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“Fui torturada durante 4 días por militares y policías”

La mujer fue detenida de forma arbitraria, así como torturada y víctima de violencia sexual por parte de uniformados. Autoridades niegan los hechos.

Escrito en ESTADOS el

Lo que serían unas vacaciones se convirtieron en 34 horas de torturas a manos de la Policía Federal y elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Originaría de Sinaloa, Sofía (su nombre fue cambiado por seguridad) salió de Guasave a Mazatlán junto con su pareja, era el primero de agosto del 2012. Sin embargo, se tuvieron que separar pues ella acompañaría a una amiga a Zacatecas debido a que tenía un hijo enfermo.

A los cinco días regresó, encontrándose con su novio y sus amigos en una casa ubicada en San Luis Potosí, donde estuvo hasta el 9 de agosto.

La mañana de aquel jueves, Sofía, su novio y los amigos de este último fueron despertados por una balacera. Posteriormente se percataron que eran elementos de la Policía Federal y del Ejército Mexicano quienes los atacaban.

(Foto ilustrativa: Especial)

Subieron al techo del lugar a cubrirse de los disparos, se tiró al piso hasta que llegaron elementos federales, uno de ellos dijo “hay una fox, no disparen”, para luego ser levantada del piso tomada del cabello, la vendaron y la sacaron de la casa, mientras la golpeaban con un arma en la cabeza.

Sofía sostiene que nunca tuvo en su posesión ninguna arma, ni mucho menos granadas.

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La subieron a un vehículo, donde le preguntaron cosas que ella desconocía, a la vez que recibía cachetadas y palabras ofensivas.

Uno de los uniformados le sacó los senos y tomó una fotografía de ellos con su celular “le agarró el pezón izquierdo y se lo pellizcó”.

Llegaron a un lugar, que a la postré sabría era un inmueble militar, ahí continuó la tortura.

(Foto ilustrativa: Especial)

“Me recibieron a golpes (…) me daban toques, varios hombres se acercaron a mí para que les diera sexo oral, yo no quería y me golpeaban para que lo hiciera, me metían las manos en mis partes íntimas, me mojaron con agua hirviendo, así me estuvieron golpeando durante 34 horas”

Detalla que la desnudaron y la así tuvieron parada, mientras le metían las manos en sus genitales y demás partes íntimas.

Sofía recuerda que una de las patadas que recibió la dejó hincada a la altura de un lavabo, donde un hombre le dio la mano. Ella pensó que sería para ayudar a levantarse, sin embargo la dirigió su a su pene, luego llegó otro hombre quien cuestionó a quien la tenía sometida “¿qué haces?”, respondió “nada, aquí divirtiéndome, también tienes que ser solidaria con mi compañero”.

La obligaron a darles sexo oral, mientras le tocaban sus partes íntimas. Como se encontraba muy golpeada de las mejillas como para abrir la boca, uno de los soldados le golpeó en la cabeza para que abriera más la quijada.

Sofía aseguró que en el lugar había más gente que era torturada, pues dijo haber escuchado los quejidos de dolor.

(Foto ilustrativa: Especial)

De ahí fue trasladada a la SIEDO (ahora SEIDO), la tortura continúo: la golpearon en las costillas, le dieron toques.

Le quitaron la venda de los ojos para tomarle fotografías y sus huellas, le hicieron firmar documentos que desconocía, nunca le asignaría abogado defensor y era todo el tiempo custodiada por un intimidante elemento del Ejército Mexicano.

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Además de la tortura física, la psicológica llegó a la hora de hacer su declaración, donde uno “licenciados de la SIEDO” le advirtieron que “declarara a favor de ellos”, sino la llevarían a un penal donde la matarían y también detendrían a su familia pues sabían dónde vivían.

Estuvo durante 60 horas incomunicada con su familia. La tortura le provocó que su menstruación llegara antes de tiempo, sin embargo, no recibió ninguna toalla sanitaria. Así estuvo durante cuatro días.

El caso de Sofía fue dado a conocer por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a través de una recomendación.

(Foto ilustrativa: Especial)

Autoridades dan su versión de los hechos

 

Al respecto, la Sedena, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) y la Procuraduría General de la República (PGR), niegan los hechos.

La versión de las autoridades sostiene que aquel jueves 9 de agosto del 2012, la Policía Federal y el Ejército Mexicano realizaban patrullaje conjunto en la zona debido a una denuncia anónima relacionada con actividades ilícitas de un grupo delincuencia.

