Main logo

A La Marquesa se la está llevando el tren

Las obras del Tren Interurbano golpean a uno de los destinos turísticos emblema del Estado de México

Escrito en METRÓPOLI el

Toluca, Edomex.- Sin comensales, así lucen los restaurantes de zona turística en La Marquesa, donde más de 100 cabañas han cerrado debido a las bajas ventas a raíz de la presencia de elementos de la fuerza pública en la zona, quienes resguardan los avances de la obra del Tren Interurbano México-Toluca.

“Es mediodía y no he podido persignarme. Es el infortunio que vivimos, incluso desde la construcción de la autopista y la situación se pone cada día peor con las obras del Tren; no hay clientes porque la policía los asusta”, comentó para La Silla Rota, María una de las comerciantes.

Paty, quien minutos antes agitaba su bandera naranja para invitar a los automovilistas que transitan por la autopista México- Toluca a degustar uno de los platillos que elaboran, dijo con tristeza que han tenido que dar a los perros gran parte de la comida que no se logra vender.

“Desde que los policías permanecen en la zona, aunque ya no es como al inicio cuando muchos empezamos la resistencia, las personas prefieren ya no detenerse a consumir”, agregó Paty.

Pero ese no es el único problema que enfrenta. Dijo que ha habido momentos en que las ballenas de la obra se han caído, obstaculizando el tránsito vehicular y complicando todavía más las ventas.

Advierten irregularidades en fase 3 de Tren Interurbano México-Toluca

Anteriormente, los comerciantes recibían entre semana, sin contar la afluencia natural de sábados y dominfos, 10 o más automovilistas, parejas o familias enteras principalmente en los comercios de comida, lo que representaba una venta  por arriba de los 3 mil 500 pesos.

Ahora,  apenas logran vender 300 pesos en algunos casos, en otros simplemente no hay ingresos como en el caso de  quien ya está a punto de cerrar su establecimiento.

“Nos iba muchísimo mejor. Desde muy temprano había afluencia de visitantes pero ya no sale para la compra ni para el pago de la muchacha que nos ayuda.  La comida se echa a perder, no tenemos opción más que dársela a los perros. Al otro día volvemos a abrir con la esperanza de que salga siquiera lo que invertimos en los alimentos pero estamos de plano pensando en defintivamente bajar la cortina”, comentó Paty, ávida de que las cosas cambien.

--Pega a negocios de otros giros--

En la sección de Oyamales, se observa más de cinco cabañas cerradas, pues sus dueños ya no pudieron sostener más el negocio, debido a los gastos operativos y de personal.

El escenario es el mismo para los dueños del negocio de las pistas de cuatrimotos, gotcha, la renta de caballos, zonas que están desiertas durante la semana mientra los sábados y domingos reciben pocos turistas

“Llega muy poca gente, y todo por la obra del tren y la presencia de los policías que la resguardan.  La merma ha sido drástica, las rentas (de los atractivos turísticos) han disminuido hasta en 70 por ciento”, afirmó Francisco, quien trabaja en una de las pistas.

“Este es un parque para el disfrute de la naturaleza y muchos lo hacen a través de la equitación, el asunto es que eso ya se está perdiendo la gente ya no se detiene porque la misma autoridad provocó que La Marquesa se convirtiera en una zona de miedo, que muchos crean que es una zona de crimen e insegura y que por eso hay policías, todo por el tren y en realidad nos está llevando el tren porque ya le hicieron mala fama”, expresó Héctor.

Apenas se estaciona algún automovilista, los caballerangos se aglutinan para convencerlos de rentar un caballo y darles un recorrido por el parque que permanece desolado, quieto, con muy poca actividad.

“El turista no se siente tranquilo, los pocos que llegan comen rápido y prácticamente huyen de La Marquesa al ver que en varios puntos hay elementos de la policía federal, al principio de la construcción había también municipales y estatales, nos han afectado demasiado”, manifestó Javier quien está al cuidado del lago del Columpio.

--Otros problemas derivados de la obra--

Los pobladores además se quejaron de la falta de agua que ahora prevalece en el valle, debido a la exhesiva perforación de pozos para abastecer a la obra ferroviaria.

“Aquí (en el lago) se conserva la carpa roja, ranas, acociles y los ajolotes; es una obra muy mal planeada, lo niveles de los manantiales bajaron y es demasiada la afectación al grado que tenemos que comprar agua para el mantenimiento de los negocios. Para el lago captamos agua de lluvia y del arroyo”, añadió Javier.

Solicitaron la intervención de los gobiernos para la construcción de tres pozos y poder abastecer a La Marquesa, una de las zonas turísticas más importantes del Estado de México.

También  plantearon que muchos de los comerciantes ofrecían trabajo a gente de otras localidades e incluso a jóvenes estudiantes, “pero ya no estamos en condición de dar empleo, ¿Qué van a ser esas personas, esos jóvenes que ofertan los servicios si ya no hay forma de emplearlos, los vamos a lanzar a la delincuencia?”, cuestionó otro entrevistado.

 

Y agregó: “¿Por qué nos envían a policías acaso somos delincuentes? Somos gente trabajadora que desde hace años hemos impulsado el turismo en esta zona, y lejos de pedirle al gobierno con nuestro esfuerzo mantenemos el lugar”, comentó al tiempo que señalaba a varios de sus compañeros retirando la maleza del lago.

ams