El Gobierno estadounidense mantiene su postura de sanciones económicas contra Corea del Norte, pese a la promesa de la nación asiática de acabar con las pruebas nucleares.
Esa fue la respuesta de la Casa Blancas tras la noticia de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, está dispuesto a desmantelar su centro de pruebas nucleares en Punggye-ri.
El consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, aseguró que solo han oído puras palabras, cuando lo que se requiere son evidencias y no retóricas.
En una entrevista para la cadena Fox, el asesor presidencial enfatizó en que congelar las pruebas nucleares y balísticas norcoreanas era una buena señal, pero insuficiente.
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Abundó que para la Casa Blanca hacen falta pasos más precisos, como los que se alcanzaron a principios de la década pasada en la negociación con Libia.
Bolton expuso que se superó escepticismo cuando Libia accedió a que observadores británicos y estadounidenses fueran a sus instalaciones nucleares. “Debe ser algo concreto y tangible. No nos interesa la propaganda de Corea del Norte”.
Dejó claro que el punto al que se ha llegado se debe a la presión política, militar y económica por parte de la actual administración de Trump a Corea del Norte.
Señaló que esas medidas han sido reconocidas por el presidente de Corea del Sur, así como por el el primer ministro japonés, el presidente francés y la canciller alemana, por lo que depende de Corea del Norte demostrar que realmente quieren dejar las armas nucleares.
Con información de El País
cbl