En las afueras del inmueble donde fue detenida Sofía, relatan las autoridades, había varios vehículos y sujetos armados, quienes al percatarse de los uniformados unos huyeron y otros ingresaron a la casa comenzando a disparar contra las fuerzas federales.

(Foto ilustrativa: Especial)

Por ello repelieron la agresión en una balacera que se extendió a tres horas, según la CNS. Tras neutralizar a los agresores, ingresaron al inmueble donde se encontraba Sofía, a quien identificaron como una de las personas que les disparó desde una de las ventanas.

Sostienen que la mujer estaba armada y que se identificó como un miembro de la delincuencia organizada.

Al respecto, la PGR asegura que un estudio realizado “SÍ identificó la presencia de los elementos plomo, bario, y antimonio, elementos provenientes de la deflagración de los cartuchos, cuando se hacen disparos por armas de fuego”.

Por su parte, la Sedena asegura que Sofía nunca estuvo en alguna instalación militar, puesto que desde la detención fue entregada a la Policía Federal.

(Foto ilustrativa: Especial)

Sin embargo, otro de los detenidos durante el mismo hecho coinciden con la mujer en que fueron llevados a una instalación militar.

Sobre la tortura y violencia sexual, las autoridades aseguran que no hay indicio de ello.

Y, aunque de acuerdo con la revisión médica, registró lesiones en los glúteos y en los senos, Sofía decidió no presentar denuncia alguna.

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Además, una valoración psicológica realizada por la misma CNDH determinó que Sofía registraba Estrés Postraumático tras la detención.

Por ello la CNDH hizo un llamado al titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos Zepeda; al de la CNS, Renato Sales Heredia; y al titular del despacho de la PGR, Alberto Elías Beltrán; para que se repare el daño de lo que la comisión define como una detención arbitraria, retención ilegal y violencia sexual.

Tortura, práctica generalizada

De acuerdo con el informe "México, sobrevivir a la muerte, tortura a mujeres", realizado por Amnistía Internacional, de 100 mujeres reclusas entrevistadas, 93 recibieron golpes durante su detención.

La 100 mujeres aseguraron que recibieron un tipo de violencia al ser detenidas: 100% verbal, 93% fisica, 72% sexual. 

Además, 33% de las entrevistadas aseguraron fueron victimas de una violación durante su captura.

(Foto ilustrativa: Especial)

En los primeros 10 años desde el comienzo de la llamada Guerra contra el Narcotráfico, de 2006 a 2016, la CNDH publicó 151 recomendaciones dirigidas a la Sedena y la Secretaría de Marina (Semar), lo que representa el 92% del total de los oficios realizados por el organismo hacía las fuerzas federales en dicho lapso.

A la par que avanzaba la lucha contra el crimen organizado, la inmersión de las fuerzas castrenses en las actividades policiales, así como el incremento de los casos de violaciones a los derechos humanos por parte de estos, impactaron a la sociedad mexicana.

De acuerdo con Amnistía Internacional, el 64% de los mexicanos temen sufrir algún tipo de tortura si son detenidos.

El miedo es razonable, cuando la misma Amnistía Internacional reportó el incremento de 600% en los casos de tortura en los últimos 10 años.

Diferentes organismo nacionales e internacionales han mostrado su preocupación por la constante práctica de la tortura en detenido por parte de agentes del orden, desde policías municipales hasta efectivos de la Marina.

(Foto ilustrativa: Especial)

Juan Méndez, relator de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, ha reiterado desde 2014 hasta la fecha que la tortura en México es una práctica generalizada.

En los informes Méndez señala que “la asfixia, violencia sexual, descargas eléctricas, amenazas de muerte, palizas y tortura psicológica” son constantes por parte de las fuerzas federales hacia los detenidos.

Además, menciona que estás prácticas son impunes ya que el 99.6% de los casos no se castiga, luego de que la Unidad Especializada en Investigación del Delito de Tortura emitiera sólo 19 órdenes de aprehensión de las 4 mil 715 expedientes de averiguación previa abiertos al respecto.

Amnistía Internacional también define la práctica como generalizada, la cual está fuera de control, argumentando que en México a las personas se les tortura de manera habitual en un intento de obligarlas a firmar “confesiones” falsas.

Sobre ello, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha calificado de insuficiente la respuesta del gobierno mexicano ante las violaciones de los derechos humanos.

Subrayó además que las políticas de seguridad de las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto agravaron las violaciones a los derechos humanos “hasta alcanzar niveles alarmantes”; además, condenó la “falta de rendición de cuentas conforme a los estándares internacionales”.

La CIDH también coincidió con la ONU y Amnistía Internacional en que la tortura es generalizada, además de que es una práctica común.