nacer le diagnosticaron Parálisis Cerebral Infantil (PCI) que en realidad le afectó en su motricidad. Es la sexta ocasión que realiza el examen de ingreso de licenciatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“No me doy por vencido tan fácil, estoy acostumbrado a luchar por lo que quiero. Siento que ahora sí me quedaré. Esta es la buena y si no, lo intentaré de nuevo. No quiero arrepentirme ya cuando esté grande por no haber peleado lo suficiente”.

Francisco es uno de los 187 aspirantes que declaró de manera previa en su solicitud tener alguna discapacidad y que deseaba ser asistido durante la prueba. Desde 2015, la máxima casa de estudios a través de la Dirección General de Administración Escolar (DGAE) acondiciona el Centro de Exposiciones y Congresos (CEC), ubicado en Ciudad Universitaria sobre avenida Imán para brindar las facilidades adecuadas.

El año pasado en esta modalidad participaron 154 jóvenes con discapacidad en el concurso de selección, 33 menos que este 2018.

Francisco requirió una silla de ruedas en la entrada, además de que alguien lo llevara al lugar donde hizo la prueba. También necesitó que un monitor lo asistiera en rellenar los alveolos. Otros jóvenes recibieron las instrucciones claras y fuertes, por escrito o les dieron autorización para utilizar un lector o material didáctico.

“Estuve tranquilo, aunque si me quedo con la sensación de que en algunas respuestas estuve bien y otras sí me equivoqué. No sabré cómo me fue hasta que den los resultados. Espero que ahora si me quede, en febrero que también apliqué estuve a dos aciertos de que me aceptaran”.

Tardó las tres horas que dan de plazo para responder los 120 reactivos. Quiso darse su tiempo y estar seguro. Su sueño es estudiar la carrera de Derecho en la FES Aragón y convertirse en un abogado penal. Comenta que le gusta el diálogo y la política.

“Desde chico mi mamá dice que eso siempre me gustó. A parte, mis padrinos de confirmación y bautizo son abogados egresados de la Facultad de Derecho, básicamente por eso me gusta esa carrera”.

“QUIERO SER MÉDICO Y AYUDAR A LAS PERSONAS”

Rafael Enrique Romero de la Rocha es la segunda vez que realiza el examen para ingresar a la UNAM. Desea ser médico y su primera opción es la FES Iztacala.

“Son muchos aciertos los que piden para Medicina. El plan de estudios de la FES está más actualizado en comparación de Ciudad Universitaria, por escogí ese campus. Quiero ser médico, porque quiero ayudar a la gente. Me interesa mucho todo lo de biología y química. Sería una carrera perfecta para mí”.

Rafael nació con hipoacusia neurosensorial bilateral derecha e izquierda, antes a este padecimiento se le conocía como “sordera nerviosa”. Usa aparatos auditivos y en este momento de su vida escucha bien. Sólo necesita que le hablen fuerte y claro.

En la actualidad, Rafael estudia el tercer año de preparatoria. Cuenta que la escuela siempre le ha gustado y nunca ha tenido problemas de aceptación. Sus maestros y compañeros lo incluyeron. Terminó la secundaria con un promedio de 8.7 y hasta el momento tiene una calificación de 8.5.

Para la prueba de admisión que fue en febrero se preparó en un curso. En esa ocasión, recuerda, que se sentía más estresado, porque en la escuela era época de exámenes y todo se juntó. Tuvo 85 aciertos.

Para esta vez, estudió más fuerte. No se permitió distractores, dejó a los amigos y diversión a un lado.

“No podía salir con mis amigos y solo los domingos pasaba el rato con mi familia. Estuve resolviendo guías, ejercicios, pruebas y haciendo muchas lecturas. Me preparé bastante y por eso me siento confiando en aprobar el examen”.

Celebró que la UNAM brindara ayuda especial a las personas con discapacidad. En su caso, los orientadores le dieron instrucciones claras y precisas. No necesitó de algún tutor para responder los reactivos.

“Nos dieron una hoja donde venían las instrucciones de cómo llenar el examen, poner la firma. La UNAM si hizo bien en abrir este espacio y tener ayuda personalizada. También observé que había medidas de seguridad y protección civil”.

“EN ESTA VIDA NADA ES IMPOSIBLE”

Ángel Hernández tiene 18 años. Su ilusión es convertirse en psicólogo para ayudar a las personas a resolver sus problemas.

Al igual que Rafael y Francisco, Ángel también hizo la prueba de ingreso este 6 de junio. Desde temprano llegó al Centro de Exposiciones y Congresos.

“El examen se me hizo ligero y al mismo tiempo difícil. Las preguntas fueron un poco capciosas. Algunas las tuve que leer varias veces para entenderlas y contestarlas bien”.

Hace unos días fue sometido a una cirugía en su pie derecho, le intervinieron el talón de Aquiles. Llegó en silla de ruedas, voluntarios de la UNAM lo ayudaron para llegar al salón donde realizó la prueba. Dice que lo trataron muy bien.

Ángel es la primera vez que participa en el concurso de ingreso. Su sueño es quedarse en Ciudad Universitaria en la mañana. Desde que nació, padece de diplejía espástica.

“No tengo ningún problema con eso. Casi todo lo puedo hacer. En esta vida nada es imposible, solo hay que proponernos las cosas y trabajar por ella”.

Imágenes por Sharenii Guzmán / La Silla Rota.

AJ