El 42% de los estadounidenses dice que el presidente Donald Trump debe ser sometido a juicio político y removido de su cargo, de acuerdo con un sondeo de la cadena de noticias CNN.
Lo que lo hace notable es que está a la par del presidente Richard Nixon, de quien el 43% de los estadounidenses dijo que debería ser sometido a juicio político o "impeachment" y removido de su cargo en una encuesta de marzo de 1974 .
Eso fue después de que salió a la luz la escala de Watergate, pero meses antes de que la Cámara comenzara a moverse contra Nixon, quien renunciaría en agosto de 1974 en lugar de ser acusado.
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La acusación requiere "traición, soborno u otros delitos graves y delitos menores", según la Constitución, que también lo enumera como lo único por lo cual un presidente no puede emitir un indulto.
Trump ha alardeado de que ciertamente tiene el poder de perdonarse a sí mismo, pero no tendrá que usarlo. Nixon recibió el perdón de Gerald Ford, el hombre a quien le dio las llaves de la Casa Blanca.
El 43% apoyando la destitución de Nixon en esa encuesta de Harris, por cierto, es mucho más alta que el 29% que apoyó la acusación para el presidente Bill Clinton en 1998. O, para el caso, el número similar que quería los presidentes Barack Obama y George W. Bush acusado. Como escribe Grace Sparks de CNN, básicamente hay "una línea de base de sentimiento pro-destitución para un presidente moderno" y Trump lo eclipsa.
Entonces, ¿por qué los principales demócratas no claman por acusar a Trump? Sin duda, hay esfuerzos en las afueras del partido y en el Congreso, pero no tienen el respaldo de las grandes pelucas del partido.
La mayoría de los demócratas en el Congreso, para que conste, se han opuesto a los esfuerzos del representante Al Green, un demócrata de Texas, para llevar el tema al piso de la Cámara.
"No creo que la acusación sea una agenda política", dijo la líder de la minoría hogareña Nancy Pelosi, una demócrata de California, en un ayuntamiento de CNN en mayo.
También está el hecho de que no puede suceder de manera viable en este momento. Trump es el jefe del Partido Republicano, en nombre y en práctica. Las mayorías republicanas en la Cámara de Representantes y el Senado, las mismas que han apoyado sus iniciativas políticas, van a reírse de un esfuerzo de juicio político, que requiere una gran mayoría.
El Congreso no puede obtener una supermayoría para un proyecto de ley simple para dejar de llevar niños de padres indocumentados en la frontera. Una gran mayoría en el juicio de Trump no está sucediendo.
¿Cómo sería la acusación?
El homólogo de Pelosi en el Senado, el senador por Nueva York Chuck Schumer, también ha dicho que esperará a una "investigación exhaustiva" antes de entretener cualquier conversación de juicio político.
"Necesitamos obtener todos los hechos y luego llegaremos a conclusiones", dijo.
"La acusación personal es, para mí, divisiva", agregó Pelosi en mayo, aunque sugirió que su punto de vista podría cambiar dependiendo de qué consejo especial encuentre Robert Mueller. "De nuevo, si los hechos están ahí, si los hechos están ahí, entonces esto tendría que ser bipartidista para seguir adelante. Pero si se lo considera partidista, dividirá al país, y simplemente no creo que eso sea lo que debería hacer."
Sería divisivo: el 87% de los republicanos y las personas que se inclinan por los republicanos se oponen a la idea, mientras que el 71% de los demócratas lo apoyan.
Pelosi puede recordar fácilmente el esfuerzo de juicio político contra Clinton, que fue un contrasentido real para los republicanos ya que sobrevivió a un juicio en el Senado y mantuvo su índice de aprobación, que era más del 70% en el momento de su juicio político.
La calificación de aprobación de Trump es mucho más baja, 39%, en esa nueva encuesta de CNN.
Un esfuerzo de juicio político también jugaría directamente en las historias de "caza de brujas" y "estado profundo" que Trump ha estado presionando.
Schumer y Pelosi podrían tener que formarse una opinión antes de lo que quisieran: el abogado de Trump, Rudy Giuliani, dijo que Mueller debería concluir su investigación en septiembre, justo antes de las elecciones legislativas de noviembre, cuando los demócratas quieren tomar el control del Cámara y Senado.