Amnistía Internacional presentó este miércoles su informe anual sobre Derechos Humanos y fue contundente en sus revelaciones. Además, el organismo habló, con el único objetivo de advertir que la administración de Donald Trump, actual mandatario de Estados Unidos está sentando un “alarmante precedente para otros países en la erosión de la conciencia social”.
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Dentro de los puntos a los que llegó el organismo están:
- Con Trump en la Casa Blanca, la doctrina del odio genera adeptos en el mundo. En tanto que la comunidad internacional se ha hecho más pasiva ante los abusos. Como contrapeso, aflora un nuevo activismo más decidido en asuntos sociales.
- En 2017, EU se alejó del concepto de faro moral que alimenta la idea del excepcionalismo americano.
- En su primer año, el mandatrio ha llevado a cabo divisiones en asuntos raciales, migratorios o de género y ha tratado de socavar a la prensa, la justicia y la separación de poderes.
- Tampoco ha alzado la voz ante abusos de derechos humanos. Asimismo, jamás ha escondido su admiración por líderes autoritarios, como Vladímir Putin, Abdelfatá al Sisi o Rodrigo Duterte.
- En el caso del trato que ha dado a la prensa, el informe advierte de la represión social en Venezuela, China, Egipto, Filipinas o Rusia. Así como de los países con más periodistas encarcelados: Turquía, Egipto y China, donde murió el Nobel de la Paz Liu Xiaobo, que estaba bajo arresto. La guerra de Trump contra la prensa solo hace que alentar a los líderes de países como Egipto y Hungría, que “están esperando para machacar la libertad de expresión”.
- También hubo retrocesos en países ricos, como el derecho de manifestación en Francia o de las mujeres en EU.
- Amnistía es tajante: “Si un presidente legitima violaciones de derechos humanos, como Guantánamo (centro de detención estadounidense en Cuba para sospechosos de terrorismo) o la tortura, pueden imaginarse los ejemplos que da”, dijo el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, en la presentación del informe. ““Las políticas de Trump pueden haber marcado una nueva era en la regresión de derechos humanos pero no son únicas. De Australia a Hungría, los políticos han tratado a los refugiados y migrantes como un problema a evitar en vez de como seres humanos que merecen nuestra compasión”.
El organismo fue tajante y criticó: el veto de Trump a visitantes de países de mayoría musulmana, la cancelación de ayuda a organizaciones que asesoran a mujeres sobre derechos reproductivos, el recorte de su contribución a la ONU y la criminalización de la inmigración. En este sentido, “el veto de Trump a ciudadanos de países musulmanes fue el inicio de “un año en que los líderes llevaron las políticas de odio a su conclusión más peligrosa”.
Hablan los especialistas:
· Tirana Hassan, responsable de respuestas de crisis de Amnistía: “Hemos visto cero moralidad o liderazgo de la comunidad internacional”. También acusó a los países ricos de pasividad ante la limpieza étnica de los rohingyas en Myanmar y en las crisis en Siria, Yemen o Sudán del Sur.
· “Los Gobiernos están lamentablemente girando el reloj hacia atrás en décadas de difíciles logros en la protección”, agregó a lo anterior Shetty, responsable de conducir este organismo.
Con información de El País
LPG