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Emisor Oriente, la eterna obra que no solucionará inundaciones en la CDMX

Aunque se termine el Túnel Emisor Oriente, la CDMX se seguirán inundando, y ahora más con el NAICM, advierte especialista

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Escrito en METRÓPOLI el

El Túnel Emisor Oriente (TEO) es una obra que lleva 10 años de construcción y aún no concluye. Inició en 2008 y estaba proyectada que finalizara en 2012. Se tenía contemplado que la inversión fuera de 9 mil millones de pesos, ahora ha ascendido a 43 mil millones.

Sin embargo, aunque se termine el Túnel Emisor Oriente, la Ciudad de México y la zona metropolitana se seguirán inundando, y ahora más con el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), consideró en entrevista Daniel Salazar Nuñez, presidente de la Unidad de Gestión para el Desarrollo Sustentable A.C.  

La construcción del Túnel Emisor Oriente iba a evitar la inundación de grandes proporciones que se había pronosticado por el Colegio de Ingenieros Civiles de México en caso de que colapsara el Túnel Emisor Central, ya que a éste le faltaba mantenimiento. En 2007 hicieron obras de emergencia para que en la temporada de estiaje de 2008 comenzara el mantenimiento del TEC.

“Esto solo para recuperar capacidad de desalojo que ha perdido la ciudad por el hundimiento. Sin embargo, se preguntó que pasaría si el Gran Canal y el Emisor Poniente también van perdiendo capacidad. Entonces se decidió construir un nuevo Emisor que operaría en paralelo al Central y que sea más profundo para evitar que se deforme por los hundimientos diferenciales”.

Con el Emisor Oriente, que iría del Río de los Remedios y desembocaría a una planta de tratamiento en Atotonilco, Hidalgo, se anunció que se iba a evitar la gran inundación. Han pasado los años y no se ha concluido. Tendría una longitud de 62 kilómetros y hasta el momento operan solo 10 kilómetros. Con ese avance parcial, ayuda a contener los encharcamientos.

¿POR QUÉ SE RETRASÓ LA OBRA SEIS AÑOS?

De acuerdo a la proyección inicial, la construcción de los 62 kilómetros debería de haber terminado a finales de 2012, todavía en el gobierno de Felipe Calderón. Sin embargo, diversos motivos provocaron un retaso de seis años. La actual administración federal se comprometió a entregarlo este 2018.

Una de las razones es que el gobierno federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) otorgó la adjudicación directa de la obra a un consorcio integrado por las empresas Carso Infraestructura, Lombardo e ICA sin un proyecto ejecutivo ni estudios del suelo.

“Cuando el gobierno federal liberó los primeros recursos y comenzaron a perforar se dieron cuenta que había dificultades en el suelo, por lo que tuvieron que modificar la trayectoria y profundidad del túnel”, indicó Salazar Nuñez.

En el ejercicio de los recursos de la obra ha costado mucho más de lo que habían dicho. Hasta el momento ya lleva los 30 mil millones de pesos y se estima que cuando se concluya la cifra rebase los 43 mil millones.

Incluso, el sobrecosto y retraso de la obra fue advertido por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en 2016.

En su informe anual, la ASF arrojó que “las las obras para el saneamiento en el valle de México en las que se han invertido 43 mil 883 millones de pesos de 2007 a 2016 de los cuales, 24 mil 260 millones de pesos mediante el Fideicomiso Irrevocable de Administración y Fuente de Pago y 19 mil 623 millones de pesos mediante el mandato del Túnel Emisor Oriente, no han logrado concluirse en tiempo, pues desde su inicio no se diseñó un proyecto ejecutivo lo que provocó modificaciones en los contratos”.

Sumado a que casi se cuadriplicó el costo original debido a las modificaciones que tuvieron que hacer sobre la marcha, el gobierno federal cada año ha reducido los recursos en materia de infraestructura hidráulica.

El especialista auguró que para este año no finaliza la obra, porque además de los problemas de presupuesto y técnicos, ya están operando los primeros 10 kilómetros y en esa zona están los hundimientos más fuertes, “creen que con eso se resuelve el desalojo de aguas residuales y si lo hace, pero no a toda su capacidad ni a la velocidad que se supone que tendría ya con el túnel concluido”.

“CON EL NUEVO AEROPUERTO SE INUNDARÁ MÁS LA CIUDAD”

Hay otra situación que cuando se proyectó el túnel no se tenía contemplado: la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el oriente de la zona metropolitana.

Con el inicio de las obras del NAIC deshabilitaron una laguna reguladora y plantas de bombeo, que estaban donde se está construyendo el Aeropuerto. Ese cuerpo era una de las fuentes de alimentación del Río de los Remedios, el cual ya perdió nivel.

“En el origen el lago A corría del oriente al poniente y dependiendo de donde lloviera más podían bombear agua del poniente al oriente o viceversa, esa la laguna y sus plantas de bombeo, que ya deshabilitaron hacían esa función, pero ahora ya no es posible”.

Reiteró que eso explica que independientemente de que se concluya el Túnel Emisor Oriente cuando haya fuertes lluvias en la zona oriente de la ciudad, ahora el problema es cómo se van hacer los bombeos para generar el flujo de salida.

Otra situación que ha señalado Salazar Núñez es que los drenes del agua pluvial del nuevo Aeropuerto tienen un flujo de norte a sur, mientras que el drenaje de la Ciudad de México y de la zona metropolitana es de sur a norte, es decir al revés.

“Las dos corrientes se encuentran a la altura del Canal de la Compañía y cuando se sature por una fuerte lluvia o una lluvia de varios días, a quién le van a impedir que mande sus aguas, ¿al Aeropuerto o a la ciudad?”.


AJ